El 15 M también llegó aqui....
La movilización estudiantil sacude los cimientos de la Universidad de Oviedo
El voto de los alumnos, clave en las elecciones al rectorado // Los líderes estudiantiles creen que hay una nueva toma de conciencia // Algunos expertos creen que la fuerza del alumnado está sobreponderada y que debería ser corregida a la baja
Sábado 07 de mayo de 2016
Los alumnos son la razón de ser de las universidades pero también el colectivo más efímero dentro la institución. ¿Existe una nueva oleada de movilización estudiantil? ¿Tiene sentido que inclinen la balanza en unas elecciones al Rectorado? ¿Qué factores influyen en sus índices de participación? ¿Sería necesario repensar el voto ponderado y su peso en los resultados? Todas estas preguntas bullen en torno a la comunidad universitaria después de los últimos comicios celebrados tanto en Oviedo como el León o en La Rioja. En los tres, sus papeletas fueron determinantes. En unos casos porque se dispararon los índices de participación. En otros, como en Oviedo, porque se inclinaron masivamente por uno de los aspirantes. Santiago García Granda, el nuevo rector, consiguió casi 1.100 votos más que su rival en la segunda ronda, José Muñiz, de los alumnos, mientras que el recuento fue mucho más apretado entre los profesores e investigadores (PDI), tanto permanente como temporal, y entre el personal de administración y servicios (PAS). Son las reglas del juego. Ninguno de los expertos consultados por ASTURIAS24 pone en tela de juicio los resultados. Lo que debaten, con tesis dispares, es si hay un incremento en la movilización, la vigencia del actual modelo, si el voto ponderado es el método adecuado y si la proporcionalidad existente realmente representa de forma justa y equilibrada a todos los colectivos. La gran mayoría defiende la introducción de correcciones y los estudiantes exigen que se les tenga más en cuenta.
Para entrar en el debate es necesario conocer cómo se construye el actual sistema electoral universitario. La ley aprobada por el PP en la época de José María Aznar modificó el modelo. El rector dejó de ser designado por los miembros del Claustro y pasaron a un ser elegidos por un sistema en el que toda la comunidad tenía derecho a votar. Con un matiz. No todas las papeletas valen lo mismo. Se establecieron cuatro colectivos y cada uno tiene un peso específico. La normativa establece unos márgenes y cada universidad otorga el porcentaje que considera más adecuado. En Oviedo, por ejemplo, los alumnos representan el 25%, el PAS el 10%, los profesores doctores con vinculación permanente el 55% y el resto del personal docente e investigador, que incluye desde becarios a asociados, el 10% restante. Este reparto es muy similar en el resto de universidades españoles. Solo alguna introduce mínimos cambios. Por ejemplo, Cantabria da un 19% a los alumnos y un 9% al PAS. Esos puntos de menos se los conceden al resto del personal docente e investigador.
Jorge Fernández cree que existe un desfase en la representatividad por colectivos. Señala que por el volumen de alumnos, más de 20.000, deberían tener más peso dentro del voto ponderado pero entiende que, como su vinculación es más temporal que la del resto de grupos, esté atenuada. Respeta que los colectivos profesionales, entre docentes, investigadores y personal de administración, sumen el 75%, otra cosa es cómo se dividan esta parte del pastel.
Los estudiantes saben que han sido decisivos en estas elecciones y el presidente del consejo advierte de que van a velar por el cumplimiento de los puntos comprometidos por García Granda tras cotejar las peticiones estudiantiles con su programa. Habrá un alumno que será un enlace con el Vicerrectorado de Estudiantes, que tendrá que ser una auténtica correa de transmisión. "El rector tiene que ser consecuente. Sabe que ha ganado por la participación activa del colectivo y que ahora vamos a defender nuestras peticiones durante los próximos cuatro años", explica.
Hay opiniones, sino radicalmente opuestas, muy diferentes a la expresada por la excandidata. Una de ellas la sostiene el director de la escuela de Minas de Oviedo, Francisco Blanco, que no está nada convencido de que "decida quién va a ser el próximo rector alguien que el año que viene, a lo mejor, no tiene nada que ver con la universidad". Blanco cree que el modelo ponderado por colectivos es válida pero con correcciones. No le parece defendible la proporción actual de los alumnos (25%) si se tiene en cuenta su bajísimo nivel de participación total (en estos últimos comicios votaron 4.138 sobre un censo total de 21.580). Su propuesta es que exista algún tipo de corrección en función de la participación, es decir que exista otra ponderación extra. El director de Minas apunta otro debate muy extendido: "¿Cómo es posible que el PAS, integrado por casi un millar de profesionales fijos, solo cuente un 10%?". Cree necesario reequilibrar estos porcentajes.
Esa misma idea la apuntan también el defensor del Universitario, Ramón Durán; el decano de Derecho y presidente de la Junta Electoral Universitaria, José María Roca; y Nacho Loy, secretario general de Comisiones Obreras en la institución. Durán considera que es una "excelente noticia" toda movilización que redunda en beneficio de la universidad y recuerda que los estudiantes forman parte de la comunidad universitaria. "No me preocupa que un sector efímero pueda decir el rector. Las normas son esas, están en los estatutos y no se pueden desoír a nuestra conveniencia. Pero sí creo necesario reflexionar sobre el poco peso que le damos al PAS, que son casi un millar", argumenta. Durán explica que los alumnos supieron utilizar ese 25% que se les otorga y que han ejercido con responsabilidad sus derechos. Matiza, al igual que todos los expertos consultados por ASTURIAS24, que su porcentaje de participación no fue mucho más alto que en convocatorias interiores, pero la mayoría se inclinaron en una dirección, la del García Granda. "Efectivamente, han demostrado que son un grupo poderoso", añade Durán, que espera que iniciativas puestas en marcha para ligar de por vida a los exalumnos fructifiquen, para que la institución no sea solo un lugar de trabajo o un centro de estudios, sino para que se tenga en cuenta su valor emocional.
José María Roca se muestra más contundente que Durán y califica de despropósito que solo se otorgue ese 10% al personal de administración. El presidente de la Junta Electoral y decano de Derecho precisa que los alumnos tienen una ponderación de voto no muy grande pero sí una influencia que puede ser determinante, al ser el colectivo más numerosos. "Eso es lo que ha pasado en este proceso", indica, porque el resto de los colectivos estaban mucho más divididos entre Granda y Muñiz. Son las reglas del juego y, por tanto, no tiene mucho más que decidir sobre estas últimas elecciones, salvo que han actuado como colectivo. Pero sí que plantea que quizá haya llegado la hora de debatir acerca de la sobrerepresentación de algunos colectivos, de dar vueltas a la idea y "ver si los estudiantes realmente deben tener ese 25%".
Roca no comparte, sin embargo, muchos de los principios de los alumnos. Cree que el reglamento de permanencia que tanto se ha criticado y sobre el que ya hay un acuerdo de modificación es uno de los más flexibles de España y que hay temas, algunos vinculados a los trabajos de fin de grado, que no están atendiendo. "El otro día tuvimos una reunión en la junta de facultad y no se presentó ni un solo alumno", lamenta. Al decano le gustaría que la participación estudiantil fuera más activa a lo largo de todo el curso y en todos aquellos organismos en los que se deciden temas importantes para su futuro.
Nacho Loy, secretario de la sección sindical de Comisiones Obreras en la Universidad de Oviedo, lamenta que el pasotismo generalizado que existe en la sociedad y en la juventud esté también instalados en los estudiantes. Le gustaría que participaran de una manera mucho más activa y que sintieran la institución de otra manera. "En primero y en segundo están tomando tierra y en tercero y en cuarta, cuando están a punto de acabar, piensan que para qué van a votar", lamenta. Recuerda que lo decisivo en esta ocasión es que hubo una mayor unidad de acción y que su voto no estuvo tan repartido como el del resto de los grupos. Le gustaría más que hubiera entre los alumnos una gran masa crítica que estuviera con la espada levantada vigilando a los órganos universitarios y no "un pequeño grupo que puede estar manipulado".
Para entrar en el debate es necesario conocer cómo se construye el actual sistema electoral universitario. La ley aprobada por el PP en la época de José María Aznar modificó el modelo. El rector dejó de ser designado por los miembros del Claustro y pasaron a un ser elegidos por un sistema en el que toda la comunidad tenía derecho a votar. Con un matiz. No todas las papeletas valen lo mismo. Se establecieron cuatro colectivos y cada uno tiene un peso específico. La normativa establece unos márgenes y cada universidad otorga el porcentaje que considera más adecuado. En Oviedo, por ejemplo, los alumnos representan el 25%, el PAS el 10%, los profesores doctores con vinculación permanente el 55% y el resto del personal docente e investigador, que incluye desde becarios a asociados, el 10% restante. Este reparto es muy similar en el resto de universidades españoles. Solo alguna introduce mínimos cambios. Por ejemplo, Cantabria da un 19% a los alumnos y un 9% al PAS. Esos puntos de menos se los conceden al resto del personal docente e investigador.
Opiniones cualificadas
El presidente del Consejo de Estudiantes de la Universidad de Oviedo, Jorge Fernández, recuerda que la movilización universitaria no es nueva. Las actuales asambleas y los representantes del consejo son herederos de Superpública, el héroe enmascarado de color verde que luchó contra los recortes y contra las estrecheces con las que se aplicó Bolonia y que hizo de la educación pública su bandera. Así explica que se está produciendo una toma de conciencia más allá de los procesos electorales. A Fernández le interesa, especialmente, que quede constancia de no se pidió el voto para ningún candidato y que su objetivo fue cotejar los programas electorales con el listado de imprescindibles de los alumnos, decidido en un largo proceso asambleario, denominado Tomemos la palabra, con el que trazan cómo quieren que sea la universidad del futuro. "Para nosotros fue un éxito y creemos que también resultó una lección para todos aquellos que piensan en construir la universidad sin los estudiantes", insiste.Jorge Fernández cree que existe un desfase en la representatividad por colectivos. Señala que por el volumen de alumnos, más de 20.000, deberían tener más peso dentro del voto ponderado pero entiende que, como su vinculación es más temporal que la del resto de grupos, esté atenuada. Respeta que los colectivos profesionales, entre docentes, investigadores y personal de administración, sumen el 75%, otra cosa es cómo se dividan esta parte del pastel.
Los estudiantes saben que han sido decisivos en estas elecciones y el presidente del consejo advierte de que van a velar por el cumplimiento de los puntos comprometidos por García Granda tras cotejar las peticiones estudiantiles con su programa. Habrá un alumno que será un enlace con el Vicerrectorado de Estudiantes, que tendrá que ser una auténtica correa de transmisión. "El rector tiene que ser consecuente. Sabe que ha ganado por la participación activa del colectivo y que ahora vamos a defender nuestras peticiones durante los próximos cuatro años", explica.
Excandidatos, decanos y el defensor
No cunde exactamente el mismo optimismo en otros colectivos, aunque tampoco la opinión es uniforme entre catedráticos y decanos. Paz Andrés, catedrática de Derecho Internacional Público, candidata en dos ocasiones al Rectorado de la Universidad de Oviedo, en los años 2008 y 2012 y profesional significada dentro del bloque más progresista de la institución señala que, si se compara esta última campaña electoral con la vivida hace cuatro años, cuando ella perdió frente a Vicente Gotor, ha habido una movilización más activa de los estudiantes, aunque no tanto más participación, ya que los porcentajes de voto solo han sido ligeramente superiores. Extrapola incluso lo ocurrido ahora, con reuniones, asambleas, debates y listados de peticiones, a lo que sucedió la segunda vez que ella se enfrentó a Gotor: "Con este nivel de implicación, seguramente no habrían aceptado lo que ocurrió en 2012, cuando Vicente Gotor no admitió la celebración de debates". Considera que el grado de interés que han demostrado "es muy positivo y es coherente con las reivindicaciones que los estudiantes venían manifestando desde hace tiempo en relación con temas como la permanencia y las tasas, entre otros". Espera que no sea flor de un día y que ese interés "continúe en el futuro y que vaya acompañado por un mayor porcentaje de participación, que ahora ha sido de un 19%, solo 3 puntos más que en las elecciones anteriores".Hay opiniones, sino radicalmente opuestas, muy diferentes a la expresada por la excandidata. Una de ellas la sostiene el director de la escuela de Minas de Oviedo, Francisco Blanco, que no está nada convencido de que "decida quién va a ser el próximo rector alguien que el año que viene, a lo mejor, no tiene nada que ver con la universidad". Blanco cree que el modelo ponderado por colectivos es válida pero con correcciones. No le parece defendible la proporción actual de los alumnos (25%) si se tiene en cuenta su bajísimo nivel de participación total (en estos últimos comicios votaron 4.138 sobre un censo total de 21.580). Su propuesta es que exista algún tipo de corrección en función de la participación, es decir que exista otra ponderación extra. El director de Minas apunta otro debate muy extendido: "¿Cómo es posible que el PAS, integrado por casi un millar de profesionales fijos, solo cuente un 10%?". Cree necesario reequilibrar estos porcentajes.
Esa misma idea la apuntan también el defensor del Universitario, Ramón Durán; el decano de Derecho y presidente de la Junta Electoral Universitaria, José María Roca; y Nacho Loy, secretario general de Comisiones Obreras en la institución. Durán considera que es una "excelente noticia" toda movilización que redunda en beneficio de la universidad y recuerda que los estudiantes forman parte de la comunidad universitaria. "No me preocupa que un sector efímero pueda decir el rector. Las normas son esas, están en los estatutos y no se pueden desoír a nuestra conveniencia. Pero sí creo necesario reflexionar sobre el poco peso que le damos al PAS, que son casi un millar", argumenta. Durán explica que los alumnos supieron utilizar ese 25% que se les otorga y que han ejercido con responsabilidad sus derechos. Matiza, al igual que todos los expertos consultados por ASTURIAS24, que su porcentaje de participación no fue mucho más alto que en convocatorias interiores, pero la mayoría se inclinaron en una dirección, la del García Granda. "Efectivamente, han demostrado que son un grupo poderoso", añade Durán, que espera que iniciativas puestas en marcha para ligar de por vida a los exalumnos fructifiquen, para que la institución no sea solo un lugar de trabajo o un centro de estudios, sino para que se tenga en cuenta su valor emocional.
José María Roca se muestra más contundente que Durán y califica de despropósito que solo se otorgue ese 10% al personal de administración. El presidente de la Junta Electoral y decano de Derecho precisa que los alumnos tienen una ponderación de voto no muy grande pero sí una influencia que puede ser determinante, al ser el colectivo más numerosos. "Eso es lo que ha pasado en este proceso", indica, porque el resto de los colectivos estaban mucho más divididos entre Granda y Muñiz. Son las reglas del juego y, por tanto, no tiene mucho más que decidir sobre estas últimas elecciones, salvo que han actuado como colectivo. Pero sí que plantea que quizá haya llegado la hora de debatir acerca de la sobrerepresentación de algunos colectivos, de dar vueltas a la idea y "ver si los estudiantes realmente deben tener ese 25%".
Roca no comparte, sin embargo, muchos de los principios de los alumnos. Cree que el reglamento de permanencia que tanto se ha criticado y sobre el que ya hay un acuerdo de modificación es uno de los más flexibles de España y que hay temas, algunos vinculados a los trabajos de fin de grado, que no están atendiendo. "El otro día tuvimos una reunión en la junta de facultad y no se presentó ni un solo alumno", lamenta. Al decano le gustaría que la participación estudiantil fuera más activa a lo largo de todo el curso y en todos aquellos organismos en los que se deciden temas importantes para su futuro.
Nacho Loy, secretario de la sección sindical de Comisiones Obreras en la Universidad de Oviedo, lamenta que el pasotismo generalizado que existe en la sociedad y en la juventud esté también instalados en los estudiantes. Le gustaría que participaran de una manera mucho más activa y que sintieran la institución de otra manera. "En primero y en segundo están tomando tierra y en tercero y en cuarta, cuando están a punto de acabar, piensan que para qué van a votar", lamenta. Recuerda que lo decisivo en esta ocasión es que hubo una mayor unidad de acción y que su voto no estuvo tan repartido como el del resto de los grupos. Le gustaría más que hubiera entre los alumnos una gran masa crítica que estuviera con la espada levantada vigilando a los órganos universitarios y no "un pequeño grupo que puede estar manipulado".
No hay comentarios:
Publicar un comentario