jueves, 12 de mayo de 2016

Manualillos de Inversión ( 1 )

Siete razones para estar activos en bolsa


Finanzas.com
En momentos de inestabilidad, la capacidad de anticipación y de adelantarse a los movimientos generales del mercado ofrece importantes ventajas
En momentos de inestabilidad, la capacidad de anticipación y de adelantarse a los movimientos generales del mercado ofrece importantes ventajas. A continuación, varios expertos de BNY Mellon Investment Management analizan algunos de los beneficios que aporta la gestión activa a una cartera.
1: El poder de la capitalización compuesta
En un entorno en el que las acciones que reparten dividendo están ganando relevancia como fuente de generación de rentas, los gestores activos pueden ayudar a los inversores a seleccionar las empresas más alineadas con los intereses de sus accionistas o las más comprometidas con el pago del dividendo, evitando aquellas que puedan representar un riesgo. Terry Coles, gestor de carteras de renta variable global con objetivo de generación de rentas en Newton, señala que las acciones que reparten dividendo pueden ofrecer rentas muy superiores a las de los bonos o el efectivo pero que, a menudo, los inversores lo pasan por alto, ya sea porque la renta variable se ha asociado tradicionalmente a una mayor volatilidad o porque existe la percepción de que esta estrategia ofrece un potencial de crecimiento limitado. "Sin embargo", explica el gestor, "si nos centramos en empresas disciplinadas en cuanto a la distribución de capital, creemos que una estrategia de generación de rentas en renta variable puede aportar rendimientos relativamente estables y proteger el capital en periodos bajistas, además de ofrecer potenciales ganancias de capital a largo plazo. La clave, por supuesto, está en realizar una excelente selección de valores".
2: Las ventajas de la diversificación
Los gestores activos pueden construir carteras diversificadas que contribuyan a minimizar los riesgos y que combinen diferentes tipos de activos con el fin de mantener la rentabilidad de la inversión.
Como apunta Iain Stewart, director de inversiones del equipo Real Return de Newton, "la diversificación es deseable en general pero las correlaciones entre clases de activo pueden cambiar con el tiempo, por lo que hay que sacudirse las ideas preconcebidas y los enfoques basados en modelos caducos. Las estrategias deben ser lo suficientemente flexibles para poder modificar sustancialmente la asignación de activos pero también para permitir que nos centremos en características concretas (como ciertas regiones, sectores o segmentos) dentro de cada clase de activo, un aspecto que a nosotros nos parece aún más importante".
Stewart destaca que la estrategia del Real Return se estructura en torno a un núcleo estable de activos, predominantemente tradicionales, que persiguen generar rentabilidad y que se combinan con otro conjunto de activos que aporta estabilidad. Así, el primer grupo tiene la capacidad de generar capital y rentas, mientras que el segundo sirve para cubrir riesgos e intentar reducir la volatilidad. "Con este diseño asimétrico nos proponemos maximizar el potencial alcista cuando los mercados avanzan y limitar los riesgos bajistas cuando caen", añade.
3: El fin del modelo único en renta fija
Los mercados de bonos de hoy día son muy diferentes de los de hace cuarenta años y algunos enfoques tradicionales han dejado de tener sentido. Ahora más que nunca, los gestores de renta fija persiguen generar rentabilidad mediante decisiones activas con respecto a las exposiciones sectoriales y geográficas, así como a la duración, los vencimientos y las divisas. Es el caso del responsable de renta fija de Newton, Paul Brain, que, hasta hace poco, no mantenía exposición a bonos del gobierno japonés (JGB). La situación cambió en abril de 2016 cuando, por primera vez desde 2008, se animó a invertir en el tramo largo de la curva de tipos japoneses. "En nuestras carteras de bonos soberanos, seguimos infraponderados en JGB frente a los respectivos índices de referencia porque opinamos que las medidas de estímulo puestas en marcha por el primer ministro Shinzo Abe (las famosas Abenomics) no han logrado acabar con el entorno deflacionario y las difíciles condiciones económicas que afectan al país", explica. "No obstante, aunque nuestra visión estratégica para la clase de activo no sea positiva, nada nos impide aprovechar tácticamente las oportunidades idiosincrásicas que puedan surgir, como en este caso".
4: Los gestores activos pueden influir en las compañías en las que invierten
Los aspectos medioambientales, sociales y de buen gobierno (ESG) pueden tener un impacto significativo en las valoraciones de las empresas. Los gestores activos pueden mitigar los riesgos al asegurarse de que las empresas en las que invierten defienden los intereses de los accionistas minoritarios y se protegen frente a los riesgos reputacionales. En palabras de Sandra Carlisle, directora de inversión responsable en Newton, "el buen gobierno corporativo se ha convertido en una de las áreas de mayor interés para inversores y reguladores. Los inversores y otros grupos de interés ya no solo se fijan en que la empresa gane dinero sino también en cómo lo hace, así como en la sostenibilidad de los beneficios, la calidad del equipo gestor y la supervisión que ejerce el consejo de administración".
5: La respuesta ante la volatilidad
Los mercados tienden a ser cíclicos y a experimentar cambios de tendencia marcados por episodios de volatilidad. Aunque el índice VIX (un indicador de la volatilidad ampliamente utilizado) se ha mantenido en niveles relativamente bajos en los últimos años, las turbulencias vividas el verano pasado y en enero de este año apuntan hacia un posible cambio. La volatilidad puede tener efectos duraderos en la rentabilidad a largo plazo. Como señala Chris Hazelton, estratega en BNY Mellon Investment, "una cartera de activos poco correlacionados en la que se gestionen activamente las exposiciones puede amortiguar el impacto de la volatilidad y contribuir a obtener mejores resultados a largo plazo".
6: Invertir de forma selectiva en mercados emergentes
No todos los mercados emergentes son iguales y la capacidad de identificar a las economías bien gestionadas frente a las que afrontan dificultades macroeconómicas puede marcar la diferencia entre obtener rentabilidades positivas o negativas. Como explica Naomi Waistell, gestora de carteras en el equipo de renta variable emergente y asiática de Newton, "aunque 'mercados emergentes' es el nombre genérico para la clase de activo, es importante no tratarlos como una entidad única. El equipo sigue pensando que las economías emergentes presentan perspectivas cada vez más diferenciadas y divergentes. Los inversores deben ser capaces de separar las economías fuertes -aquellas con superávit fiscal y por cuenta corriente, reservas adecuadas en divisa extranjera, agendas reformistas y un liderazgo sólido- de las débiles, como aquellas que vivieron el boom de las materias primas o que han experimentado largos ciclos de crédito".
7: Identificar los riesgos políticos
Un aspecto que resulta especialmente relevante en el caso de los mercados emergentes es que muchas de las cotizadas más grandes están controladas por oligarcas o por los gobiernos. Los gestores activos pueden analizar esta información y modular las exposiciones para mitigar los riesgos potenciales asociados a este tipo de propietarios. Es el enfoque que aplica Rob Marshall-Lee, gestor de carteras en el equipo de estrategia de mercados emergentes de Newton, que ha evitado invertir en bancos rusos y en renta variable coreana, dominada por los conglomerados empresariales conocidos como chaebol. "Hemos evitado los bancos rusos, por ejemplo, porque sabemos que, en momentos de dificultad, tienden a olvidarse de los accionistas minoritarios", asegura el gestor. "De forma similar, debemos ser muy conscientes de los retos que implica que la empresa esté controlada por una familia o por oligarcas".

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