Marca/Lejos del mundanal ruido, en la JC Ferrero Equelite Sport Academy, se mudó hace dos años Pablo Carreño, que había dado el salto al Top100 mundial con sus resultados en torneos challengers pero al que le costaba asentarse en la élite.
El tenista asturiano hizo las maletas, dejando atrás Barcelona, y se trasladó a Villena, donde le esperaba una pequeña casa prefabricada dentro de unas instalaciones que ya habían visto crecer a Juan Carlos Ferrero, campeón de la Copa Davis en 2000 y 2004 y de Roland Garros en 2003. Una Academia fundada por Antonio Cascales hace 27 años ha pasado de las dos pistas de tierra del principio a 21.
Ferrero siguió desde Villena, lugar donde reside al lado de una escuela con 60 promesas de la raqueta, la gira latinoamericana de Carreño, que terminó con las semifinales de Buenos Aires y Sao Paulo y la final de Río. Además de su reciente penúltima ronda de Indian Wells. "Cuando Pablo se vino con nosotros había unos aspectos claros que tenía que mejorar: pegarle más fuerte, tener la misma intensidad durante el partido y el aspecto mental", comenta.
Samuel López es el entrenador del asturiano en los grandes torneos mientras que Cesar Fábregas le complementa en algún 500 y los Open 250. Ferrero no renuncia a viajar alguna semana con el tenista en el futuro. De hecho ya se ha puesto a intercambiar golpes con él en la pista. Carreño estrenó ayer su condición de Top20. Está a 165 puntos de Roberto Bautista, ahora mismo el segundo español por ranking.
"Con esta clasificación igual los objetivos hasta final de temporada deberían cambiar. Con la edad que tiene en un par o tres de años podría ser el número 1 de nuestro tenis", reflexiona un exnúmero 1 mundial. Pablo, séptimo en la Race 2017, estaría hoy dentro de la Copa Masters de Londres y está a 1.285 puntos de los diez primeros. El futuro de la Armada masculina pasa por sus manos.
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