Pablo Carreño ha vuelto a hacer historia. Propia, pero también asturiana y nacional. El gijonés, que accede por primera vez a la semifinal de un torneo de 'Grand Slam', afirmó tras el partido que la sensación era «increíble».
«Es algo que siempre he soñado, pero a donde nunca pensé que podría llegar», admitió el tenista de 26 años, quien expresó su agradecimiento al público y a su equipo. Vencedor en los tres sets, Carreño aseguró que había sido un «muy buen partido» contra Schwartzman, a quien consideró un «luchador» contra el que ha estado «concentrado» y «agresivo» para «dominar todos los puntos».
De cara a las semifinales, el asturiano no tiene preferencias. «Nunca he jugado contra Querrey, pero sé que está haciendo una gran temporada. Contra Anderson perdí en Montreal, por lo que sería complicado», hizo hincapié el número tres español.
En cuanto a una posible final frente a Nadal, Carreño destacó que sería «fantástico», pero recordó que hay que ir «paso a paso» y, además de que el mallorquín tiene por delante el partido de cuartos, ambos habrían de superar la penúltima ronda.
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Y es que la historia siempre da segundas oportunidades. Y el tenis más. Hace unos meses, Pablo Carreño se retiró de los cuartos de final de Roland Garros ante su amigo Rafa Nadal –«Pablo es uno de los mejores del mundo y una excelente persona», había dicho un día antes el balear en Cope–. Una lesión abdominal le impidió disputar el partido más grande de su vida. Ahora, tras no poder acudir a Wimbledon, se ha metido por primera vez en su vida en las semifinales de un ‘Grand Slam’, en el Abierto de los Estados Unidos. El gijonés sometió a Diego Schwartzman (6-4, 6-4 y 6-2) y luchará el viernes o la madrugada del sábado por su primera final en un ‘grande’ ante el ganador del Querrey-Anderson.
El jugador formado en la cantera del Grupo tuvo enfrente a un argentino de metro y setenta centímetros, que acabó tocado físicamente de su partido de octavos, y que luchó como un gladiador en los que eran sus primeros cuartos en Nueva York.
Era un duelo de estilos parecidos, en el que Carreño tomó la iniciativa, por el previo favoritismo y por la mayor variación de golpes, frente a un argentino que está más cómodo cuando juega a la contra. Schwartzman imprimió mucho efecto a la bola y el asturiano lanzó golpes más planos y varió más y mejor entre un revés a dos manos contundente y un cortado para frenar el ritmo.
Pablo Carreño tomó la delantera rápido, como si llevase jugando estos partidos toda la vida, y en cuestión de minutos se puso 5-2 arriba. En ese momento, el juez de silla Carlos Ramos acusó al gijonés de recibir órdenes de su entrenador. Discutió con él y lo despistó, lo que le llevó a perder dos juegos consecutivos y tener que cerrar más tarde de lo previsto (6-4).
Schwartzman, al que no se vio demasiado afectado por los problemas físicos de su cita anterior, ofreció resistencia en el segundo parcial, cuando dispuso de un 0-40 con 3-4 a su favor. Carreño lo salvó a merced de grandes servicios y se aprovechó del mayor lunar del argentino, los segundos saques (solo ganó cerca de un 20% con este golpe). El número 19 del mundo quebró para el 5-4 en una jugada de locos. Rompió las cuerdas de la raqueta, se fue a la red a la desesperada para acortar el punto, y con una volea se apuntó el ‘break’. Carreño repitió el resultado del primer set (6-4) y enfiló las semifinales.
El argentino se vino abajo y Carreño se lo creyó. Consiguió pronto la rotura y, pese a salvar un 0-40 en el tercer juego, selló su quinta victoria este año en Nueva York, todas ellas sin ceder un set. Con un gran saque y golpes seguros desde el fondo de la pista, el tenista del Grupo superó a Schawartzman en todas las facetas del juego. Firmó siete saques directos y logró seis ‘breaks’ en las ocho oportunidades de que dispuso, consiguió 30 golpes ganadores y concluyó el partido con un total de 97 puntos ganados por 72 del argentino. También jugó agresivo en las subidas a la red, con doce puntos ganados en dieciocho oportunidades, comparados con los siete de diecisiete que consiguió Schwartzman. Se mete en el ‘top ten’
El asturiano, que ya jugó la final aquí el año pasado en la modalidad de dobles, se mete por primera vez en su carrera en el ‘top ten’ de la ATP, además de colocarse octavo en la carrera a Londres.
El tenista gijonés también es el primer tenista español que alcanza unas semifinales de ‘Grand Slam’ (dejando a Nadal aparte) desde que David Ferrer llegó a la final de Roland Garros 2013. En una entrevista concedida a EL COMERCIO en diciembre de 2016, Carreño aseguró entre risas que para luchar por un ‘grande’ necesitaba «tiempo». Parece que el tiempo ya ha pasado y el gijonés encara la mayor gesta de su vida con la humildad y los pies en el suelo que le han llevado hasta la cima. Ahora, que alguien se atreva a bajarlo.
Su rival en la semifinal será de un estilo completamente distinto al de Schwartzman, ya que saldrá del duelo de sacadores entre Sam Querrey, semifinalista en Wimbledon este año, y Kevin Anderson, cuartofinalista en estas pistas en 2015.
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