Urbanismo proyecta un parque de 310.000 metros al pie de los monumentos del Naranco
Encarga la redacción del plan especial para crear una zona verde que una la pista finlandesa con la fuente de los Pastores
La junta de gobierno dio ayer luz verde a la contratación del equipo que redactará el plan especial de un nuevo parque de 310.000 metros cuadrados entre la pista finlandesa y San Miguel de Lillo. Un espacio «público que ayudará a proteger los monumentos prerrománicos y a recuperar su entorno», según explicó el concejal de Urbanismo, Ignacio Fernández del Páramo.
Con el contrato, señaló el edil, el Ayuntamiento da el primer paso para poner en marchar las actuaciones que prevé el vigente PGOU para el monte. Se trata, en concreto, de las actuaciones aisladas 2 y 4. La primera, en el entorno más inmediato de los monumentos, desde la curva del Mirador y hasta el pie de la fuente de los Pastores, suma 160.714 metros; la segunda, con 148.462, abarca la ladera que une los monumentos con la pista finlandesa y, hacia el otro lado de la carretera, con el entorno parque de Purificación Tomás. Ambas se abordarán como una sola actuación -el plan general lo permite- con el objetivo de transformar estos suelos en un espacio verde como parque forestal, «repoblado con especies autóctonas», expuso el edil. La intervención será mínima. Las fichas desaconsejan los movimientos de tierras, dañar las masas de arbustos y abrir nuevas vías o accesos rodados que no sean restringidos.
El concejal confió en llegar a acuerdos con los propietarios afectados, antes de tener que recurrir a un expediente expropiatorio. Sobre todo teniendo en cuenta que se trata de suelos de especial protección destinados a zona verde y en los que parte de las edificaciones existentes se encuentran, por tanto, fuera de ordenación. Como, por ejemplo, la antigua rectoral de Santa María del Naranco, que el Arzobispado intentó rehabilitar para su venta como vivienda.
De hecho, el PGOU prevé que dado es escaso número de edificaciones y viviendas preexistentes sobre estos suelos y su proximidad a caminos, puedan integrarse en el futuro parque como «enclaves con una parcela asociada del tamaño mínimo imprescindible para garantizar la privacidad». A cambio, se compromete a garantizar que mantendrán su condición de «suelos privados» y el «uso residencial consolidado».
Por cosas como estas, el concejal se mostró muy cauto antes de poner una fecha para el inicio de las obras o los siguientes pasos a dar una vez que se apruebe el plan especial para desarrollar estas dos actuaciones.
Variante y expropiaciones
El contrato, por importe de 72.600 euros, tiene un plazo de ejecución de poco más de cinco meses. Después deberá aprobarse el plan especial, someterlo a la CUOTA y a Patrimonio y resolver las alegaciones, antes de recibir el visto bueno definitivo. Solo entonces y si fuese necesario debería de tramitarse aún el proyecto de expropiaciones o mejor los proyectos, porque deberían ser dos. En la actuación más próxima a los monumentos, el PGOU deja esta responsabilidad al Principado, mientras que en la más cercana a la pista finlandesa debería de asumirlas el Ayuntamiento. Recurrir a la enajenación forzosa demoraría alrededor de un año más los trámites.
Pero dentro hay más cosas por encajar. Fernández del Páramo recordó la necesidad de que el proyecto se coordine con el nuevo plan de protección del Naranco, con la revisión del PGOU y también con la variante prevista para alejar el tráfico de los monumentos. Una carretera polémica por su elevado coste (que fuentes municipales sitúan cerca de los ocho millones de euros, con expropiaciones), pero que el equipo de gobierno considera fundamental para proteger Santa María y San Miguel de Lillo y para mejorar el entorno.
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