jueves, 7 de septiembre de 2017

El Santander apuntilla a la Duro....

Como le pasara a Isolux, la salvación de Duro Felguera ha chocado con la negativa de la banca acreedora, encabezada por Banco Santander. Javier García-Carranza, el responsable de los casos problemáticos en la entidad financiera, ha rechazado el plan de rescate que ha presentado la compañía asturiana, negativa que ha sido respaldada por el resto de prestamistas. La última ingeniería en graves problemas económicos de España solo tiene encima de la mesa la oferta del fondo Bybrook Capital, que se quedaría con cerca del 51% de las acciones.
Según han confirmado fuentes próximas a las negociaciones, el futuro de Duro Felguera se ha complicado durante el mes de agosto después de que Santander (250 millones de pasivo), Sabadell, CaixaBank (130 millones entre los dos), BBVA y Bankia (80 millones entre ambos bancos) no hayan aceptado el plan de refinanciación. Una propuesta que consiste en la capitalización de la mitad de los 360 millones de deuda bruta —dispone de 100 millones en caja— que arrastra el grupo especializado en obras eléctricas y la entrada de dinero fresco por un importe cercano a los 80 millones de euros.
Pese a las intenciones de Acciona y de Elecnor de entrar en el capital, fuentes financieras aseguran que no han presentado ofertas vinculantes
La banca exige la entrada de un socio industrial o financiero para aceptar el canje parcial de la deuda por capital, operación que les convertiría en accionistas de Duro Felguera, con cerca del 40% del accionariado. Pero los potenciales interesados en poner dinero en la compañía asturiana solo harán la inversión si previamente Santander y el resto de acreedores aceptan el plan de refinanciación. Una pescadilla que se muerde la cola y que replica la espiral en la que entró Isolux y que acabó con la multinacional en suspensión de pagos.
Pese a las primeras intenciones de Acciona y de Elecnor de entrar en el capital, fuentes financieras aseguran que ni la una ni la otra han presentado ofertas vinculantes por Duro Felguera, que solo tiene el interés real de una firma de capital riesgo. Se trata de Bybrook Capital, fondo que ya salió al rescate de la valenciana Natra. Los responsables del fondo de 'private equity' hicieron una propuesta preliminar antes del verano y se comprometieron a cursar la definitiva a finales de agosto.
Pero a fecha de hoy todavía no han corroborado sus pretensiones iniciales de aportar unos 80 millones de euros, que les darían derecho a hacerse con cerca del 51% de Duro Felguera. El resto del capital quedaría en manos de los accionistas actuales, que controlarían entre un 5% y un 10%, siguiendo el mismo modelo aplicado en Abengoa, Isolux y Codere. En consecuencia, la viabilidad del grupo está en el aire a menos de un mes para que finalice el plazo dado por la banca para encontrar una solución.

Consejo vital para el presidente y sin avales

La posición del Santander es tan dura que se ha negado a dar nuevos avales a Duro Felguera, por lo que la compañía no puede presentarse a concursos para adjudicarse nuevos proyectos y engordar su cartera de pedidos. La multinacional tiene trabajo para un año, pero en 2019 sus ventas podrían hundirse si no logra nuevos contratos de forma inmediata.
La última adjudicación se produjo el pasado 21 de julio, cuando la compañía ganó un proyecto para una central térmica en México por 130 millones de dólares. Pero los bancos españoles han rechazado darle las garantías suficientes para confirmar que la empresa cuenta con el músculo suficiente para afrontar la obra, por lo que se ha recurrido a una entidad mexicana para que la avale. Sin embargo, el adjudicatario, Greenfield SPV, ha puesto en duda la solvencia del banco latinoamericano por su bajo 'rating'.
Los acreedores exigen la dimisión del presidente para facilitar un acuerdo con los accionistas actuales, que solo retendrían el 5% del capital
Ante esta situación de bloqueo, el consejo de administración ha convocado una reunión de urgencia este jueves para intentar acercar las posturas entre los acreedores, Bybrook y el equipo directivo, dirigido por el presidente Ángel Antonio del Valle. El problema es que Santander, Sabadell, CaixaBank, BBVA y Bankia no confían en las capacidades del primer ejecutivo de Duro Felguera, al que reclaman que presente su dimisión para facilitar las negociaciones. Las conversaciones están siendo dirigidas por Rothschild, que también intervino en el rescate fallido de Isolux.
Mientras tanto, los 2.000 empleados de Duro Felguera están pudiendo cobrar las nóminas gracias a la generación de caja de la compañía, que cuenta con 100 millones de liquidez. No obstante, este importe está comprometido para desarrollar proyectos en marcha, por lo que no se garantiza que la plantilla pueda recibir las remuneraciones si continúa el deterioro del grupo. Una fuerza laboral que se verá reducida de forma significativa, puesto que el plan de negocio elaborado por Del Valle incluye un programa de desinversiones relevante y una reestructuración profunda de los costes.

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