Dimitrov se ensaña con Carreño
En una dinámica extraordinaria, el búlgaro amarga la despedida del español, desbordado de inicio a fin (doble 6-1, en 1h): “No me voy deprimido. Ha sido mi mejor temporada y soy mejor que hace un año”
De entrada, Carreño solo consiguió arañar un punto en los tres primeros juegos, mal presagio. Luego Dimitrov mantuvo la cadencia y encontró una y otra vez las líneas; se divirtió con el revés liftado y trazó una distancia prácticamente insalvable (5-0). Se vio al mejor Dimitrov, pletórico, y a un Carreño desbordado por tierra, mar y aire. Noche para olvidar la del gijonés, que al intentar cazar una de esas bolas tan complicadas por los golpes envenenados del búlgaro se trastabilló y terminó dándose de bruces contra el suelo. Dolorido de la cadera, requirió de asistencia médica, aunque decidió continuar.
El búlgaro, un serio aspirante al trofeo
El desequilibrio fue tan grande que la grada celebró cada uno de sus puntos con un exceso de efusividad que suele ser sinónimo de una mala señal. También se vitoreó el delicioso despliegue de Dimitrov, que cerró el segundo parcial por la misma vía que la apertura. Fue un partido de una sola dirección, perfecto para que el búlgaro mantuviera la dinámica y excesivamente hostil para Carreño. No obstante, el español (26 años) ya tiene en su expediente una presencia en el torneo de los maestros, algo de lo que no pueden presumir muchos tenistas.
Lección aprendida, más experiencia a la mochila y cierre de un curso muy productivo para el número 10 del mundo. "Ha sido la mejor temporada de mi carrera, sin ninguna duda", sentenció el número 10 del mundo, tutorizado por Samuel López; "he terminado en el top-10, cuando el objetivo era hacerlo en el top-20. Soy mejor jugador que hace un año. Juego más agresivo y tengo más confianza en mí mismo".
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