El peso del sector agroalimentario en el PIB asturiano ya iguala al turístico
El Principado prevé un crecimiento de dos dígitos al cierre de 2017, con unas ventas que superen los 2.000 millones de euros, de los que casi 1.400 los aporta la industria láctea
Uno de cada diez euros de la riqueza del Principado lo genera el sector agroalimentario. La previsión del Gobierno regional es que estas empresas cierren 2017 con un crecimiento de dos dígitos, con unas ventas superiores a los 2.000 millones. La importancia de este amplísimo y emergente sector en la economía asturiana queda patente en el aporte que el Principado prevé que tendrá al Producto Interior Bruto de este ejercicio. Según la estimación de la Administración regional, el peso de este sector en el PIB podría situarse, o incluso superar, el 10% del total. O lo que es lo mismo, la actividad agroalimentaria lograría alcanzar ya a la turística como uno de los grandes motores de la actividad económica de Asturias. Esta semana el BBVA, en su estudio de la economía asturiana para 2017 y 2018, sitúo en unos 21.000 millones el PIB regional.
El sector agroalimentario es muy amplio, puesto que va desde el agricultor que planta un repollo en Castropol, hasta la estantería de un supermercado; desde el ganadero que cuenta con una explotación de leche en Tineo hasta el brick que todos tenemos en nuestras neveras o desde el pescador que captura un cabracho hasta la lata de paté que compramos en una tienda. Lo cierto es la agroalimentación tiene un marco de acción y encuentra acomodo en numerosas áreas. Incluso hay quienes incluyen en este sector al hostelero, al que tradicionalmente se le liga con el turístico. Es el caso del Principado, que considera que la implantación del sector agroalimentario en la actividad económica es superior a lo que su visibilidad parece sustentar. Y es por ello por lo que hay informes de la Administración regional que hablan de un peso de esta actividad en la economía regional del 20%, ya que suman a él la actividad hostelera.
De una forma u otra, lo cierto es que el sector de la agroalimentación es ya un importante motor de nuestra economía. Este año que está a punto de cerrar es el de su despegue definitivo. Las previsiones que maneja el director general del ramo, Jesús Casas, es que las empresas asturianas cierren el ejercicio con un volumen de negocio de entre 1.800 y 2.000 millones de euros, con una tendencia más clara a esta última cifra.
El sector agroalimentario asturiano se asienta sobre cinco pilares fundamentales: el lácteo, el cárnico, hortofruticultura, conservas y sidra. Sin duda alguna, el primero de ellos es el que más peso tiene en la actividad, motivado por la presencia de grandes industrias que lideran el sector nacional, como CAPSA (Central Lechera), ILAS-Reny Picot, Nestlé o Arias.
Un 65% de las ventas netas -1.379 millones, según datos del INE de 2014, los últimos publicados- del sector agroalimentario del Principado corresponde a la industria láctea. El 93% de la producción de leche asturiana se vende fuera de la región. Y las proyecciones de futuro son todavía mejores, motivadas por la elevada demanda de alimentos a nivel mundial. Y es que las exportaciones lácteas se han disparado en el último año. En 2016 alcanzaron las ventas en el extranjero fueron de casi 77 millones de euros. El pasado mes de agosto, esa cifra se había casi duplicado: la facturación por la exportación láctea fue en esos primero ocho meses de 2017 de 113,9 millones de euros.
En esta especie de despensa global, en la que las empresas asturianas comienzan a hacerse un hueco, China es, a día de hoy, uno de los países que más demanda de leche y sus derivados requiere. Un ejemplo es el reciente acuerdo suscrito por ILAS-Reny Picot con el Gobierno chino para exportar leche en polvo infantil al gigante asiático.
Por idéntico buen momento atraviesa la carne asturiana. Los últimos datos de cifra de negocio del sector corresponden a 2014, cuando alcanzaron los 101 millones de euros. Sin embargo, se prevé que 2017 se cierre con un volumen de ventas cercano, si no superior, a los 129 millones de 2013 . El sector cárnico está fuertemente implantado en Asturias, con una importante industria transformadora y de embutidos y chacinería.
La existencia de marcas de calidad, como Ternera de Asturias o Chosco de Tineo, han contribuido a la expansión del sector cárnico. La inmensa mayoría de la producción de vacuno de carne está adscrita a la Ternera de Asturias. En 2016 el valor comercial de la carne certificada alcanzó los 29.325.000 de euros, según los datos aportados por esta IGP.
Carne asturiana para Turquía
Al igual que la leche la exportación ha aumentado, en este caso alrededor del 10%. Gran parte de la culpa de ese incremento, como confirma la Asociación Nacional de Productores de Vacuno (Asoprovac), se debe al fuerte aumento de la demanda de ganado vivo por parte de países musulmanes del Magreb, Oriente próximo y Turquía, que han dejado de comprar vacuno en Francia -su principal proveedor hasta ahora- para hacerlo en el mercado español. En 2016 se exportaron a estos países musulmanes unas 110.000 cabezas de ganado y la previsión es que al cierre de 2017 la cifra supere las 200.000 reses.
Este incremento en la exportación se ha notado, y mucho, en el Principado. Desde la IGP Ternera de Asturias se asegura que «este año han salido muchos terneros de la región, lo que hace que, al no completarse el ciclo productivo en Asturias, no tengamos animales suficientes para certificar y satisfacer la demanda existente». En 2016 fueron vendidos bajo este sello de calidad 6.650.000 de kilos de carne.
La tercera pata en importancia del sector agroalimentario asturiano es la hortofrutícula. Es uno de los sectores que ha experimentado un mayor crecimiento, con la producción del kiwi y frutos rojos -arándanos, fundamentalmente- como principales productos. «Somos el único lugar del mundo capaz de competir con Nueva Zelanda», afirmó Jesús Casas.
El Principado no dispone de datos de facturación de este sector. Sí de producción. En el caso del kiwi -«nuestro oro verde», como lo denomina el director general de Agroalimentación- se cultivaron el año pasado 2.250 toneladas de esta fruta, repartidas en 168 hectáreas, la mayor parte en las vegas del Bajo Nalón y Narcea.
Los precios en la venta en origen de este sector son muy fluctuantes, como está ocurriendo este año con los de la producción de la manzana, cuyo excedente ha hecho desplomarse su cotización. Por ejemplo, en el cultivo del arándano, el precio puede ir desde menos de un euro por kilo hasta diez en poco menos de un mes.
El sector hortofrutícula es uno de los que más ha invertido en investigación en los últimos años en busca de la diversificación de cultivos. Así, Jesús Casas prevé que en próximos ejercicios «podamos ver en nuestros mercados cítricos producidos en Asturias o aguacates».
Auge conservero
Las conservas son el cuarto pilar estratégico del sector agroalimentario del Principado. Con una facturación superior a los seis millones de euros, han sorteado unos años de crisis y han vuelto a dispararse. Especialmente las conservas de pescado, con gran tradición en el Principado, que son muy demandadas fuera de la región por su calidad. Hay empresas, como El Gaitero, que está preparando su asalto al mercado estadounidense y de Oriente próximo. No solo por la venta de su producto estrella, la sidra, sino de otras líneas como sus bebidas refrescantes, su dulce de manzana o sus productos cárnicos enlatados.
La sidra es la pata que completa el grueso del sector agroalimentario de la región. La facturación por la elaboración de bebidas fue de 93,1 millones en 2015, última cifra publicada por el INE. De esa cantidad, casi 58,5 corresponde a sidras y otras bebidas fermentadas, como el vino. En este último caso, la producción este año se verá mermada debido a las granizadas del pasado verano.
Lácteo
Los quesos, el principal reto del futuro. El sector lácteo asturiano es el gran motor de la actividad agroalimentaria. Los productos de la gran industrial lechera están perfectamente asentados en la región y gozan de gran prestigio, tanto en el resto del territorio nacional como fuera de España. Jesús Casas sitúa a los quesos –Asturias es la principal mancha quesera del país– como el producto que tiene más posibilidades de crecimiento en el futuro. «Hay mucho potencial.El mayor crecimiento de venta de quesos es en septiembre y octubre, que coincide con la vuelta de veraneantes a sus domicilios».
Cárnico
Nuevas marcas ligadas a la calidad. El sector cárnico es considerado por elGobierno asturiano como segundo estratégico en su plan agroalimentario.No en vano, los más de 101 millones de euros que mueve –la previsión es que este año se supere con creces esa cantidad– merecen una atención especial.El reto del sector es el de conseguir un mayor valor añadido a la producción, mediante la implementación de productos cárnicos elaborados y cocinados.También se está trabajando en nuevas marcas ligadas a la calidad, como una de vacuno mayor –buey o vaca– o de embutido asturiano, como el tradicional compango: chorizo, morcilla y lacón asturianos.
Hortofrutícola
El sector hortofrutícula es el que más ha crecido en los últimos años.Por ello, el Principado lo considera como la tercera actividad estratégica del sector. Jesús Casas afirma que «somos la única zona capaz de competir con Nueva Zelanda». También asegura el director general de Agroalimentación que en los próximos años se verá una diversificación de productos, sin descartar que en la región puedan producirse variedades de cítricos para su comercialización o productos de otras latitudes, como el aguacate. Los arándanos y frutos rojos y la miel son otros alimentos sobre los que hay buenas expectativas.
Conservas
ElGobierno regional prevé un fuerte crecimiento de las conservas en los próximos años.La actividad conservera cuenta con una gran tradición en Asturias, sobre todo la ligadas a los productos de la mar: bonito, patés, mariscos... También los productos cárnicos en conserva empiezan a hacerse hueco en las despensas de fuera de la región o de España. La marca Asturias es sinónimo de calidad, aunque es posiblemente en el sector conservero donde tiene una mayor fuerza.
Sidra
La sidra es el quinto pilar estratégico para el Principado en su plan agroalimentario. La cifra de negocio de este producto y de las bebidas fermentadas de frutas –incluye el vino– fue de 93,1 millones de euros en 2015, que son los últimos datos publicados. El Consejo Regulador de la Denominación de Origen Protegida Sidra de Asturias prevé que en 2018 las ventas se disparen hasta los 3,5 millones de botellas, un 84% más que las previsiones que se establecieron para el presente ejercicio.
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