jueves, 19 de septiembre de 2024
Me parece una idea excelente....a por ella!
Sobre Correos y la importancia de un banco público
La empresa pretende recuperar en 2025 parte de lo que fue la Caja Postal, desaparecida en 1991 al integrarse en Argentaria.
Por
Mario Murillo
19 septiembre 2024
Oficina de Correos de Oviedo. Foto: Iván G. Fernández.
Ha bastado que Pedro Saura anunciase que Correos pretende tener más presencia en el sector bancario, para generar una controversia que de inmediato ha colocado a la empresa pública postal en la agenda política y mediática.
Desde Cinco Días a El Confidencial, desde ABC a ElDiario.es pasando por Expansión, se están vertiendo ríos de tinta acerca de este asunto. Incluso el diputado de SUMAR, Iñigo Errejón, rápidamente recordaba en sus redes sociales que la creación de una banca pública para luchar contra la exclusión financiera era una medida clave recogida en el programa con el que la formación progresista se presentó a las elecciones del 23-J.
Primeros tambores
El pasado 22 de julio saltaba el anuncio de la firma de un acuerdo entre Correos, SEPI y las secciones postales de CCOO y UGT (con el beneplácito del Ministerio de Hacienda) para marcar el devenir de la entidad pública durante los próximos años.
Lo cierto es que de este acuerdo marco, el cual según sus artífices “sienta las bases del Plan Estratégico, que posicionará a Correos como un instrumento del Estado para prestar servicios esenciales a la ciudadanía en toda la geografía española”, apenas existe un pequeño documento más parecido a índice que a un contenido desarrollado, imposibilitando la adquisición de un conocimiento adecuado y profundo del mismo. Una vez más, el búnker postal (Regino-Sayagués) y el PSOE han negociado fuera de cámara, en la más pura intimidad de la corte.
Es precisamente a colación de este acuerdo (al que dedicaré otro artículo de forma particular) que en la comunicación sindical emitida por CCOO Correos encontramos una primera mención al referirse a “la compra de un Banco para garantizar la accesibilidad a servicios financieros en todo el territorio”.
No obstante, el hito que ha sacado verdaderamente a la palestra mediática esta cuestión ha sido la entrevista concedida por el Presidente de Correos al diario económico Expansión hace apenas una semana. Con el objeto de ser riguroso, reproduzco lo que el mandatario postal dijo a este respecto: “Lo que planteamos es solicitar al Banco de España ser una entidad para emitir dinero electrónico. Ya lo estamos distribuyendo, pero este avance nos permitirá recuperar los antiguos valores de la Caja Postal y atender a una parte de la población española en riesgo de exclusión financiera”.
Oficina de Correos central de Oviedo. Foto: Iván G. Fernández
El señor Saura lo puede decir más alto, pero difícilmente más claro. Es por ello, hasta cierto punto incomprensible, la feroz reacción que ha tenido el sector bancario privado tras el anuncio. Por desgracia, el Presidente de Correos no ha puesto sobre la mesa la creación de una gran banca pública que haga temblar a las grandes corporaciones privadas, ni que genere una posibilidad real de desplazar la hegemonía del mercado en lo que a la prestación de servicios financieros se refiere.
A nivel político, la propuesta más avanzada la encontramos en el texto programático de SUMAR de cara a las últimas elecciones generales: “Recuperación de las competencias financieras para la empresa Sociedad Estatal Correos y Telégrafos. Del mismo modo que debe prestar el servicio postal universal en todo el territorio, incluirá también entre sus funciones la prestación de servicios financieros minoristas de ahorro y depósito en todas sus oficinas. Esto contribuirá tanto al objetivo de reducir la concentración bancaria y aumentar la competencia en el sector, como a que todas las poblaciones y municipios puedan acceder a servicios financieros básicos y evitar así la exclusión financiera. Esta medida, junto a la creación del banco de desarrollo industrial a partir del ICO, permitirá recuperar una banca pública en España”.
No se requiere una comprensión lectora por encima de la media para apreciar la gran distancia existente con el anuncio de Pedro Saura.
El nerviosismo bancario se traslada a los medios
No sólo desde los medios más afines a la banca privada se ha puesto el grito en el cielo denunciando el intrusismo o agitando fantasmas como el de Bankia, sino que también otros medios esmerados por barnizarse de izquierda, en ningún caso están haciendo campaña a favor de la creación de una banca pública.
Sin ir más lejos, el diario económico “Cinco Días” (grupo PRISA) a pesar de publicar un artículo titulado “Por qué tiene sentido que Correos recupere la Caja Postal”, lo cierto es que en el mismo se marca una posición clara: “Refundar la Caja Postal, aunque sea con otro nombre, es una quimera. Construir un banco desde cero, que cubra todos los servicios financieros, incluido dar créditos, con personal inexperto en la gestión de riesgos, es una temeridad. Es de suponer que el Gobierno no pretende esto y que, si así fuera, el Banco de España lo impediría. España ya tuvo la experiencia de las cajas de ahorros y no debería jugar más a entidades financieras manejadas por políticos. (…) En cambio, sí que parece que pueda tener sentido que Correos preste servicios financieros básicos en el mundo rural, un territorio que ha ido siendo abandonado por la banca privada convencional por falta de rentabilidad”.
Desde mi punto de vista, el artículo publicado en Eldiario.es el pasado sábado es el que –además de situar ciertas aclaraciones técnicas- aborda la cuestión en un sentido al menos progresista, enumerando las fortalezas, no ya de que Correos se lance a lo anunciado por el Presidente de la compañía, sino de la conversión de ésta en un banco público.
Así pues, quedan a la vista las coordenadas en las que se está produciendo la batalla mediática. Por un lado, una negativa a ultranza de cualquier paso por parte de Correos en la dirección de mayor protagonismo en el ámbito bancario y financiero. Mejor seguir poniendo el músculo público y la red de oficinas a trabajar para Santander, BBVA, Sabadell, etc.
Por otro, las voces favorables al anuncio de Saura, aunque en dos vertientes: los partidarios de que la empresa pública pueda aliviar las carencias de servicios financieros que padece la población de la España Vaciada, pero de forma modesta y sin generar daño alguno a las entidades privadas que gobiernan y han de seguir gobernando el mundo financiero, y quienes miran más allá, estimando deseable que Correos prosiga el camino hasta convertirse en un banco público que “aumente la competitividad en el sector financiero con una oferta de servicios más pensada para el ciudadano”.
Llegados a este punto hemos de preguntarnos, ¿cabe algún planteamiento más? Por supuesto.
Una lucha sindical histórica en Correos
En mi caso, estoy orgulloso de ser militante de la Confederación General del Trabajo, el único sindicato que desde la privatización de la Caja Postal en 1991 ha defendido de manera numantina y permanente la necesidad de recuperar dicha actividad bancaria por parte de Correos. En aquel tiempo, cuando primero Felipe González y después José María Aznar realizaron el gran trasvase del sector público español a manos del capital privado, CGT se opuso de manera nítida y consecuente al debilitamiento de las empresas y servicios públicos.
Hoy, 33 años después, si bien la esencia reivindicativa se mantiene invariable, partimos de la necesidad casi vital que tiene la recuperación de servicios esenciales para la ciudadanía para salvaguardar el futuro de Correos. La amazonización y el continuo debilitamiento de nuestro objeto social, que tanta precariedad y sufrimiento han traído a la plantilla y al servicio que prestamos, exige tomar medidas que fortalezcan nuestra esencia pública.
Es cuanto menos curioso, que ahora se empuñen con vigor argumentos asociados a los beneficios sociales que supondría disponer de esta herramienta bancaria pública, así como a las bonanzas económicas tomando como referencia el ejemplo de las bancas postales de nuestro entorno europeo (Francia, Italia, Bélgica …). Quienes hayan estado en este meollo sabrán la cantidad de demenciales excusas y piruetas retóricas espetadas presidente tras presidente (de Correos) y gobierno tras gobierno, para negar la posibilidad de emprender esta vía.
Tampoco olvidarán el sinfín de descalificaciones provenientes de otras organizaciones sindicales, que hemos tenido que soportar quienes siempre hemos mantenido en alto la bandera de la banca pública postal. Breve spoiler: Si finalmente se avanza en este sentido, quienes tanto han despotricado se colgarán hasta la Cruz Laureada de San Fernando.
Crecer en valor social para tener futuro
Quienes me conocen (o me han leído anteriormente) identifican mi postura socializante: Nuestra economía no debería estar en manos del capital privado sino de la esfera pública, donde podemos luchar por su democratización. En consecuencia, el Estado no está para cubrir aquello que al mercado no le interesa ni le resulta rentable, sino para satisfacer las necesidades estructurales de un país y los requerimientos sociales de su gente.
Desde esta perspectiva, si bien siento más proximidad con las organizaciones y personalidades que pretenden reconstruir en España un banco público, reconozco divergencias alrededor del alcance estratégico de tal iniciativa. En efecto, puedo entender e incluso compartir que edificar una banca pública postal deba iniciar su camino actuando donde más urgencia existe, pero no puedo evitar cuestionarme, ¿por qué limitarnos a combatir la exclusión financiera en el mundo rural y las zonas “vaciadas”? ¿Por qué mantener al Estado como pez rémora del tiburón mercado? ¿Qué modelo de país queremos para nosotros y las generaciones futuras?
El valor público de Correos ha sido deliberadamente lesionado por gestores políticos que han trabajado con esmero para beneficiar los intereses privados. Durante muchos años, hablar de una banca pública guiada por criterios sociales ha sido peregrinar en el desierto. Sin embargo, existe una ventana de oportunidad y quienes consideramos indispensable que esta iniciativa alcance el máximo desarrollo posible, hemos de hacernos escuchar y ser partícipes del proceso.
En la última entrevista concedida por Yolanda Díaz a El País incidía en que gobernar no es resistir, sino transformar. Precisamente, para poder operar grandes cambios en lugar de reformas de corto alcance, se necesitan herramientas. Correos y el sector público debemos formar parte de la solución a los problemas de la mayoría trabajadora en España. Como en tantas ocasiones, toca conformar un gran bloque social que como mínimo iguale las presiones de las corporaciones bancarias privadas y sus representantes parlamentarios. No será fácil, pero es imprescindible.
ETIQUETASbanca públicaCorreostemes_cabecera
Artículo anterior
Solidaridad pensionista frente a la “motosierra” de Milei
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario