lunes, 23 de marzo de 2009

Vergonzoso.

Ls Bancos a lo suyo, es lamentable un diferencial de tres puntos, respecto al tipo de referencia.

Los tipos de interés reales se disparan y vuelven a máximos desde 1996
@Carlos Sánchez - 23/03/2009Deja tu comentario (7)


El dinero continúa siendo un bien escaso. Pero también caro. Muy caro. Hasta el punto de que los tipos de interés reales -los que verdaderamente importan a quienes solicitan un préstamo- se sitúan ya en niveles desconocidos desde 1996. Los datos que acaba de publicar el Banco de España indican, en concreto, que el tipo de interés sintético de las nuevas operaciones del conjunto de las entidades de crédito se situó en enero en el 5,02%. Es decir, algo más de cuatro puntos porcentuales por encima del Índice de Precios de Consumo (IPC). Pero también a años luz del 2% en que se situaba el precio oficial del dinero en enero (ahora está en el 1,5%).

La comparación es todavía más significativa si se tiene en cuenta que el tipo de interés medio que bancos y cajas aplican a las familias se sitúa todavía en un increíble 5,95%, y llega verdaderamente a niveles estratosféricos si se trata de créditos al consumo, que como media se cobran al 8,72% en las nuevas operaciones. Si el objetivo es la adquisición de una vivienda, el precio del dinero alcanza, como media, el 4,97%, lo que significa unos tipos de interés reales verdaderamente importantes en un contexto de baja inflación, y que en los próximos meses será todavía inferior.

Quiere decir esto que los tipos de interés reales, lejos de decrecer, continúan aumentando, lo que dificulta enormemente la recuperación económica. Sobre todo en una economía altamente indexada como es la española, donde los salarios (como regla general) se actualizan al paso que marca la inflación. El dinero es, por lo tanto, cada vez más caro, aunque nominalmente el Banco Central Europeo haya relajado su política monetaria hasta niveles desconocidos desde su creación, hace poco más de una decena de años.

Para las empresas, el coste financiación también se ha endurecido de forma relevante, aunque en menor medida que en el caso de las familias. Las entidades de crédito aplican, como media, un tipo de interés medio del 4,17%, pero con notables diferencias en función de la cuantía del préstamo. Si los créditos son superiores a un millón de euros, el precio del dinero se sitúa en el 3,60%, pero escala hasta el 5,40% si la cantidad prestada es inferior al millón de euros. Estos créditos son, precisamente, los que se destinan fundamentalmente a las pequeñas y medianas empresas (pymes).

En ambos casos, por lo tanto, se aplican unos tipos efectivos verdaderamente elevados para una economía que entre 2002 y 2006 se benefició de tipos de interés reales negativos, lo que favoreció la actividad económica, y en particular alimentó el ‘boom’ inmobiliario. Esos tiempos son ya agua pasada. Y por lo tanto vuelve a aparecer el fantasma de los tipos de interés reales elevados, algo que fue moneda corriente en la segunda mitad de los años 80 y la primera mitad de los 90, cuando el Banco de España mantuvo una política monetaria restrictiva para captar capitales y financiar una política presupuestaria expansiva que sistemáticamente generaba déficit públicos. De hecho, entre 1990 y 1995 los tipos de interés efectivos se situaron siempre entre cuatro y ocho puntos porcentuales, lo que lastró el crecimiento económico.

Emisiones de renta fija

Los tipos de interés reales son más significativos, y se calculan a partir de la evolución de los precios o de las emisiones que hacen los agentes económicos (públicos y privados) para su financiación. Así, mientras que el tipo de interés de las letras del Tesoro a tres meses se sitúa por debajo del 1%, en el caso de las emisiones de renta fija ha descendido hasta el 1,65%. Es decir, que el precio real del dinero se triplica cuando alguien (una empresa o un particular) acude al banco a solicitar un préstamo. Pero si usted es quien pone sus ahorros a disposición de las entidades financieras, la remuneración cae en picado.

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