Las provisiones no cubren los impagos de las hipotecas, la cobertura deberá de salir de los resultados.
La banca tendrá que 'tirar' de beneficios este año: la morosidad se come las provisiones
A falta de conocer los de Santander, lo más llamativo de los resultados de las principales entidades financieras españolas es el auténtico desplome de la tasa de cobertura de la morosidad, es decir, de la proporción entre provisiones y mora. Si ésta sigue creciendo a la impresionante velocidad actual, las dotaciones con que cuentan algunos bancos o cajas pueden agotarse este mismo año, lo que las obligará a 'tirar' de los resultados para cubrirla. Y eso puede dejar las cuentas de más de una tiritando.
Todas las entidades que han publicado resultados hasta ahora presumen de que su morosidad se encuentra por debajo de la media del sector, y es cierto. Pero lo preocupante no es eso, sino que esa morosidad inferior a la media se está comiendo las provisiones dotadas en los últimos años a marchas forzadas, con lo que la tasa de cobertura se ha hundido. En La Caixa y Popular, ha caído hasta el 51%, desde niveles del 66% y el 73%, respectivamente, al cierre de 2008. Y la palma se la lleva Caja Madrid, con una cobertura de sólo el 40,5% para una morosidad que se ha disparado hasta el 5,57% (al final del ejercicio anterior era del 46,6%).
En el lado positivo, Banesto mantiene una cobertura del 83,6% y Bankinter, del 96,42%, gracias a que su tasa de mora se encuentra todavía por debajo del 2%, pese a la que está cayendo. En todo caso, ambos bancos se sitúan por debajo del 100% del que presumían a 31 de diciembre.
Es difícil estimar la evolución de esta tasa en los próximos trimestres, porque varía mucho de unas entidades a otras. Por ejemplo, su caída ha sido muy rápida en La Caixa y Popular, mientras que en Caja Madrid se ha frenado bastante al partir de niveles ya bastante bajos. Además, bancos y cajas van a hacer todo lo posible e incluso lo imposible para frenar su deterioro por debajo de niveles preocupantes.
Pero la realidad es tozuda y, con las proyecciones de contracción económica y de aumento del paro que manejan los principales analistas, todo hace pensar que más de un nombre importante y menos importantes se van a quedar sin provisiones suficientes -además, el Banco de España no permite utilizar más del 80% de la genérica- y van a tener que utilizar sus beneficios para hacer frente a la morosidad. Así lo considera S.McCoy en esta estimación de la mora máxima que puede soportar el sistema.
Si se acaba el colchón, los beneficios... o el capital
Las entidades deben provisionar en dos años el importe total de los créditos morosos, salvo a los hipotecarios por un porcentaje inferior al 80% del valor de tasación (loan to value), lo que se aplica a la ingente morosidad de los créditos a promotores; las hipotecas 'razonables' que entran en mora se provisionan en seis años. Para ello, cuentan en primer lugar con el colchón de la famosa provisión genérica o anticíclica que han dotado en los años de bonanza por imperativo del Banco de España y que ya han empezado a gastarse a marchas forzadas, así como otras dotaciones extraordinarias.
Una vez agotado ese colchón, tienen que sacar el dinero de sus resultados, básicamente del margen de explotación recurrente. Si no son capaces de generar suficientes ingresos para ello -como podría ocurrir en alguna entidad importante-, deben utilizar sus fondos propios, lo que puede llevar los ratios de capital a niveles peligrosos y forzar una recapitalización o intervención de la entidad. Y lo peor es que el grueso la morosidad que está aflorando ahora tendrá que provisionarse en 2010, lo cual significa que las entidades que superen 2009 sin problemas los tendrán el próximo año.
Las maniobras para reducir la morosidad
Para no llegar a esos extremos, los bancos y cajas cuentan como principal arma con la adjudicación de inmuebles como pago de los créditos antes de que éstos entren en mora, práctica a la que se está entregando con fruición el sector. Al cierre de 2008, se había 'comido' 30.000 millones de los que 19.300 correspondían a las cajas y 10.600 a los bancos, pero el ritmo se está acelerando. El Popular los ha incrementado en el trimestre un impresionante 71,9% respecto al 31 de diciembre hasta casi 6.500 millones. La Caixa y Caja Madrid ni siquiera han facilitado esta cifra, pero el mercado considera que también es muy elevada.
De hecho, numerosos analistas consideran que las cifras de morosidad no reflejan realmente el problema por culpa de esta práctica, por lo cual suman la mora declarada con los adjudicados, algo que podríamos denominar "mora bruta" y que, en consecuencia, es mucho más elevada que la oficial. Por el contrario, algunas entidades tratan de maquillar sus preocupantes tasas de cobertura añadiendo las garantías que respaldan los créditos y que pueden ejecutar en caso de mora, como si fueran una provisión. Garantías inmobiliarias en su mayor parte y valoradas a precios de mercado... de cuando se concedió el crédito en pleno boom, claro.
Incluso hay quien quita importancia a la morosidad. Es el caso de Ildefonso Sánchez, director general financiero de Caja Madrid, quien considera que "la morosidad no es relevante, sino la pérdida esperada. Nosotros tenemos un modelo de Basilea II aprobado por el Banco de España según el cual las provisiones actuales de la caja superan a la pérdida esperada en 156 millones, que además computan como capital". Los modelos de Basilea se basan en que el riesgo no se mide por criterios homogéneos sino que cada entidad aplica los suyos. La pérdida esperada es inferior a la morosidad porque siempre se recupera una parte, aunque ese proceso suele durar varios años, mientras que la mora debe provisionarse en el plazo establecido.
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