¿Nostalgia por el Marco?
Las desigualdades y desequilibrios internos de la euro zona, que benefician a Alemania, son el verdadero problema del euro, dice un ex Secretario de Estado del Ministerio de Finanzas alemán
Actualizada a las 02:42h | Economía
Las dudas aparecen en época de vacas flacas y en Alemania, con sus exportaciones caídas un 18,4% el año pasado, no falta quien recuerde con nostalgia el marco alemán. Para los alemanes el marco no era exactamente lo mismo que lo que la peseta era para los españoles. Era casi lo contrario. Los españoles se desprendieron de la peseta con la idea de ir a algo "más y mejor", más estable y más sólido. Esa idea compensó el atraco de la subida encubierta de precios, que representó la adopción del euro en Celtiberia. Fue idealismo en el sentido más estricto.
Para los alemanes, el marco no era una moneda, sino una seña de identidad nacional. La fortaleza de su moneda les evocaba, no sin motivo, su salida nacional del hoyo de posguerra, el "milagro" y todo eso. Desprenderse del marco fue algo sentimentalmente duro, pero, ¿fue idealismo?. Nicolaus Heinen, del grupo de expertos investigadores del Deutsche Bank, lo desmiente categóricamente.
Gracias al euro,"nuestras empresas se benefician en capacidad de previsión y seguridad para sus negocios e inversiones y pueden reducir costes derivados de riesgos con los tipos de cambio, los consumidores pueden comparar mejor los precios en el mercado interior, y el euro ofrece una protección más fuerte contra ataques especulativos de la que ofrecían las monedas particulares de cada país, estas ventajas superan con creces a los inconvenientes", explica en declaraciones a Die W.
Las dudas filosóficas acerca del euro y del marco las ha suscitado, evidentemente, la crisis griega y el supuesto "efecto alud" que tal crisis podría tener en el sur de Europa, arrastrando finalmente a los correctos y perfectos del Norte hacia el Apocalipsis. "¿Es que los alemanes nos vamos a tener que jubilar a los 67 para que los griegos puedan hacerlo a los 61?", se lee en el Frankfurter Allgemeine Zeitung.
Con razón o sin ella, los alemanes siempre han tenido clavada en su consciencia la idea de que son ellos los que pagan por la ineficacia de los manirrotos del Sur. Esa obsesión ya existía antes del euro, así que la visión de un posible Apocalipsis cercano en Europa, que los medios anglosajones evocan con la acostumbrada habilidad, les regresa a ella. ¿Es seria?.
El pánico alrededor de Grecia se ha exagerado hasta lo increíble, a causa de una fe absurda en la sabiduría de los mercados financieros, dice Heiner Flassbeck, Director de política de desarrollo de la Conferencia de la ONU para el comercio y el desarrollo (UNCTAD) en Ginebra. "En lugar de decir; "otra de esas ridículas agencias de rating", nos los tomamos en serio", dice Flassbeck, que fue Secretario de Estado en el Ministerio de Finanzas alemán a finales de los noventa, donde era responsable de política monetaria y europea.
Para este observador, el auténtico problema, la verdadera amenaza para el euro, no son los déficits presupuestarios de algunos, sino las enormes diferencias en competitividad dentro de la euro zona. "Diferencias en costes, salarios y también de déficits en la balanza por cuenta corriente", dice en una entrevista con el semanario Der Freitag.
La tesis de Flassbeck es que el dumping salarial practicado por Alemania durante diez años, desde la introducción del euro en 1999, ha traído por resultado que cualquier producto comparable sea en Alemania un 25% mas barato que en los países de Europa del Sur. Eso, dice, "es mortal e insostenible para la moneda única", aunque favorezca sobremanera a las exportaciones alemanas, que en un 60% se venden en la euro zona. La solución es que los salarios suban en Alemania más que en el sur de Europa durante algunos años, afirma.
La nostalgia del marco y el victimismo es todo lo contrario de lo que necesita Europa: más solidaridad, menos desigualdad entre países miembros, y más integración en dirección a un mayor gobierno económico común, con leyes más estrictas en materia de bancos y especulación. Que la City londinense se sienta amenazado por ello es lógico, pero, ¿está por ello el euro al borde de la quiebra?.
Es verdad que la actual situación podría ser inicio de una seria euro crisis, pero también lo es que podría ser una oportunidad para corregir aspectos esenciales de la política económica europea, directamente vinculados con la génesis de la actual situación.
"Muchos críticos y analistas exageran negativamente", observa el suizo "Neue Zürcher Zeitung". "Con razón se dice que el Estado de California, una de las diez mayores economías del mundo, está mucho mas cerca de la quiebra que cualquier país de la euro zona, sin que nadie se preocupe por un hundimiento del dólar", señala.
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