Elton John: 'Jesucristo era un hombre gay, superinteligente y compasivo'
El cantante durante uno de sus conciertos en Madrid. | Foto: Alberto Cuéllar
'Versace y Lennon fueron asesinados porque eran famosos'
Julio Valdeón Blanco | Nueva York
Actualizado sábado 20/02/2010 02:57 horasDisminuye el tamaño del textoAumenta el tamaño del textoComentarios 42 Elton John, 250 millones de discos vendidos, se acerca al micrófono. El resultado noquea. Tras liberar sus demonios, equivale a una bomba que mantiene en vilo a los que exigen contención, blandura, corrección, al ídolo de turno.
Protagonista de la revista 'Parade', sus declaraciones incendian la blogosfera. Superviviente de unos setenta escandalosos, cuando cantar equivalía a ingresar en las filas vikingas y hacer de cada gira una razzia, el caballero del Imperio Británico pasa cantidad de parapetarse con frases pulidas, de esas que engatusan a los patrocinadores y sirven como cebo para los guionistas de culebrones.
Gordo, vistoso, provocador, genial, lo suyo es pasarse por el tapete del alma las convenciones de un público que sin embargo lo ama, tal vez porque en su país, y en Estados Unidos, nadie sospecha del que triunfa.
De Jesucristo, nada menos, ha dicho que "era un hombre gay, superinteligente y compasivo que entendió los problemas humanos. En la cruz perdonó a quienes lo crucificaron. Jesús quería amar y perdonar. No sé de donde las personas sacan tanta crueldad". Por si alguien cree que lo suyo es el relativismo: "Intenta ser mujer y homosexual en Oriente Medio. Estás muerta".
¿Y el amor? Ah, "Siempre tenía que estar con alguien, bueno o malo, de otra manera no me sentía lleno". Esta bulimia sentimental se combinaba con el coleccionismo de carne juvenil, pues "siempre elegía a alguien más joven. Quería enseñarles el mundo, educarlos. Uno tras otro, darle un reloj Cartier, un traje de Versace, quizás un coche deportivo".
'Intenta ser mujer y homosexual en Oriente Medio. Estás muerta'Al final, claro, Pigmalión anulaba a sus protegidos. "No tenían trabajo, dependían de mí. Este error lo he cometido varias veces. En seis meses se aburrían de mí y odiaban mis tripas, porque les había quitado su vida y su autoestima, si bien no tenía la intención de hacerlo".
Respecto a las noches del esplendor dopado, a sus maratones consumiendo coca y sus meditaciones blancas, Elton John ha sido siempre crudo, o sea, sincero: "A algunas personas un gramo les dura un mes. A mí no. Necesitaba el lote completo, y luego quería más. Al final del día todo lo que tenía eran dolores de cabeza".
'Nunca tuve guardaespaldas hasta que murió Versace'
Tampoco se corta hablando de la fama, mala pécora que explica en parte la demencia colectiva de un siglo obsesionado con sus criaturas catódicas. Se trata de una ciénaga. Allí agonizaron varios de sus mejores amigos. "La Princesa Diana, Gianni Versace, John Lennon, Michael Jackson, todos muertos", explica, "a dos los dispararon en la puerta de sus casas. Nunca hubiera ocurrido si no hubieran sido famosos. La fama atrae lunáticos. Nunca he tenido un guardaespaldas, nunca, hasta que murió Gianni".
Menos mal que entre tantas caídas, rodeado de cruces, fantasmas y duelos su matrimonio con David Furnish funciona engrasado. Cuenta que se sintió "Atraído por él desde la primera vez que lo vi. Estaba muy bien vestido. Era muy tímido. A la noche siguiente nos fuimos a cenar, después consumamos nuestra relación. Nos enamoramos muy rápido".
"Cada sábado durante dieciséis años nos enviamos una postal, no importa dónde nos encontremos en el mundo, para decirnos cuanto nos queremos. Nunca hemos sentido celos. Hablamos acerca del lado sexual de las cosas, que normalmente me hubiera asustado antes". Es la trinchera fiel de un creador excesivo, capaz de publicar medianías sin fin durante los 80/90 y descargar tres discos estupendos, repletos de notas autobiográficas y apuntes ensangrentados en lo que va de década.
Casi cuarenta años de profesión, de gafas imposibles, pelucones estridentes y estribillos como guacamayos, vistosos, coloristas, no han liquidado su activismo. Mantiene a pleno rendimiento su fundación contra el SIDA y le recuerda al entrevistador que "Cada vez que canto 'The ballad of the boy in red shoes' en el escenario comenta que es una canción escrita cuando la gente en América comenzaba a contagiarse de SIDA y vuestro presidente, Ronald Reagan, no hizo nada. Me abuchean. Hay mucho odio en el mundo".
" Your Song "
Un cafetín en el Pinín.
No hay comentarios:
Publicar un comentario