Pensamos que sí, claramenete.
TARIFAS ELÉCTRICAS
Tras la subida de la luz, ¿compensa cambiarse a la tarifa libre?
Las eléctricas exigen muchos requisitos para aplicar descuentos
05/10/2010 - 08:01 - JOSÉ M. CAMARERO
A pesar de que la tarifa eléctrica regulada ha subido un 30 por ciento desde 2005, si se opta por el mercado liberalizado, se exige un periodo mínimo de permanencia, se aplican los descuentos sobre una parte de la factura y sólo se ofrecen grandes promociones a los mayores consumidores.
Apenas supondrá 56 céntimos de euros al mes por persona en una casa con tres miembros. Pero la subida de la luz, por pequeña que pueda parecer, no sienta bien a ningún usuario. Sobre todo, porque desde que se instaurara el actual sistema de tarificación eléctrica en 2007, el coste de la electricidad para los hogares ha subido un 30 por ciento.
La factura eléctrica vuelve a situarse en el punto de mira de las asociaciones de consumidores, que consideran este nuevo incremento del precio «injustificado y desproporcionado», según apuntan desde Facua-Consumidores en Acción.
Y no será la última subida que se anuncie en los próximos meses. Cada vez que las compañías energéticas acudan a las subastas de electricidad que se celebran trimestralmente, y en las que determinan cuánto dinero están dispuestas a pagar por los costes de la energía, la factura puede sufrir variaciones.
¿Qué alternativas tienen los consumidores ante este sistema? El bono social, disponible solamente para pensionistas, familias numerosas y hogares con todos sus miembros en desempleo; la tarifa de discriminación nocturna, cuyo coste se va aproximando poco a poco a la del resto de usuarios; y el mercado liberalizado de energía.
Actualmente, existen dos tipos de clientes entre las compañías eléctricas. Por una parte, aquellos que se siguen acogiendo a los precios regulados en la denominada Tarifa de Último Recurso (TUR). En este segmento se encuentran todavía unos 22,7 millones de usuarios, esto es, el 76 por ciento del total, según los datos de la Comisión Nacional de la Energía (CNE).
El precio de la electricidad que se les cobra a estos hogares viene determinado por una serie de costes fijos que determina el Gobierno; y unos costes variables que se fijan en función de las subastas a las que acuden las compañías del sector.
Sin embargo, en el caso de los clientes que se encuentran en el mercado liberalizado, los precios vienen determinados por las compañías, al igual que las promociones y descuentos.
Habitualmente, los descuentos que existen en el mercado libre no suelen llegar al 10 por ciento sobre el precio de la tarifa regulada. Pero, ante los últimos incrementos de la luz en el mercado oficial, ¿compensa trasladarse al otro mercado? Todavía no.
Demasiados requisitos
A pesar de los descuentos, buenas condiciones de precios e incluso regalos que ofrecen las comercializadoras de energía eléctrica, son muchos los requisitos que se exigen para poder beneficiarse de una oferta. Además, la conversión de la factura implica el paso a un sistema de tarificación que, a medio o largo plazo, no tiene por qué resultar tan rentable, ni siquiera pese a los incrementos de la factura eléctrica regulada.
Lo primero que hay que tener en cuenta antes de analizar las condiciones del mercado liberalizado es que un traspaso de su actual modelo de factura al nuevo sistema no implica ningún coste adicional para el cliente y apenas hay que realizar trámites, porque son las propias empresas eléctricas las que se encargan de gestionar toda la operativa.
Además, es conveniente saber que, si accede al mercado libre, puede regresar al regulado, siempre que las condiciones del contrato que haya firmado se lo permitan.
Y es aquí donde aparece la primera traba que impide a muchos usuarios dar el paso de optar por los precios regidos por el mercado: la permanencia con la nueva empresa.
Un año como mínimo
Los contratos que ofrecen las eléctricas tienen un periodo de permanencia mínimo de 12 meses. Un periodo durante el cual, el cliente no podrá pasarse al mercado regulado, porque supondría un incumplimiento del contrato y, en su caso, susceptible de ser sancionado económicamente con una multa.
Si lo hace, se le puede imponer un recargo que supone el 5 por ciento sobre la energía no suministrada (el periodo que transcurre entre el fin anticipado del contrato y el vencimiento previsto en el mismo), tal y como establece la legislación.
Precios confusos
El verdadero motivo de cambios para muchos consumidores es el de los precios que ofrecen las compañías comercializadoras de electricidad.
Pero los atractivos precios vienen con muchas condiciones, asteriscos y letra pequeña que condicionan las llamativas ofertas.
Por ejemplo, detrás del descuento inicial que ofrecen las eléctricas a los nuevos consumidores del mercado eléctrico, se encuentra la obligatoriedad de contratar tanto un plan de electricidad como de gas para poder beneficiarse de la rebaja anunciada.
En el caso de Iberdrola, por ejemplo, su plan Energía Dual ofrece un descuento del 10 por ciento en la factura de la luz siempre que se contrate electricidad más gas. En ese caso, obtendrá también otro 30 por ciento de descuento en la factura gasista.
También alcanza el 10 por ciento el descuento que se ofrece en Endesa a través del plan Cumbre Luz Más Gas. Pero, entre sus condiciones, destaca que la tarifa sólo es aplicable «para contrataciones conjuntas de suministros de electricidad, gas y servicio de mantenimiento».
El descuento que promociona Gas Natural en la tarifa eléctrica es del 6 por ciento. Pero en la promoción ya anticipa las condiciones: Plan Me Quedo Gas y Luz. Es decir, que para obtener esa rebaja del precio, hay que contratar servicios de gas de forma conjunta.
Una de las pocas compañías que sí ofrecen descuentos exclusivos en luz es HC Energía. Sin embargo, la rebaja es de apenas un 2 por ciento.
El otro gran inconveniente de todas estas promociones es el punto del contrato sobre el que aplican la tarifa. Porque, frente a lo que pudiera parecer inicialmente, las compañías eléctricas no aplican el descuento promocionado sobre el importe final de su actual factura eléctrica, sino que lo hacen, habitualmente, sobre una parte determinada de la misma.
Sólo una parte de la tarifa
La factura eléctrica de la mayoría de los consumidores está formada por una serie de conceptos. Existen costes fijos, como el alquiler de los equipos eléctricos o el término de potencia (la energía que se tiene contratada); otros que vienen impuestos por la legislación, como el IVA o el tributo de la electricidad; y los variables, que indican el consumo que se ha realizado y su coste final, en función del precio.
Los descuentos se aplican sobre esta parte de la tarifa (ver explicación en el modelo de factura de la página 52), es decir, sobre el precio del kilovatio/hora. Por tanto, aunque pueda influir en el precio final de la factura, no será tan elevado como si el descuento se aplicara sobre todos los términos que la componen.
También hay que tener en cuenta que no todas las promociones de electricidad están habilitadas para todo tipo de clientes. De hecho, el mercado liberalizado está mucho más desarrollado para grandes y medianos consumidores (industrias, pymes, etc.), donde la mayoría se rigen por la oferta y demanda, que para los usuarios domésticos (hogares).
Las ofertas de algunas compañías sólo son válidas para clientes que tengan contratada una potencia mínima de 10 Kilovatios (Kw). Y ése es precisamente el límite establecido, por debajo del cual los hogares pueden acogerse a la Tarifa de Último Recurso (TUR), fijada por la Administración.
Por encima de esa potencia, existen promociones que llegan a ofrecer descuentos de hasta el 20 e incluso el 30 por ciento sobre la parte variable de la tarifa.
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