Empiezan las radiografías más o menos fiables.....
BBK, Popular y Caixa, los que más 'ocultan' su exposición al ladrillo
@Eduardo Segovia.- 15/02/2011 (15:43h)
La fuerte diferencia entre la exposición inmobiliaria declarada por bancos y cajas y la estimada por el Banco de España -de unos 80.000 millones, como explicó El Confidencial- está distribuida de forma muy irregular entre las entidades. Como se recoge en el cuadro adjunto, las mayores discrepancias se dan en BBK, Banco Popular y La Caixa, mientras que los que han dado unas cifras más cercanas a las del supervisor son Bankinter, Banca Cívica y Sabadell.
Para calcular estas discrepancias, hay que tomar los resultados individuales de los test de estrés realizados en julio, donde el Banco de España daba una estimación de crédito promotor más activos adjudicados para cada una. Y eso se compara con los datos publicados por cada entidad en las últimas semanas.
No se trata de cantidades estrictamente comparables: los test tomaban cifras de cierre de 2009 y las actuales son de 2010, y además, hay cierta diferencia entre los conceptos incluidos en ambos ejercicios. Esto justifica que haya algunas discrepancias en todos los casos, pero la situación del mercado inmobiliario no ha mejorado, con lo cual éstas no deberían ser muy significativas.
Estas diferencias sí son notables en casos como el de BBK, La Caixa y Popular, que han declarado porcentajes inferiores al 60% de lo estimado por el supervisor. La entidad vasca tiene por medio el proceso de integración de CajaSur y la catalana explica que en su informe de transparencia sólo se incluye el crédito con finalidad promotora, mientras que el supervisor también recogía crédito a todo tipo de empresas con garantía hipotecaria. El Popular se remite a un hecho relevante de julio en el que aseguraba que los test habían sobreestimado por error su exposición inmobiliaria, que en realidad es un 31,8% inferior.
Otras entidades en las que se aprecian diferencias significativas son Caja Vital, Unnim, Ibercaja, Mare Nostrum, Caja 3, Cajastur-CAM, Unicaja o Kutxa. En cambio, entidades en el ojo del huracán por su elevada exposición al ladrillo han sido bastante más transparentes, casos de Caja Madrid-Bancaja, Catalunya Caixa o NovaCaixaGalicia. Según una auditora, esto se explica porque están sometidas a una vigilancia muy estrecha del Banco de España.
Los que mejor parados salen de este ejercicio son Bankinter, Banca Cívica y Sabadell. El caso del banco que preside Pedro Guerrero es muy llamativo, ya que ha declarado un 75% más de exposición que la calculada por el Banco de España: en vez de restar conceptos, ha añadido a los iniciales el crédito a la construcción no inmobiliaria y a la industria auxiliar de construcción.
También existe una diferencia apreciable entre los dos gigantes del sistema: Santander ha declarado el 93% de la exposición calculada por el supervisor y BBVA, el 71%. Un portavoz del segundo explica que la cifra del Banco de España incluía la exposición inmobiliaria internacional, mientras que la estrictamente española es la declarada en el informe de transparencia.
Unos informes nada homogéneos
Este ejercicio revela, como mínimo, que el Banco de España no ha logrado su objetivo de que los informes de transparencia sean homogéneos: mientras unas entidades se han limitado a publicar el crédito con finalidad estrictamente promotora -dejando fuera los préstamos a las empresas del sector con "otros fines"-, otras han incluido todo el crédito a las inmobiliarias y las más transparentes han metido incluso a las constructoras.
Pero dentro del sector financiero hay sospechas de que algunas entidades han ido más allá y han hecho "enjuagues" para dejar fuera todo lo posible de su cifra de exposición al ladrillo. "Hay quien ha pasado a hipotecario el crédito promotor destinado a que los compradores finales se subroguen, pero sin que los pisos se hayan vendido", pone como ejemplo una fuente del sector.
En todo caso, esta falta de homogeneidad y las fuertes discrepancias entre las estimaciones del supervisor y las de las entidades no hacen sino alimentar las dudas y la desconfianza en el sector financiero español. Justo lo contrario de la transparencia que perseguían estos informes y que ha obligado al gobernador Fernández Ordóñez a exigir auditorías de esta exposición y del cálculo del capital de cada entidad.
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