Y pobre Estado con.....estos pelos!
Aeropuertos fantasma, parques temáticos y obras faraónicas salen a relucir en campaña
Las Cajas, presas de sus políticos
Se acerca el 22-M y cuando está a punto de comenzar la campaña de las elecciones locales y autonómicas, sale a relucir la mala gestión por parte de algunas Cajas de Ahorros. Políticos de uno y otro signo se echan en cara aquellas inversiones millonarias que han resultado ser deficitarias. La CAM es un claro exponente de este fenómeno, al financiar proyectos como la Ciudad de las Artes de Valencia, la llegada de la Fórmula 1, la Ciudad de la Luz en Alicante, Terra Mítica o Polaris World, en Murcia. Como la CAM, otras entidades han financiado proyectos con ansias faraónicas que la mayoría de las veces no son rentables, y que suponen un lastre para sus cuentas. Es ahora cuando se recogen los frutos de aquella política, y ahora también, cuando algunas entidades piden que el Estado enmiende su mala gestión.
Esmeralda Gayán
En los próximos comicios, las Cajas de Ahorros formarán parte del debate político, convirtiéndose en un arma arrojadiza por parte de los políticos. Unos y otros se recriminan haber gestionado mal las entidades, algunas de las cuales están cayendo en manos del Estado y otras, absorbidas en fusiones lideradas por otras Cajas más fuertes.
Según los expertos consultados, la situación actual de las Cajas de Ahorro es consecuencia de la gestión de estas entidades por personas poco profesionales con altos compromisos políticos. Hay casos, incluso, como el de Caja Duero-España y el de Banco Financiero y de Ahorros, antes Caja Madrid, en los que los políticos suponen más del 50% del total en el consejo de administración.
La gestión de estos órganos de gobierno pasó desapercibida en los años en los que el negocio inmobiliario parecía la gallina de los huevos de oro. Unos tiempos en los que los gestores de algunas entidades perdieron la cabeza. Ahora toca hacer recuento de los errores cometidos en aquella época, en la que se hicieron grandes inversiones, muchas de ellas debidas a intereses políticos, que han resultado ser dañinas para sus balances.
Uno de los casos más escandalosos de los últimos años ha sido el Aeropuerto de Ciudad Real, en el que la Caja Castilla La Mancha (CCM) - intervenida y después vendida a Cajastur - inyectó más de 400 millones de euros en una empresa condenada a la quiebra, como así sucedió.
El Banco de España desveló, a posteriori, múltiples irregularidades, entre otras, operaciones concedidas a personas vinculadas al grupo para otros proyectos y un excesivo riesgo en el sector inmobiliario. Ello obligó a llevar a cabo unos ajustes por valor de 1.102 millones de euros en la cuenta de resultados a 31 de diciembre de 2008. El organismo que supervisa Miguel Ángel Fernández Ordóñez responsabilizó directamente al presidente, Juan Pedro Hernández Moltó, y a los consejeros de los ejercicios 2007 y 2008, incluidos los del Partido Popular, que dimitieron unas semanas después.
Fiebre constructora
Pero el caso de CCM no es el único en el que los intereses políticos prevalecen sobre la prudencia en la gestión de créditos. Aunque todas las regiones españolas se vieron inmersas en la locura del ladrillo, la costa levantina sufrió la fiebre con más intensidad que el interior.
De hecho, en ninguna región fue tan evidente como en la dominada por la Caja de Ahorros del Mediterráneo (CAM). Mientras en el conjunto de España el parque inmobiliario crecía un 22% entre 2001 y 2009, en Alicante lo hacía un 28% y en Murcia un 35%.
Esta región, en concreto, sufrió el mayor crecimiento de todo el país. Y fue allí donde la Caja que preside José Luis Olivas financió parte del proyecto de Polaris World en el Mar Menor, que preveía inversiones por valor de 1.018 millones. La entidad valenciana lideró un préstamo sindicado de 328 millones, junto a EBN Banco, concedido en 2005.
La CAM fue una entidad que, como otras muchas Cajas, se expandió al calor de los beneficios inmobiliarios. Y ahora está sufriendo las consecuencias. A las hipotecas que los particulares le han ido dejando sin pagar o que podrían entrar en mora en los próximos meses, se suman las promociones sin vender, a medio terminar o, incluso, sin empezar a construirse que se financiaron con el dinero de la Caja.
No hay más que ver que de los 51.000 millones de crédito total que tiene concedido la entidad valenciana, unos 10.000 corresponden a promotores y constructores de viviendas. Pero además, la Caja alicantina fue una de las que durante los últimos años respondió a las demandas de los líderes políticos de su región, ya que financió algunos de los más faraónicos proyectos de la Comunidad Valenciana, desde Terra Mítica a la Fórmula 1, que han contribuido en buena medida al agujero total de la entidad, estimado en unos 7.000 millones de euros. Estas inversiones ejemplifican el típico rol de las cajas como financiadoras de las ambiciones de los políticos regionales.
Proyectos faraónicos
Uno de los proyectos estrella de las Cajas de Ahorros en los años del boom inmobiliario han sido los parques temáticos, que al final han resultado ser más bien poco divertidos, al menos, para las entidades que han participado en ellos.
Desde la irrupción de la crisis, no hay Caja que no haya intentado desprenderse de su participación en dichos parques ante el agujero que representa para sus cuentas. Así, Caja Madrid dejó en 2006 el accionariado del Parque Warner, mientras La Caixa se desprendió en 2009 de la mitad de Port Aventura. A Bancaja y la CAM también les ha salido cara Terra Mítica, después de ceder su gestión a Aqualandia, al mismo tiempo que Unicaja y Cajasol bregan con la Junta de Andalucía para abandonar Isla Mágica.
El problema para estas entidades es encontrar un inversor al que le seduzcan aventuras de tanto riesgo, en un momento en que las Cajas necesitan liquidez por doquier. Lo mismo le sucede con aquellas infraestructuras regionales con pocos visos de viabilidad, que en cambio, han contado con el beneplácito financiero de algunas Cajas.
Pero no todas las entidades pidieron los mismos requisitos a sus clientes, tomaron los mismos riesgos. Algunas fueron precavidas.
Las entidades piden ayuda a ‘papá’ Estado
El pasado viernes concluía el plazo para que las entidades con déficit de capital presentasen al Banco de España su plan detallado de recapitalización.
En total, cuatro Cajas van a recibir dinero público: CAM, CatalunyaCaixa, Unnim y Novacaixagalicia. A partir de ahora, el supervisor tiene cinco meses para entrar en su capital y arreglar el desaguisado de sus cuentas.
La entidad que más apoyo público va a recibir es la CAM, un total de 2.800 millones. Esta ayuda va a suponer la toma de control de su gestión por parte del Banco de España, o lo que es lo mismo, su nacionalización.
Al igual que en la CAM, los gestores del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) serán quienes auditen los activos de CatalunyaCaixa, Unnim y Novacaixagalicia. Las dos primeras pueden recibir parte de los 1.718 millones y 568 millones que han solicitado, respectivamente, como financiación pública y no como capital. No obstante, las entidades quieren recibir en forma de créditos el máximo posible, para así minimizar la inyección de capital y evitar que el Estado se haga con su control, como le ha sucedido a la Caja alicantina.
En cualquier caso, los gestores del FROB tendrán que llevar a cabo una valoración real de qué parte de capital va a tomar con las inyecciones de dinero público. Está en juego el dinero de todos los contribuyentes.
España lleva invertidos 39.000 millones de euros en el sector financiero desde que comenzó la crisis, a través del FROB y el FAAF (Fondo de Adquisición de Activos Financieros). Las ayudas se canalizan mediante la concesión de créditos, que el sector teme que no puedan devolverse en todos los casos. No obstante, la ministra de Economía y Hacienda, Elena Salgado, insiste en defender que esta circunstancia no va a producirse, y que incluso el contribuyente va a salir ganando dinero con la reestructuración del sistema financiero español.
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