No es la hora del miedo
Ahora sí. Los medios de comunicación no han podido seguir haciendo oídos sordos y han tenido que hacerse cargo de las movilizaciones del 15 de mayo y sus múltiples derivaciones. Noticias, artículos y entrevistas en la prensa escrita, imágenes, comentarios, entrevistas con "expertos" en los telediarios y en los espacios de debate en televisión. Pero, ¿en qué clave se produce este tratamiento informativo? En los medios pro PSOE se habla de inquietud en la izquierda (léase PSOE e IU) y tranquilidad en la derecha (léase PP). En definitiva, su lectura, la que intentan imponer a toda velocidad, es la que defiende que el único efecto posible de estas movilizaciones es una victoria electoral del PP. Y, por supuesto, el objetivo de semejante lectura no es otro que desmovilizar, con el eterno chantaje del miedo: "Que vienen los del PP, que son aún peores".
Esta vez no podemos dejarnos engañar. No es sólo que nadie pueda saber a ciencia cierta qué ocurrirá -ni siquiera en el previsible panorama electoral- a raíz de estas movilizaciones. Es que además lo cierto es que tampoco está ya muy claro en qué sentido es o puede ser peor el PP. Repasemos los palos más grandes que ha recibido el movimiento obrero y la sociedad civil en su conjunto en este país: pensemos en la Reconversión Industrial, allá por los años ochenta, en las diversas reformas laborales que han ido aumentando la precariedad y recortando derechos, en la pérdida de progresividad del sistema fiscal, en la reciente reforma de las pensiones o en el inminente pacto que tocará la otrora intocable negociación colectiva. Algunos de estos "logros" son de responsabilidad compartida PP-PSOE. Otros, los más, son una hazaña exclusiva del PSOE. En Madrid, donde llevamos ya muchos años de gobierno del PP, hay quien tiende a idealizar un posible gobierno del PSOE. Pero parémonos un momento a hacer memoria y recordemos, por ejemplo, que en el pleno del Ayuntamiento en el que se aprobó la privatización del Canal de Isabel II el PSOE se abstuvo. O que Tomás Gómez ha sido uno de los principales adalides de políticas económicas neoliberales como la supresión del impuesto de patrimonio.
Posiblemente no es este el momento de mirar atrás y repasar las cuentas de resultados. De lo que sí es, en cambio, el momento, es de recordar insistentemente que los partidos en el gobierno no hacen lo que está en sus programas electorales, ni lo que dicta la ideología de sus padres fundadores, sino única y exclusivamente lo que el pueblo les permite. Un gobierno del PSOE sometido a la presión de los mercados y la UE, y que encuentra frente a sí una sociedad civil desactivada por el chantaje del miedo y unos sindicatos dispuestos a pactar lo que haga falta constituye, con toda probabilidad, un gobierno mucho más dañino que uno del PP, marcado por la inestabilidad que podría provocar una decidida y radical oposición de la población y, quizá, la vuelta al escenario de al menos una parte de esos sindicatos que con el PSOE parecen haber capitulado definitivamente. No es esta la hora del miedo, ni la de los lamentos, ni la de votar con la nariz tapada. Es la hora de defendernos a toda costa de lo que es el ataque organizado más amplio que se ha producido jamás contra nuestro bienestar.
www.madrilonia.org
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