jueves, 6 de septiembre de 2012

A los Vivítopes...


Comíditas de Playa...


Gourmets a pie de playa

Alta cocina y mar se unen en verano en una simbiosis perfecta. Nuestra geografía está poblada de restaurantes espectaculares, tanto en el plato como en el entorno, que bien valen una peregrinación. Aquí va una selección de diez templos culinarios con vistas de excepción.
Gourmet
ES MOLÍ DE SAL
En la playa de Illetas, en el corazón del Parque Natural de Ses Salines, este restaurante ocupa el espacio de un antiguo molino de sal. Vigas de madera, muretes de piedra natural, un embarcadero rústico y textiles de algodón en color crudo contrastan con un mar en perpetuo turquesa. La caldereta de langosta y la ensalada payesa con “peixe sec” son los bocados más sugerentes de su carta. Al hacer la reserva, pida una de las mesas junto al muro encalado que da al mar. (Playa de Illetas, Ses Salines. Formentera)
Apertura Gourmet
BOKADO AQUARIUM
Celebrities como Bruce Springsteen han pasado por este restaurante, de emplazamiento privilegiado, al pie del monte Urgull y con vistas a la bahía de San Sebastián y al Mar Cantábrico. Entre la oferta culinaria, no falta la cocina en miniatura, versión renovada del pintxo donostiarra, a cargo del chef Mikel Santamaría. Además, platos de autor como los dados de Idiazábal en película de piquillos, los carabineros en tres texturas o el bacalao confitado en aceite de oliva. (Plaza de Jacques Cousteau, 1. San Sebastián)
Akelarre
AKELARRE
Las excepcionales vistas al Mar Cantábrico son la guinda de este restaurante, que luce sus tres estrellas Michelin en un marco idílico, al pie del Monte Igueldo. Sobre la cocina, solo hay que decir dos palabras: Pedro Subijana. El arte del cocinero vasco se plasma en platos geniales, que son un espectáculo para los sentidos como las ostras con decoración floral o los moluscos en una original red de pescador comestible, hecha a partir de crema de arroz. Toda una experiencia. (Aita Orkolaga Pasealekua, 56. San Sebastián)
San pau
SANT PAU
El litoral se adivina a escasos pasos tras el jardín de una casa del Maresme poblado de árboles con solera y hierbas aromáticas. Todo un preludio de sensaciones antes de rendirse a las tres Estrellas Michelin de Carme Ruscalleda. La chef propone una cocina libérrima con potentes toques de fusión asiática (principalmente japoneses) y a la vez muy arraigada a la cultura culinaria catalana. Cocas, butifarra, al-i-oli y quesos del Maresme elevan la despensa regional al máximo exponente. (Nou, 10. Sant Pol de Mar. Barcelona)
Calima
CALIMA
La cocina mediterránea del siglo XXI se manifiesta en los fogones de Dani García. El joven chef ofrece en Calima recetas que suenan familiares pero que resultan sorprendentes. El tenderete de boquerones, la urta a la roteña o sus emblemáticos y variados gazpachos son solo algunas de las sorpresas de este restaurante con dos estrellas Michelin. Con maravillosas vistas a la playa, el comedor se beneficia de las privilegiadas temperaturas marbellíes, suaves durante todo el año. (Avenida José Meliá, s/n. Marbella, Málaga)
Domus
DOMUS
La cocina del chef Eduardo Pardo, ligada a la tradición del puerto coruñés, encuentra acomodo perfecto en este restaurante levantado sobre la playa del Orzán. Ubicado en un vanguardista edificio diseñado por el arquitecto japonés Arata Isozaki, permite degustar merluza del pincho, zamburiñas gratinadas y berberechos al vapor, recetas apegadas a la tierra, aunque con toques innovadores. A la hora de elegir mesa, conviene intentar hacerse con una de las situadas en su terraza, con vistas a la bahía de A Coruña. (Casa del Hombre, Ángel Rebollo, s/n. A Coruña)
Bellavista
BELLAVISTA
Este complejo en primera línea de playa en la bahía de San Lorenzo marida vanguardia y tradición. Tiene diferentes espacios adaptados a cada ocasión y a cada estado de ánimo: un llagar donde disfrutar de la sidra, un ambigú-lounge para una copa tranquila o un picoteo informal, una terraza mirador de atmósfera vanguardista... En su restaurante-brasserie, cocina de autor con sabrosas reinterpretaciones de la crema de nécoras, la fabada o el arroz con leche hojaldrado. (Avenida José García Bernardo, 256, Gijón)
El mirador de Roqueo
EL MIRADOR DEL ROQUEO
En un acantilado en el que rompe el Atlántico, su salón acristalado brinda sabrosas veladas frente al mar. Tanto en la cocina como en el interiorismo hay guiños nada disimulados al culto gaditano por la tradición marinera: azulejos, paredes encaladas y vigas vistas son el marco idóneo para una carta centrada en el producto local de temporada. Gambas, ortiguillas, pescados a la espalda y a la sal o el brazuelo y la presa ibéricas ponen el listón muy alto al atún de almadraba. (Urb. La Palmera, s/n. Conil de la Frontera, Cádiz)
La vieja tenerife
LA VIEJA
Especializado en las parrilladas de marisco y el arroz caldoso con bogavante, este restaurante toma su nombre del pez llamado vieja, uno de los mayores manjares de la cocina regional canaria. Servidos siempre con papas arrugás, sus platos de pescados del archipiélago (sargo, sama roquera, abadejo, lubina, pámpano...) saben aún mejor maridados con las puestas de sol, el rumor de las olas y los guiños marineros que hacen de su terraza todo un it place con vistas al Atlántico. (Avenida Las Gaviotas, s/n. Adeje, Santa Cruz de Tenerife)
El Chamizo
EL CHAMIZO
A orillas de la cala Platgetes, resguardado por el Cap D’Or de Moraira (Alicante), en la terraza del restaurante El Chamizo es posible disfrutar piel con piel del Mediterráneo que baña la Costa Blanca. Las vistas privilegiadas del mar, la luz y la brisa acompañan una carta rendida al producto local, con opciones tan sugerentes como las sardinas frescas a la plancha, el carpaccio de gambas al aceite de naranja, la fideuá o una carta de arroces ligada a la tradición valenciana. (Carretera Moraira-Calpe, Km. 1,3. Moraira, Alicante)
Por Javier Sánchez

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