La revolución del 'fast gourmet'
Proliferan los locales que han adaptado los platos tradicionales del 'fast food' a los paladares más exquisitos y las exigencias de una dieta saludable. Comida rápida sí, pero no basura. Proponemos algunos suculentos ejemplos.
Para bien o para mal, las hamburguesas, pizzas y perritos calientes forman parte del imaginario colectivo de toda una generación criada con la influencia de la cultura estadounidense.
Ahora, cuando se cumplen varias décadas desde la incorporación de esas recetas al menú español, esa generación de españoles ya talluditos demanda una reinvención de los platos tradiciones del 'fast food', adaptándolos a unos gustos más exigentes y a una dieta saludable.
Buscan las mismas hamburguesas y pizzas, pero acompañadas de 'ruccula' y queso de cabra, además de servidas en un local de moda. Eso sí, sin perder el carácter desenfadado que ha sido clave en su éxito y los ha convertido en platos de carácter universal a lo ancho y largo de todo el planeta.
Esta nostalgia de los españoles por recuperar los mitos culinarios de su infancia explica, en parte, la proliferación de restaurantes de comida rápida en su versión más 'gourmet', según explica Alfonso Lanza, uno de los socios fundadores de la hamburguesería madrileña Harvard & Co.
Pero también hay un componente de moda, como demuestra el hecho de que se hayan abierto decenas de hamburgueserías 'retro' en el centro de Madrid con aspecto de cafetería americana de los 50', en los últimos años.
Asimismo, la situación económica ha tenido algo que ver: «Mucha gente que tenía ahorros o que ha cobrado la indemnización de un despido ha optado por montar un negocio. En esos casos, muchas personas han recurrido a la franquicia. Y este tipo de locales están funcionando bien», explica Lanza.
Harvard & Co trata de diferenciarse de estos establecimientos en cadena. Abierto hace un mes, el local ya puede presumir de abultada clientela gracias a la «excelente calidad de la materia prima», traída 'ex profeso' desde el matadero de Lugo y caracterizada por una mezcla «perfecta» entre grasa y carne «para dar al filete el mejor sabor», según defiende Lanza.
En el restaurante, los clientes pueden recrearse con la hamburguesa clásica, que incluye bacon, lechuga, tomate raf y cebolla pochada; o bien optar por versiones más renovadas de la receta de toda la vida como la hamburguesa de 'foie' y trufa blanca, la de 'steak tartar', la de presa ibérica o la de boletus y tomates secos (esta última deliciosa, a juicio de la redactora que firma estas líneas).
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