La contaminación en las grandes ciudades chinas ha llegado a niveles peligrosos, según la OMS.
Los habitantes de Datong llaman a su ciudad la capital china del carbón, y no es muy difícil enterarse porqué. Fuera de la ciudad se pueden ver enormes torres mineras y edificios que dejan cicatrices en el terreno.
En una de las minas de carbón, las palas mecánicas trabajan sin descanso. Arrastran grandes montañas del mineral cerca de los camiones que lo van a transportar. El aire está lleno de suciedad, ennegrecido por el polvo de carbón.
Actualmente, China quema casi el mismo carbón que consume el resto del mundo junto. Pero eso está dejando a muchas ciudades, incluida Pekín, sofocadas por un peligroso smog.Es un negocio sucio, pero en China es un trabajo crucial. El carbón ha alimentado el boom económico del país, triplicándose su consumo en poco más de una década.
Muchas personas en la capital afirman que la contaminación este mes ha sido la peor de la que se tiene memoria.
Los hospitales han sido inundados por jóvenes y ancianos con problemas respiratorios en momentos en que la contaminación ha sobrepasado niveles que la Organización Mundial de la Salud considera peligrosos.
Un estudio reciente, llevado a cabo por Greenpeace East Asia y la escuela de salud pública de la Universidad de Pekín estima que la contaminación del aire ha causado más de 8.000 muertes prematuras en cuatro grandes ciudades chinas el año pasado.
"Muy severa"
El carbón es usado para producir dos tercios de la energía que consume China y es la principal fuente de contaminación junto con los millones de automóviles que recorren las vías del país.
Pero el smog que produce el carbón ha hecho que muchos se cuestionen el modelo económico del país.
"Si no pasa nada la indignación pública en las grandes ciudades seguirá aumentando"
Yang Fuqiang, alto asesor del Consejo de Defensa de Recursos Naturales.
Yang Fuqiang, exinvestigador de política energética del gobierno y ahora alto asesor del Consejo de Defensa de Recursos Naturales, afirma que en estos momentos se necesita reducir la dependencia china de la industria pesada.
"Tenemos que cambiar. La contaminación causada por el carbón es simplemente muy severa", señala. "Si no pasa nada, la indignación pública en las grandes ciudades seguirá aumentando".
"El gobierno necesita restringir el uso de carbón y desarrollar tecnología limpia más eficiente".
En Pekín, las autoridades han cerrado fábricas y restringido el uso de automóviles para tratar de reducir la contaminación. A la gente se le está pidiendo que cierre las ventanas de sus viviendas. La venta de purificadores de aire y tapabocas ha aumentado de manera tan impresionante que muchas tiendas sencillamente ya no tienen estos productos.
A largo plazo, China está invirtiendo de manera considerable en energía hidroeléctrica y otras fuentes renovables. Tanto así que se considera un líder mundial en tecnologías verdes.
Pero con la demanda de energía en aumento año a año, el consumo de carbón también se ha incrementado.
Expectativas
Xu se alegra de los beneficios que le ha traído el crecimiento económico de su país.
Este jueves la agencia de noticias oficial china Xinhua informó que las autoridades han establecido una meta con el fin de reducir el crecimiento de consumo de energía, de carbón en particular.
Pero cualquier esfuerzo para ponerle un límite al consumo chocará con la resistencia de los gobiernos locales, que temen restricciones a su crecimiento económico.
Sin embargo, muchas personas en las grandes ciudades quieren que las autoridades tomen medidas duras para mejorar la calidad de vida. En todo caso, en las sombras de las minas de carbón en Datong, hay otras expectativas.
Xu Youwang ha sido campesino toda su vida. Tiene 56 años y asegura que puede recordar el día cuando todo lo que poseía eran ovejas. Tanto él como sus vecinos vivían en casas de bloques de barro.
Ahora tiene una lavadora, una televisión y grandes sueños. "Si tuviera dinero me compraría un auto, un apartamento, un refrigerador y una computadora", asegura.
Xu espera que su vida sólo mejore. Y ese es el desafío del liderazgo chino, balancear las aspiraciones de la gente como él con un crecimiento económico sustentable.
Por ahora, al menos, la dependencia del carbón y la contaminación que viene con ella muestran pocos signos de que todo esto acabe.