jueves, 31 de enero de 2013

Muestras obligadas...


El Mundo...a ritmo de jazz


En una cena en la Casa Blanca, Michelle Obama dijo que el jazz era una de las mayores contribuciones a la cultura mundial que habían hecho los Estados Unidos. Una aportación que llegó muy pronto a España a través de los veraneos de los pudientes en Santander y alrededores, que se asentó gracias a géneros tan españoles como la revista y la zarzuela, y por las influencias cubanas, y que se convirtió en una fiebre de esas que no se pasan gracias a la labor de músicos como Tete Montoliu o Pedro Iturralde.
El jazz llena la Biblioteca Nacional gracias a la exposición que recorre desde la prehistoria de esta música (como el catwalk, el foxtrot e incluso el charlestón) hasta los célebres festivales, como el de San Sebastián o el de Barcelona, que han hecho que todas las figuras de esta música tengannuestro país como parada obligatoria.
Con el título 'El ruido alegre', la institución concluye la celebración de sus 300 años con una propuesta que sorprende: "La Biblioteca Nacional no son sólo libros, es mucho más: se muestra la gran colección que tenemos de música, de cartografías, de grabados o de dibujos", nos explica su responsable de difusión, Sergio Martínez, sobre un material desconocido para la mayoría. Y, junto a todos estos documentos (la música no para de sonar en todo el recorrido), nos encontramos con recortes de época sobre visitas de figuras como la bailarina Josephine Baker o los grandes Louis Armstrong,Ella Fitzgerald o Duke Ellington.
La muestra, comisariada por Jorge García, especialista en jazz y jefe de documentación del Instituto Valenciano de Música, está dividida en cinco áreas, que dibujan la historia de estos ritmos: los antecedentes en las plantaciones de algodón y la llegada como músicas exóticas a España olos primeros 'jazzman' que vienen a Europa con los soldados americanos durante la Primera Guerra Mundial y que también pasean por estos lares: "Y que aprovechan la mayor tolerancia racial y ese aplauso que a veces se les regatea todavía entonces en EEUU", añade Martínez.
Se para, además, en el trabajo en los 50 de Montoliu ("consigue el reconocimiento en España cuando lo logra en el extranjero, y se convierte en la gran figura del jazz español") y en los 60 de Iturralde ("con una de sus mayores aportaciones, la fusión del jazz y el flamenco"). Y, por supuesto, en la eclosión de los festivales (pueden verse carteles de todas las etapas) y en la influencia de esta música: cómo el jazz deja huella en el arte (ilustraciones, grabados y dibujos), en los cómics o en las novelas.
Acompañan frases de personajes famosos, como Ramón Gómez de la Serna, fan total de esta música, o la inolvidable Lola Flores, en unas palabras fechadas en el lejano 1944: "Me gusta la música moderna y muy especialmente el swing, que tiene muchos puntos de contacto con el flamenco, siquiera sea por el ritmo... bailo swing por bulerías".
'El ruido alegre'. Sala de exposiciones de la Biblioteca Nacional. De martes a sábado de 10 a 21h. Domingos y festivos de 10 a 14h. Ultimo pase, media hora antes del cierre. Entrada gratuita. Hasta el 24 de febrero.

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