Manet da la cara
La Royal Academy de Londres inaugura la primera retrospectiva de los retratos del pintor
PAULA ACHIAGA | Publicado el 23/01/2013
Conocidos y desconocidos, familiares y amigos, todos los rostros del padre del arte moderno (considerado así por George Bataille en su ensayo de 1955) pueden verse ya (desde el sábado para el gran público) en la Royal Academy de Londres. Son 50 pinturas que nos colocan delante de Charles Baudelaire, Théophile Gautier, Jacques Offenbach, Émile Zole todos ellos salidos de los pinceles de Édouard Manet (París, 1832-1883), uno de los más contradictorios artistas de su tiempo. Controvertido, rebelde e inseguro, se pasó toda la vida buscando la fama y, aunque fue uno de los primeros impresionistas nunca expuso con ellos.
La exposición, que permanecerá abierta hasta el 14 de abril, está organizada temáticamente y explora el mundo de Manet e, inseparable, el ambiente de la sociedad parisina del siglo XIX. Las diferentes secciones se centran en el artista su familia (abren la muestra sus propios autorretratos y los dedicados a la también pintora Berthe Morisot -casada con su hermano Eugène- a su mujer Suzanne Leenhof Manet, a Eva Gonzalès y a su amigo Claude Monet); sus amigos escritores y dramaturgos (el magnífico retrato de Zola, Zacharie Astruc, Théodore Duret, George Moore, Stéphane Mallarmé y Fanny Claus); retratos de estado (Georges Clemenceau o Henri Rochefort) y el apartado dedicado al artista y su modelo.
Mme. Manet in the Conservatory, 1879
Entre las obras maestras que ha reunido la Royal Academy destacan El almuerzo, 1868, de la Bayerische Staatsgemaldesammlungen-Neue Pinakothek de Múnich, el retrato de Léon, el hijo de su mujer; Madame Manet en el conservatorio, 1879, del National Museum of Art, Architecture and Design de Oslo); Berthe Morisot con un ramo de violetas, 1872, del Musée d'Orsay, de París; Cantante callejero, h.1862, del Museo de Bellas Artes de Boston; Desayuno en la hierba, h.1863-68, de The Courtauld Gallery de Londres, y Música en las Tullerías, 1862, de la National Gallery de Londres.
Pero después de seis años de trabajo y burocracia para conseguir los préstamos, el tiempo ha complicado la llegada a Londres de alguna de las 50 obras. Aunque las últimas en aterrizar lo hacían el lunes por la noche, casi a la vez que el temporal, la nevada ha impedido la llegada de uno de los grandes óleos, el retrato de Mademoiselle Lefébure, The Horsewoman,que no ha podido estar en la apertura para prensa y VIPS y que aún espera luz verde para poder salir del aeropuerto de São Paulo.
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