Los tesoros escondidos bajo la lava del Vesubio
El Vesubio enterró en tan sólo 24 horas a Pompeya y Herculano. Corría el año 79, y la erupción puso fin a la vida de las dos ciudades italianas, pero al mismo tiempo, ayudó a que se conservaran soterradas bajo la lava. Así, en buen estado de conservación las encontraron los arqueólogos unos 1.700 años después –cuyos trabajos continúan en la actualidad–. Las excavaciones de estas ciudades nos han dado una visión sin igual de la vida romana en el siglo I.
Las diferentes formas de vida de Pompeya y Herculano han afectado a la conservación de los materiales en cada sitio. Mientras Pompeya era el centro industrial de la región, Herculano era un pequeño pueblo costero. Las recientes excavaciones en esta última ciudad han descubierto objetos bellos y fascinantes, entre los que se incluyen muchos de los tesoros que se mostrarán al público por primera vez, como un relieves de mármol finamente esculpido, paneles tallados de marfil y otros objetos que se encuentran en uno de los principales drenajes de la ciudad.
La exposición Vida y muerte en Pompeya y Herculano, que presenta el British Museum a partir del 28 de marzo y hasta el 29 de septiembre permitirá descubrir la vida cotidiana de sus habitantes. El espacio doméstico es el contexto fundamental para la vida de las personas y nos permite acercarnos a los propios romanos. La muestra explora, gracias a las 250 piezas que se presentan –muchas nunca habían salido de Italia–, la vida en esa sociedad, la de los hombres de negocios, la de mujeres poderosas, los esclavos liberados y los niños.
Ejemplos de esta cotidianeidad son una pintura del panadero Terencio Neo y su esposa, ambos alfabetizados; la cuna de un bebé, el molde de yeso en el que se descubre a un perro cubierto por la lava del volcán, un cofre de ropa de cama, un taburete con incrustaciones e incluso un banco de jardín.
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