ENTREVISTA-Tras Chipre, la zona euro se enfrenta a un duro régimen bancario
BRUSELAS (Reuters) - El programa de rescate acordado para Chipre durante la madrugada del lunes representa un nuevo modelo para resolver los problemas bancarios de la zona euro y otros países podrían tener que reestructurar sus sectores bancarios, dijo el jefe del Eurogrupo.
"Lo que hicimos anoche es lo que yo llamo contener los riesgos", declaró el ministro de Finanzas holandés Jeroen Dijsselbloem, quien encabeza el grupo de ministros de Finanzas de la zona euro, en declaraciones a Reuters y al Financial Times horas después de que se alcanzara el acuerdo sobre Chipre.
"Si hay algún riesgo para un banco, nuestra primera pregunta debería ser 'okey, ¿qué van a hacer al respecto los que están en el banco? ¿Qué pueden hacer para recapitalizarse?' Si el banco no puede hacerlo, entonces hablaremos con los accionistas y los tenedores de bonos, les pediremos que contribuyan para recapitalizar al banco, y de ser necesario, se lo pediremos a los depositantes de fondos no asegurados", dijo.
Después de 12 horas de negociaciones con la Unión Europea y el Fondo Monetario Internacional, Chipre acordó cerrar su segundo banco más grande y los depósitos asegurados de la institución -aquellos de menos de 100.000 euros- serán trasladados al Banco de Chipre, el mayor prestamista de la isla.
Los depósitos no asegurados, aquellas cuentas con más de 100.000 euros, afrontan pérdidas por un total de 4.200 millones de euros.
Los depositantes no asegurados del Banco de Chipre tendrán sus cuentas congeladas mientras el banco es reestructurado y recapitalizado. Cualquier capital que se necesite para reforzar al prestamista será tomado de cuentas con montos superiores a los 100.000 euros.
La solución acordada se conoce como "bail-in", una situación en la que accionistas y tenedores de bonos en bancos se ven forzados a compartir los costes de la reestructuración en primer lugar y en la que después se acude a los depósitos no garantizados.
Bajo las reglas de la Unión Europea, los depósitos por encima de los 100.000 euros no están asegurados.
El enfoque marca un giro radical en la política de la zona euro, después de tres años de crisis en que los contribuyentes de la región efectivamente fueron la clave para resolver los problemas de bancos y gobiernos endeudados a través de múltiples programas de rescate.
Aquel proceso, en el que gobiernos y contribuyentes asumen los costes, debe ser frenado, sostuvo Dijsselbloem. La reciente calma de los mercados financieros indica que ahora era momento de aplicar cambios, aunque el funcionario reconoció que existe cierta preocupación de nuevas turbulencias.
"Si queremos tener un sector financiero saludable y sólido, la única forma es decir: 'Miren, ustedes corrieron los riesgos, afróntenlos, y si no pueden encararlos, entonces no deberían haberlos tomado", afirmó.
"Las consecuencias podrían ser que este sea el final de la historia, y ese es un enfoque que según creo, ahora que ya estamos saliendo de la crisis, deberíamos tomar", indicó.
CAMBIO DE ESTRATEGIA
De ser adoptado por la zona euro, el modelo de Dijsselbloem también podría ser una sentencia de muerte para un plan desarrollado hace nueve meses cuando la crisis de deuda de la zona euro amenazaba con hacer colapsar al bloque.
Entonces, los líderes de la zona euro acordaron que el futuro fondo de rescate del bloque debía poder recapitalizar a los bancos directamente, lo que por lo tanto pondría fin al vínculo entre bancos en apuros y gobiernos en problemas que se ven obligados a rescatarlos. Ahora es posible que eso nunca ocurra.
Consultado sobre lo que significa el nuevo enfoque para países de la zona euro con sectores bancarios altamente apalancados -como Luxemburgo y Malta- y para otras naciones con complicaciones en sus bancos -caso de Eslovenia-, Dijsselbloem respondió que sus gobiernos debían encargarse de reducir el tamaño de sus bancos.
"Significa que se ocuparán de eso antes de que sea un problema. Fortalecerán sus bancos, sanearán sus hojas de balance y tendrán claro que si uno de sus bancos está en problemas, la respuesta ya no será automáticamente que vendremos a solucionar el problema. Vamos a exigirles más. Esta es la primera respuesta que necesitamos. Se lo vamos a exigir. Ellos afrontarán el asunto", dijo.
El marcado cambio de actitud, que según el jefe del Eurogrupo obedece a una modificación en la estrategia de las autoridades de la UE, tiene consecuencias sobre la manera en que los bancos son recapitalizados y respecto a la forma en que los mercados financieros reaccionan.
RECAPITALIZACION DIRECTA
Uno de los mayores pasos dado por la zona euro en los últimos tres años fue la creación de un mecanismo de rescate con garantías y pagos en capital que totaliza hasta 700.000 millones de euros: el Mecanismo de Estabilidad Europeo (MEDE).
La expectativa era que el MEDE tuviera la autoridad para recapitalizar directamente a los bancos de la zona euro en problemas a partir de mediados del 2014, cuando el Banco Central Europeo (BCE) tenga supervisión completa de todos los bancos de la región.
El objetivo de la recapitalización directa y del MEDE era romper con el vínculo tóxico entre los gobiernos endeudados y sus sectores bancarios en problemas. Ahora, Dijsselbloem sostiene que el propósito es que el MEDE nunca tenga que ser empleado.
"Deberíamos apuntar a una situación en la que nunca tengamos siquiera que considerar una recapitalización directa", comentó.
"Si tenemos más instrumentos en términos del 'bail-in' y todavía podemos revisar cuán lejos podemos llegar con el 'bail-in', la necesidad de una recapitalización directa será cada vez menor", aseveró.
/Por Luke Baker/
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