jueves, 28 de marzo de 2013

Manualillos de Inversión ( 1 )-Preferentes.-

La patata caliente de las preferentes

Michela Romani
La comercialización masiva de participaciones preferentes entre los pequeños ahorradores españoles ha provocado que miles de españoles hayan visto atrapados sus ahorros tras el estallido de la crisis. Los bancos han solucionado el problema mediante canjes de acciones, pero la situación es más difícil para las excajas de ahorros, y especialmente para las nacionalizadas.
Bruselas exige que, a cambio de la ayuda pública que ha sido financiada con fondos europeos, los tenedores de preferentes y deuda subordinada se hagan cargo de parte del rescate. Es decir, que no se les puede devolver el importe íntegro de su inversión, sino que tienen que asumir quitas.
Bankia, la más grande entre las entidades nacionalizadas, es también el banco con más preferentes en circulación entre los pequeños ahorradores. Así que el Gobierno ha decidido poner en marcha un arbitraje, para evitar que los clientes que compraron este producto sin haber sido correctamente informados sobre sus riesgos tengan que pagar los platos rotos.

El Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) ya ha dado el vía libre al arbitraje, que comenzará en abril y será llevado por el Instituto Nacional de Consumo y consultoras externas, ya que las preferentes deBankia están distribuidas por todo el territorio nacional. En otros casos, como en el arbitraje de NGC Banco, el proceso ha estado en manos de las oficinas regionales de Consumo, ya que los clientes estaban concentrados en determinadas comunidades autonómicas.
Los tenedores de preferentes que tienen posibilidad de ganar el arbitraje son los que puedan demostrar que han sido engañados a la hora de comprar el producto. Aunque los criterios aún no han sido definidos de forma oficial, se aplicarán los mismos que han valido, por ejemplo, en las excajas gallegas. Así, se tendrá en cuenta el historial inversor del cliente: si nunca en su vida había comprado un producto de riesgo, ni tiene un historial financiero complejo, tiene más probabilidades de que su petición sea aceptada.
En principio, quedarán excluidos del arbitraje todos aquellos que tengan familiares directos que trabajan en Bankia, además de los mismos empleados. En todo caso, el demandante tendrá que demostrar que, pese a haber firmado un documento en el que sí está escrito que podría perder su capital, no era consciente de lo que estaba adquiriendo.
El arbitraje, que ayudará a evitar que pequeños ahorradores pierdan su dinero, podría provocar que Bankia se vea obligada a pedir nuevas ayudas públicas si el monto a devolver fuera muy elevado.

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