sábado, 30 de marzo de 2013

Manualillos de Inversión ( 1 )

Planificación financiera 
para inversores prudentes

Exp
Las decisiones financieras ya no se toman a la ligera: se sopesan y se valoran para evitar posibles consecuencias en el futuro. Tras las experiencias pasadas, los inversores deben tener en cuenta, ahora más que nunca, además de la rentabilidad, el riesgo, la liquidez, el plazo de inversión y nuestras necesidades de recursos financieros a corto, medio y largo plazo.
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Ya sea en nuestra entidad bancaria de toda la vida o en las ofertas de otros bancos, todos sus productos tienen asociados unas características determinadas de rentabilidad, riesgo y liquidez. Por norma general, un producto que reporte mayor beneficio al cliente de banca, suele tener un incremento de riesgo. Del mismo modo, la mayor capacidad de disponibilidad de la inversión, o lo que es lo mismo, una mayor liquidez suele ser menos rentable que una inversión a medio y largo plazo.
Los tres aspectos que no debe dejar escapar un ahorrador a la hora de comparar ofertas
Los principales aspectos que modifican una oferta con respecto a otra y de los que no podemos quedarnos con dudas a la hora de contratar un producto financiera son los siguientes:
Rentabilidad: beneficio que se obtiene de una inversión en un periodo de tiempo determinado. Se concreta en unos intereses, como en el caso de los depósitos a plazo, pero también puede definirse en cupones periódicos, como es el caso de las obligaciones del Estado. También podemos encontrarnos la rentabilidad en forma de descuento sobre el valor de compra, como ocurre con las Letras del Tesoro; con dividendos, para aquellos que compren acciones; o con plusvalías al vender dichas acciones.
Riesgo: se entiende como variación o variabilidad de la rentabilidad que espera obtener el inversor. Es decir, la posibilidad de que la rentabilidad que finalmente se obtiene sea inferior a la que se espera. Tanto la rentabilidad como el riesgo son factores inseparables y dan forma al objetivo de cualquier inversor: conseguir los máximos beneficios, asumiendo los menores riesgos posibles.
Liquidez: capacidad para convertir la inversión en dinero en efectivo y disponible. Está ligada a los dos factores anteriores. Por normal general, a menor liquidez mayor riesgo y, posiblemente, más rentabilidad y viceversa.
¿Qué me conviene si no quiero jugármela?
Para aquellos ahorradores más clásicos que no quieran que sus ahorros estén en riesgo, existen buenas opciones entre la oferta de productos financieros.
Desde luego, la rentabilidad nunca será alta para ninguna alternativa de ahorro, todo dependerá de las condiciones particulares de cada producto, otras son difíciles de prever a corto plazo (como el caso de las acciones) y otras sólo se conocen al vencimiento).
Los inversores tradicionales pueden optar por productos de rentabilidad media o alta, pero siempre dependerán del plazo, la aportación de capital y la evolución del activo, si se trata de un producto referenciado a un índice.
Las cuentas a la vista, remuneradas y cuentas nómina son adecuadas para transacciones diarias y, provisionalmente, para acumular capital para otras futuras inversiones. Por otro lado, los depósitos a plazo son apropiados para inversores que no desean asumir riesgos a medio plazo, asegura una determinada rentabilidad. Mientras que los depósitos con riesgo, aunque la probabilidad de rentabilidad es más alta, pueden arriesgarse a dejar de ganar intereses, pero no se perdería dinero.
Para los inversores con un perfil de riesgo bajo o medio-bajo, las opciones más interesantes son larenta fija a medio y largo plazo. Son opciones atractivas para aquellos inversores que desean rentabilidades periódicas, quieren diversificar carteras de inversión o buscan la oportunidad de ganar más que con cualquier otro tipo de inversión financiero. Interesante también son las posibilidades que nos dan los fondos de inversión, si bien hay que entender el activo en el que invierten y cómo funciona este vehículo de inversión.
Para aquellos que piensen en contratar un producto financiero con idea de ahorrar a largo plazo, teniendo en cuenta que la liquidez de capital sólo se podrá realizar cuando se cumplan los supuestos legales, están los Planes de Pensiones (PP), los Planes de Previsión Asegurados (PPA) y los Seguros(financieros) y los planes de jubilación. Todos ellos son inversiones con carácter de previsión, cuyo principal atractivo es la fiscalidad favorable que presentan frente a otros productos.
No hay inversión sin riesgo, como esta devastadora crisis ha dejado en evidencia. Ni la deuda soberana, ni los depósitos. Por tanto, la mejor forma de proteger nuestros ahorros es tener la cultura financiera necesaria para seleccionar el que mejor se adapta a nuestras necesidades y, además, diversificar.
Dejarse dominar por el miedo no sirve de nada, pero tampoco ignorar los riesgos.

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