¿Adiós al dinero en efectivo para acabar con la economía sumergida?
José Mª Camarero
Por cada 10% que aumente el uso de tarjetas, transferencias o cheques se reduciría un 5% el dinero negro. La abultada presencia de cajeros es una de las causas del escaso número de transacciones electrónicas.
El estudio presentado ayer por Visa Europe y elaborado por la consultora A.T. Kearney y el profesor Friedrich Schneider, de la Universidad de Linz, estima que por cada diez puntos que aumente el uso de los pagos electrónicos en un país (tarjetas, transferencias, cheques, etc.), se reduce entre un 4% y un 6% el peso de la economía sumergida en ese territorio. Si el suo de tarjetas aumentase un 15%, la reducción del dinero "en B" sería de hasta el 9%.
Para llegar a esta conclusión, se ha analizado la penetración de los medios de pago electrónicos en países con escasos márgenes de dinero negro. Así, por ejemplo, en Holanda, donde se realizan casi 350 transacciones electrónicas por habitante y año, de media, el peso de la economía sumergida no alcanza el 10% del PIB de ese país. Mientras que en Bulgaria, donde apenas llegan a las 25 transacciones electrónicas al año, un tercio de su economía es fraudulenta.España, con 120 operaciones anuales, se encuentra por debajo de la media europea (180).
La ventaja del dinero en efectivo frente a los pagos electrónicos es que su uso ilegal no tiene por qué dejar rastro. De hecho, en este informe se señala que aunque tanto las tarjetas como la penetración de los terminales de punto de venta (Tpv) son elevados en España, "el bajo número de transacciones electrónicas se puede explicar por la amplia red de cajeros y las retiradas de efectivo sin comisión". "En su momento se realizó una gran inversión por parte de la banca al habilitar cajeros para reducir las colas de clientes en sus oficinas", destaca Luis García Cristóbal, director general de Visa Europe, quien indica que "la penetración de cajeros es muy alta" en España.
Para el responsable de Visa Europe, "habría que poner en marcha medidas que ya están vigentes en otros países" para limitar el uso de efectivo y fomentar, a la vez, el de tarjetas. Por ejemplo, en los pagos de escaso valor, permitir el uso de tarjetas sin contacto (contactless).En 2020, se estima que la penetración de esta modalidad de tarjetas será del 50% sobre el total del parque de plásticos en España.
También abogan desde Visa Europe por "reducir el importe mínimo a pagar con tarjeta", que se encuentra limitado en muchos establecimientos, según indica Luis García Cristóbal.
En otros países, como en Suecia, existe el uso obligatorio de cajas registradoras certificadas en las tiendas pequeñas, e incluso se está extendiendo la instalación de cajas registradoras conectadas a una unidad de control (una especie de "caja negra"). En Corea del Sur, se devuelve un porcentaje de los pagos con tarjetas, a través del IVA. Y en Holanda, existe ya un plan de retirada del efectivo en supermercados para 2014.
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