Nuevas preferentes y deuda subordinada: conozca la renta fija que se avecina
Óscar Torres
Cada vez más entidades europeas colocan emisiones para cumplir con Basilea III
Las convulsiones financieras de los últimos años requieren cambios en muchos campos. Algunos deseables y otros menos deseables. El mundo de la inversión es uno de los que más modificaciones va a experimentar durante los próximos años. El nuevo papel de depositantes y acreedores en los rescates bancarios, las exigencias de capital de Basilea III, la segunda versión de la MiFID y las nuevas normas de comercialización de productos van a requerir al inversor un notable esfuerzo de aprendizaje y adaptación. Por ello, no está de más empezar a prepararse para lo que pueda llegar en los próximos meses y años.
Se avecinan nuevos productos de renta fija. Está previsto que el Consejo Europeo apruebe en junio dos normativas para incorporar al reglamento comunitario las normas contables de Basilea III. «En esta nueva normativa de Bruselas se diseña una nueva batería de instrumentos de renta fija, como nuevas preferentes y subordinadas, en las que se introducen novedades importantes en el orden de prelación de acreedores a la hora de asumir pérdidas», explica Miguel Ángel Bernal, profesor del IEB. «La clave de estos nuevos productos está en que será el inversor de renta fija el que tenga que asumir pérdidas de forma automática», señala Alberto Matellán, de Inverseguros.
Bruselas no está dispuesta a que el contribuyente vuelva a sufragar los rescates bancarios, después de que los países miembros hayan destinado a ellos cerca de un billón de euros. Por tanto, las dos normativas contribuyen a la elaboración de un nuevo modelo de rescate conocido como «bail-in», con el que se pretende que sean los propios acreedores de las entidades los que asuman las pérdidas.
¿Cómo serán los nuevos productos? Deberán cumplir toda una serie de condiciones, entre las que destacan su perpetuidad (sin vencimiento definido) y la absorción de pérdidas tanto en casos de insolvencia, como de liquidación. «Para que computen como capital, los nuevos instrumentos tendrán que incluir una cláusula específica que permita aplicar quitas o una conversión en acciones si se dan ciertas condiciones», explica Enrique Pérez-Hernández, profesor del IEB. Por tanto, estos nuevos productos conllevarán un mayor riesgo, que tendrá que ser compensado con una mayor rentabilidad para captar el interés del mercado. Será la nueva generación de instrumentos Tier 1 (el nombre que recibe el tramo de capital que cubren) y serán muy similares a las preferentes y a los bonos convertibles contingentes. «Son productos que las agencias de calificación no van a considerar como grado de inversión, sino de 'high yield', emisiones de alta rentabilidad, pero también de mayor riesgo», apunta Stéphane Bidault, director de análisis sobre el sector financiero de Groupama AM.
BBVA se adelanta
Los departamentos de gestión de pasivo de las entidades financieras ya están trabajando en el diseño de estos productos y el banco presidido por Francisco González ha sido el primer banco europeo en colocar una emisión de estos productos. Se llama Perpetual Aditional Bond y es perpetuo, con cupón discrecional no acumulativo (es decir, la entidad puede decidir si reparte o no la retribución) y con absorción de pérdidas ante eventos de solvencia. Es decir, si los ratios de capital del banco caen por debajo de un nivel determinado, se ejecuta la conversión en acciones, como los CoCo´s (bonos convertibles contingentes).
De momento, se ha ofrecido sólo a inversores institucionales. Con una rentabilidad del nueve por ciento el BBVA obtuvo una demanda de 9.000 millones de dólares. ¿Se podrán vender estos productos entre minoristas? Hay muchas interpretaciones. «Son productos complejos que requieren un elevado conocimiento financiero. Habría que explicarlos muy bien», considera Matellán. Miguel Ángel Bernal cree que «estos instrumentos no deberían llegar al mercado de ahorradores. Seguramente, la CNMV y el Banco de España estarán muy encima de este asunto, después de las malas experiencias con las preferentes y la deuda subordinada».
Tanto en Europa como en España se trabaja en una nueva normativa que mejore el control de la distribución de productos financieros, mediante la que se podría interrumpir la comercialización de aquellos que supongan un riesgo para los minoristas (véase página 28). «Si se lograsen distribuir entre los ahorradores, es posible que la CNMV publicase alguna advertencia o incorporase avisos en su folleto».
Distinguir deuda de capital
A la hora de invertir en renta fija es importante distinguir entre los productos de deuda y los de capital. Con Basilea III las actuales preferentes dejarán de computar como capital y deberían ser eliminadas a razón de un 10 por ciento cada año. Por ello, serán sustituidos por estos nuevos productos. «Está por ver si en las nuevas emisiones de deuda tradicional (bonos, pagarés y demás) se incluyen también las nuevas cláusulas de resolución.
El banco podría incorporarlas para cubrir algunos requisitos de capital», explica Pérez-Hernández. «A partir de ahora, acreedores e inversores van a tener que contribuir en los rescates financieros y en el mantenimiento de la solvencia», considera Bidault. El capital se transforma y los productos también. El objetivo es encontrar vías de recapitalización para hacer frente a la marea legislativa que se avecina sobre el sector financiero. Según Pérez-Hernández, «ampliar capital en bolsa va a ser una opción complicada en este entorno, así que las entidades necesitan otras alternativas».
A la espera de la inauguración del Mercado Alternativo de Renta Fija
En otro orden de productos, nada que ver con las nuevas normas de capital bancario, se situará un nuevo mercado de renta fija de creación inminente. Luis de Guindos lo anunció el pasado año como una de las medidas para impulsar la financiación de las pymes. En el Mercado Alternativo de Renta Fija o MARF se podrán negociar las emisiones de deuda de pequeñas y medianas empresas. El objetivo es facilitar su acceso a la financiación y reducir su dependencia del crédito bancario, tan difícil de lograr en este momento. Según Santiago Martín, director general de Axesor, la primera agencia de «rating» española, actualmente «un 80 por ciento de la financiación de las empresas procede del sector bancario y este mercado podrá ayudar a las pymes a encontrar alternativas».
¿Qué se negociará en él? En principio, pagarés y bonos a corto plazo, pero no se descarta permitir la negociación de otros productos a largo plazo. Su rentabilidad podría estar entre el seis y el 10 por ciento.
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