Los números hablan por sí solos. El margen de interés ha descendido en los nueve primeros meses del año respecto al mismo periodo del año anterior en seis de los siete principales bancos españoles. En el cómputo global de estas siete entidades, el recorte se traduce en 56.000 millones de euros menos que en los tres primeros trimestres de 2012. Sólo CaixaBank consigue incrementar márgenes después de presentar un saldo positivo de 2.936 millones frente a los 2.845 millones del año anterior. Y tras este singular oasis dentro de la banca nacional, las caídas en este apartado son dominantes.
La entidad con mayor recorte en su margen de intereses es Bankia . Asciende a un 30% y desde la entidad lo justifican por la caída de la actividad crediticia y el impacto de los tipos de interés en la cartera hipotecaria, un efecto que, insisten, desaparecerá en breve ya que la caída de tipos de 2012 ha repercutido casi completamente en la cartera. En el resto de entidades el recorte es menor pero también significativo. Los grandes bancos presentan un recorte de márgenes del 3,3% para BBVA y del 16% paraSantander, mientras que en el caso de Popular y Bankinter el recorte asciende al 13% y 11%, respectivamente.
Mejoran los precios pero sin recomendación de compra
Tras dar a conocer sus cuentas, quedaba ver cuál sería la reacción de los analistas a la hora de revisar sus recomendaciones en las principales entidades. Llamativo es el hecho que buena parte de las firmas han elevado los precios objetivos de estas entidades pero, casi ninguna de ellas, acompaña estos cambios con una recomendación de compra. De hecho, encontrar un consejo positivo que anime a adquirir acciones de las entidades españolas es harto complicado.
Desde que Banco Santander anunció sus resultados, seis firmas del calado de Deutsche Bank, Société Générale o Credit Suisse han incrementado ligeramente sus estimaciones a un año vista. Sólo una de ellas, Ahorro Corporación, mantiene un consejo de compra en la entidad cántabra. Mismo ejemplo para BBVA, donde once casas de análisis han revisado al alza sus precios y sólo La Caixa, Société y Goldman Sachs aconsejan entrar en el valor.
La radiografía es similar para Bankinter, donde seis voces como Goldman Sachs, Nomura o Bankia Bolsa han mejorado los precios objetivos, pero ninguna de ellas emite consejo de compra. En CaixaBank, sólo Ahorro Corporación vuelve a recomendar adquirir títulos entre cinco analistas que elevan sus precios; en Sabadell la proporción es cero de cinco y en Bankia y Popular nadie se decanta por emitir consejos de compra.
Se reducen márgenes pero crece el beneficio
Frente a los síntomas de debilidad de los márgenes bancarios, la banca puede lamer heridas apelando al incremento generalizado del beneficio atribuido. Entre estas siete entidades acumulan un beneficio superior a los 8.000 millones de euros en lo que va de año. El incremento en los nueve primeros meses de 2013 es especialmente significativo en CaixaBank (alcanza el 164%), mientras que Banco Sabadell y Bankinter han conseguido duplicarlo respecto al año anterior.
Tampoco pierden la cara a estos datos BBVA, que eleva su beneficio un 85%, a pesar del impacto de 100 millones que ha tenido durante el tercer trimestre la supresión de las cláusulas suelo y las provisiones de 600 millones que ha tenido que realizar tras reclasificar su cartera de créditos refinanciados. Uno de los aspectos más negativos que aprecian los analistas en la entidad vasca es la supresión del dividendo en efectivo que tenía previsto pagar el próximo mes de enero.
 “La imagen que ha dado con esta decisión le ha estado penalizando en bolsa desde que tocó máximos. Desde el 18 de octubre ha caído un 7,5% y el accionista tiene motivos para estar desencantado”, apunta Alberto Roldán, gestor de Sabadell SolBank. Distinta opinión tiene Nuria Álvarez, analista deRenta 4, que cree que “en el fondo, da igual ya que se compensará con el incremento que tendrá el pago correspondiente al mes de abril de 17 céntimos de euro por título”.
En la acera de enfrente, Banco Santander también ha conseguido incrementar su beneficio hasta septiembre de 2013 en un 77%. La entidad cántabra, que ya había adelantado al mes de junio la reclasificación de sus créditos refinanciados, se ha visto penalizada por la caída de los ingresos totales de un 8,4%, así como por la debilidad de la economía brasileña, país de donde obtiene un 24% de sus beneficios.
Desde Renta 4 señalan que el gran hándicap para la entidad presidida por Emilio Botín va a ser adaptarse a un entorno de mercado que a medio plazo va a exigir el pago de dividendo en efectivo. “BBVA ha venido haciendo dos pagos cada año en papel y otros dos en cash, pero Santander desde 2011 sólo lo hace en acciones y va a tener problemas en un futuro próximo para readaptar a las condiciones del mercado su política”, añade Álvarez.
Una morosidad disparada
La tasa de mora es otro de los males endémicos a los que hacen frente las principales entidades españolas. Esta tasa se incrementa de 2012 a 2013 en todas las entidades con especial virulencia en el caso de Popular y Sabadell, donde repunta un 51% y 49% respecto a las referencias de los tres primeros trimestres del año anterior. Entre el resto, en BBVA se incrementa en un 39%, en Santander un 25%, en Bankinter un 24%, en CaixaBank un 8,5% y en Bankia un 4,4%.
Recientemente, la agencia de calificación Moody´s ha publicado un informe en el que advertía de que la morosidad en los préstamos hipotecarios y créditos a empresas no relacionadas con el sector de la construcción registró en junio un fuerte incremento. La morosidad supone una clara amenaza a los ingresos de los bancos españoles, así como su capacidad de cumplir las exigencias de capital.
“El incremento de la morosidad de los bancos como consecuencia de la persistente debilidad de la economía española y su alto nivel de paro continuará afectando a la rentabilidad de las entidades porque exigirá mayores provisiones, mientras que los bajos tipos de interés afectan negativamente a los márgenes por intereses netos”, afirma la analista de Self BankVictoria Torre. En este sentido, las estimaciones apuntan a que “es posible que en próximos trimestres se produzca una erosión de los ingresos de la banca y de su capacidad para cumplir las exigencias de capital”, añade.