Hoja de ruta para entender cómo llegará Mario Draghi al QE
Cristina Casillas
El Banco Central Europeo (BCE) se enfrenta a dos meses clave. El 11 de diciembre tendrá lugar la segunda TLTRO, primera tras la publicación de los test de estrés, mientras que en enero el organismo podría valorar ya en serio la compra de deuda soberana. De hecho, el propio presidente, Mario Draghi, ha reiterado en varias ocasiones que el consejo de gobierno está dispuesto a actuar si la situación sigue deteriorándose.
¿Cuándo lo hará?
José Luis Martínez, estratega de Citi en España, recuerda que el propio Draghi lo ha hecho depender "depender de la demostración de que las medidas actuales son insuficientes junto a un deterioro adicional en las perspectivas de inflación". Además, lo que está sucediendo en estos momentos en Japón no ayuda precisamente a la causa pro-compra de deuda soberana, reitera Martínez.
¿Será suficiente la compra de deuda privada?
De momento, lo que está en marcha es el programa de compra de deuda privada. Victoria Torre, responsable de Análisis y Producto de Selfbak, recuerda que "por ahora el BCE ha ido implantando las medidas con cautela para poder ver si los problemas se van resolviendo, con la introducción primero del LTRO y la compra de cedulas hipotecarias"
En diciembre, además, comenzará a comprar ABS, para un siguiente paso comprar bonos corporativos. Por su parte, Jaime Díez, analista de XTB, cree que no se resolverá el problema, aplazando la toma de decisiones para dentro de unos meses.
Martínez reitera que lo que podría precipitar un QE sería un repunte de los tipos de interés de la deuda, producto de la normalización de tipos en Estados Unidos o de otros shock que suponga tipos de interés al alza.
¿Tendrá que haber un drama para que actúe?
Torre insiste que no "debería ser así. El BCE está siendo vigilante y aunque está yendo con pies de plomo y anunciando medidas de forma paulatina, ha dejado entrever que está dispuesto a realizar cualquier acción para superar la situación económica que atraviesa la eurozona, con el principal objetivo de vigilar las tasas de inflación (que por otro lado se están viendo perjudicadas por la caída de los precios del petróleo)"
Por su parte, Díez cree que "lo ideal sería que el BCE no actuara más y que las políticas actuales sean suficientes, sin embargo esto último no depende del BCE que muy posiblemente se vea forzado a incrementar y tomar más posiciones de inyecciones de liquidez alargando, y agrandando, el problema". Una situación de deflación en Europa o una recesión en Alemania serían motivos suficientes para el QE.
Para Martínez el drama no sería cualquiera sino el que pusiera en peligro la supervivencia del euro, mandato que asumió Draghi en verano de 2012.
¿Qué riesgos supone una compra de deuda soberana teniendo en cuenta las rentabilidades dispares que hay en la UE?
Uno de los aspectos más preocupantes es que la inflación aumente más de lo deseado en algunas regiones o añadir un componente de inestabilidad. Para ello, Torre insiste que la solución pasaría por que éstos países hagan reformas estructurales para mejorar la situación económica, algo que afecta directamente a la rentabilidad del bono soberano.
En cambio, el analista de XTB, Jaime Díez, recuerda que la compra de deuda soberana se realizará de manera discriminada y a aquellos países que más lo necesiten puesto que el efecto de bajada de rentabilidades será global y afectará a todos los países se compren o no sus bonos. Los riesgos económicos directos serían pocos, únicamente destacable el de exceso de masa monetaria y sus repercusiones alcistas sobre la inflación. Sin embargo, los riesgos más severos que se incurrirían sería el del mantenimiento y financiación de la burbuja de deuda.
¿Es Alemania el principal obstáculo para un QE?
Martínez destac que se trata de una opinión común en el mercado, considerando que esta compra de deuda sería equivalente a la mutualización de la deuda que muchas veces ha rechazado la Canciller alemana. Pero el analista destaca tres puntos: no existe ninguna institución que pueda vetar las operaciones del BCE; segundo, la oposición alemana (Buba y Gobierno) a un QE no es tanto por la cuestión de mutualizar el riesgo como por considerar que serían medidas ineficaces e innecesarias; y por último, las advertencias desde Alemania (y otros países centrales) más los ejemplos de otros países que han llevado estas medidas al límite estarían llevando a una posición más defensiva en el resto del Consejo.
¿Y cuándo lo podría empezar con ello?
La analista de Selfbank destaca que el BCE está inmerso en una serie de medidas, aunque cada vez se parecen cada vez más a un Quantitative Easing en toda regla salvo que por ahora no ha anunciado la compra de bonos soberanos.
Para terminar, Díez, insiste en que habrá QE Europea pero aún es pronto para hacer efectiva dicha medida. Las políticas de los bancos centrales llevan su tiempo tanto de aplicación como de evaluación. No hace un mes que el BCE ha comenzado la compra de ABS y tampoco llegan a tres meses los inicios de solicitudes de las TLTRO. En tan poco tiempo, es imposible comprobar la idoneidad o la repercusión real de estas políticas, por lo tanto para ver una QE deberemos esperar unos meses
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