¿POR QUÉ RECURREN A LLUÍS LLACH?
Podemos no encuentra su banda sonora
Abril de 2014. Un modesto grupo político llamado Podemos anuncia un concierto para ganar visibilidad y recaudar fondos. ¿Consigna de trabajo? "Tenemos que dejar claro que esto es algo diferente, por eso hay que evitar a los artistas que actúan cada septiembre en la fiesta del Partido Comunista". Una decisión que marca distancias con "la vieja izquierda". El acto se monta con poco tiempo y cae en Semana Santa. El cartel prefiere la escena indie, hipster y posmoderna: artistas como Alborotador Gomasio,Ornamento y Delito y Pau Roca, de la Habitación Roja, pinchando como fin de fiesta. Parecía que estos grupos no eran la mejor opción para un partido antagonista, pero el indie se retorcía hacia el 15-M, con letras y actitudes reivindicativas.
Garaikoiz Gamarra, líder de Ornamento y Delito, se apuntó a militar en el círculo de Cultura de Podemos. Este profesor de Filosofía sentía cierto desajuste entre su posición política y su dieta musical: "La escena independiente es de suyo pija, está en las antípodas de la red de centros sociales autogestionados en la que me formé. En el underground tenemos nuestros polos, nuestro cinismo y nuestras drogas, que son una querencia pequeñoburguesa”, explica el músico a este periódico.
“Recuerdo haberme sentido un poco gilipollas en el Primavera Sound 2011, yendo a tocar al Fórum con mi sensación de triunfo y mi resaca, mientras losmossos desalojaban a los indignados de la Plaza Catalunya", añade Gamarra. El malestar indie estaba más extendido de lo que parecía, como se ha comprobado en el giro político de artistas como Nacho Vegas, Amaral o Vetusta Morla. Podemos usó una canción de estos últimos en su exitosa campaña para el Parlamento europeo: Golpe maestro, que denuncia el saqueo financiero de las élites occidentales.
Los militantes de Cultura de Podemos también llamaron a Nacho Vegas para tocar en un encuentro de los círculos en Madrid. El cantautor asturiano celebra las elecciones musicales del partido liderado por Pablo Iglesias: "Cerrar lo de Vistalegre con L'estaca de Lluís Llach me pareció guay. No solo es una canción buenísima y cargada de significado, sino que hay bastante consenso sobre ella. Esto es lo importante, supongo, más allá de que a algunos les remita a un imaginarioprogre. En los años noventa y los dosmil, la época del indie, e incluso supongo que antes, estos cantautores eran despreciados con cierto aire de superioridad por todos los que conformábamos la modernidad, así que una rehabilitación me parece un acto de justicia".
Del 15M al salto institucional
El periodista y músico Roberto Herreros, impulsor del colectivo Fundación Robo, fue uno de los que echaron una mano en la gestión de aquel primer concierto organizado por Podemos. Así recuerda cómo estaba la temperatura: "No se pudo conseguir gran cosa porque había muy poco tiempo, pero a primera vista no detecté ningún rechazo. Contacté con artistas como Óscar Mulero, Los Enemigos, Tachenko, Kiko Veneno, Pony Bravo, Los Planetas, Grupo de Expertos Solynieve, León Benavente o Fernando Alfaro. Si les hubiesen encajado las fechas creo que todos hubiesen estado dispuestos a participar. A muchos, como es el caso de Nacho Vegas o Sergio Vinadé de Tachenko, les apetecía hacerlo (o como ellos mismos matizaban, no les apetecía dejar de hacerlo)".
¿Cuáles eran las principales dudas de los artistas? “Casi todo el mundo se sentía más cómodo con el 15M que con un salto institucional cuyo horizonte aún se veía incierto. Supongo que se tenía muy cerca la imagen de algunas campañas del PSOE, con los artistas palmeros del régimen del 78 llamando al votoprogre. Esta percepción también está cambiando, claro", explica Herreros.
La perspectiva histórica la pone el sociólogo Isidro López: "Podemos no tiene todavía un programa musical ni cultural. Hasta ahora lo que ofrecen es una estrategia electoral. Musicalmente han tenido momentos destacados, sobre todo el uso de Mercedes Sosa o L'estaca de Lluís Llach. Han apostado por volver a la música de las movilizaciones de la Transición. En esa época, la canción de autor fue el referente compartido de las dos grandes familias de oposición al franquismo: las luchas estudiantiles y las organizaciones obreras”, cuenta.
Acto en el que Pablo Iglesias es elegido Secretario General de Podemos. (Daniel Muñoz)
El sociólogo asegura que Podemos pone L’estaca porque es una canción que todo el mundo se sabe. “Incluso los que vengan de Juventud Sin Futuro, por muy hipsters que sean, porque la mayoría han crecido en familias militantes. En cambio, cuando Monedero canta El puente de los franceses no estoy seguro de cuántos la conocerán. Imagino que poca. Eso es irse demasiado atrás", señala.
El sonido de la democracia
¿Por qué resulta tan complicado encontrar un himno "moderno" para Podemos? "Lo que hemos vivido desde los ochenta son escenas musicales muy escindidas. Si Podemos no encuentra una canción indie o hipster no es porque lo evite, sino porque esos movimientos musicales se caracterizan por dinámicas de distinción interna, pequeños nichos donde uno es más que otro. Vetusta Morla pueden haber dado un giro político, pero no llegan a todo el público ‘enterado', porque se considera que hacen un indie demasiado masivo”, dice López para aclarar por qué recurrir a Vetusta Morla es “mucho menos” impactante que L'estaca.
“No hay una vuelta a la canción de autor como una dinámica a largo plazo. En realidad, es el resultado de una pregunta sencilla y coyuntural: ¿Qué canción ponemos que se sepa todo el mundo? Las fiestas del PCE también son un nicho, así que han ido al momento anterior a los pactos del 78", añade López. ¿Usar L'estacaes también una forma de decir que las demandas de la Transición no han sido satisfechas? "Sí, claro, ellos se están remitiendo a un tiempo marcado por el ansia de libertad y democracia".
López sube un peldaño para analizar el discurso de la cúpula del partido y explica que Iñigo Errejón habla de la función de la cultura al estilo del historiador británico E. P. Thompson. “Errejón dice que una 'cultura compartida' es parte del proceso de formación de clase, para buscar una alianza amplia de sectores sociales distintos y subordinados que puedan plantear un conflicto político entre dominantes y dominados”.
Para López, en España apenas ha empezado el proceso de ruptura de las líneas de separación culturales que “nos han mantenido incomunicados socialmente”, desde hace tres décadas”. “Hay gente que espera demasiado de la cultura de Podemos, pero esas nuevas formas deben surgir de la sociedad, no se pueden prescribir por decreto. Pedir a Podemos una nueva cultura de manera inmediata es demasiado, basta con que cuando lleguen al poder no obstaculicen o que monten redes de apoyo institucional a las propuestas que surjan desde abajo”.
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