¿Bolsa europa o bolsa estadounidense? Cómo ganar en ambos mercados
Óscar Torres
La divergencia económica y monetaria entre los dos grandes mercados desarrollados ha traído de cabeza a varios gestores. Especialmente a los que apostaban por Europa como mercado alcista de 2014, impulsado por la salida de la crisis y la vuelta del crecimiento. Hay brotes verdes, pero no terminan de germinar. Y ha sido la constatación de esa realidad la que ha terminado por lastrar los mercados europeos, en favor de las bolsas estadounidenses. ¿Qué están haciendo los gestores especializados en cada uno de estos mercados? Analizamos los movimientos de dos productos.
La fractura es más que visible desde una perspectiva macro. Los últimos datos de Estados Unidos confirman la solidez de su recuperación. Por ejemplo, en la primera semana de noviembre la economía norteamericana publicó un crecimiento de su PIB anualizado del 3,5 por ciento en el tercer trimestre del año. En esa misma semana, la Comisión Europea revisaba a la baja sus previsiones de crecimiento para 2015 (hasta el 1,1 por ciento, desde el 1,7 por ciento).
Los bancos centrales, al mando
Si hay algo que ambos mercados tienen en común, es su gran dependencia de los bancos centrales. Al otro lado del Atlántico, los inversores analizan con lupa cada coma de las intervenciones de Janet Yellen, presidenta de la Reserva Federal, en busca de pistas que ayuden a vislumbrar el momento en que empezarán a subir los tipos. Y un detalle muy importante: las compras de activos ya se han terminado. En Europa ni se plantea una subida de tipos. Se está hablando del comienzo de un programa de compra de bonos, que, sin ninguna duda, tendrá su impacto en bolsa.
«Creemos que una de las principales consecuencias de un programa de compra de bonos europeo será un debilitamiento del euro frente al dólar. Esto debería beneficiar a las compañías exportadoras europeas», explica Hervé Mangin, gestor del AXA WF Framlington Europe Opportunities. Por otro lado, teniendo en mente la posible subida del billete verde, a Mangin también le gustan las compañías europeas con ingresos en dólares, como «farmacéuticas, sector aeroespacial y algunos casos como Aegon». Además, este experto ve potencial en los próximos movimientos corporativos. Cree que sólo estamos en el comienzo de una oleada de movimientos que puede durar tres o cuatro años. Por ello, está especialmente activo en sectores con gran caja, como el «software» o el sector salud.
Por último, cree que los bancos deberían ser grandes beneficiarios de la política expansiva delBCE. «El sector no ha reaccionado de forma positiva a los tests de estrés, ni a la revisión de activos del BCE, pero creemos que se debe a razones técnicas. Las valoraciones son bajas, hay más visibilidad en el balance y el riesgo de nuevas ampliaciones de capital es limitado. La parte más dura de las provisiones ya se ha hecho», explica Mangin.
Su visión contrasta con la de Vinay Nadkarni, director general de ClearBridge, la gestora especializada en bolsa americana de Legg Mason. Mientras Mangin habla del impacto de las políticas del banco central en la renta variable europea, Nadkarni cree que «la siguiente fase en el mercado de bolsa norteamericano vendrá de la mano del crecimiento de beneficios». Muchos expertos llevan tiempo utilizando una metáfora que ya se ha hecho realidad. La economía americana ya puede caminar sóla, sin la ayuda de la Reserva Federal. Por tanto, la capacidad de las compañías de obtener resultados en este nuevo contexto será fundamental. Se impone la selección de valores y sectores.
«Nuestros sectores favoritos continúan siendo los mismos que en los últimos años, sectores como el de la industria sanitaria o el sector de la biotecnología y las compañías de gran capitalización dentro de éste. El sector energético es otro de nuestros favoritos, no tanto el de energía integrada, sino las compañías del sector energético donde la tecnología juega un papel principal», explica Nadkarni.
El sector financiero también gusta al otro lado del Atlántico. Al fin y al cabo, un contexto de subida de tipos debería ampliar el margen de intereses de los bancos, ya que pueden conceder créditos más caros. De ahí que Bill Hench, gestor del Legg Mason Royce US Small Cap Opportunity Fund, opte por dedicar un 23 por ciento de su cartera al sector financiero.
Principales riesgos
También varían en función de cada mercado. En Europa, Mangin lo tiene claro: «Creemos que el principal riesgo actual en Europa es la deflación». Sin embargo, quita hierro al asunto al explicar que «la reciente caída de la inflación está muy relacionada con el descenso de los precios en el petróleo y las materias primas y esto podría ser positivo en el futuro para el consumo, al menos en Estados Unidos. Un aterrizaje forzoso de la economía china podría ser otro grave riesgo».
Por su parte, en Estados Unidos se vive con cierto miedo a la sobrevaloración. «El mercado de renta variable americana ha experimentado un rally importante desde 2006. El S&P 500 casi se ha triplicado desde entonces. Es difícil saber cuánto durará este mercado alcista, pero los inversores siempre se mueven entre el pánico y la euforia y pensamos que estamos lejos de la euforia ahora mismo. Creo que estamos en una valoración más neutral, dentro de un contexto de crecimiento lento, por lo que pienso que el mercado alcista puede continuar en el futuro más inmediato, aunque habrá que ser más selectivo», considera Nadkarni.
El tecnológico Nasdaq 100, uno de los mejores índices del mundo desarrollado
Más de un 16 por ciento. Es la revalorización que lleva acumulada este selectivo desde principios de año. Reúne compañías tecnológicas con perfiles muy diferentes, pero algunas registran grandes revalorizaciones, como Illumina Inc, una biotecnológica que gana más de un 70 por ciento en el año o grandes compañías de Internet como Baidu, el Google chino, que se revaloriza un 38 por ciento en 2014, o Facebook, cuyos títulos se anotan cerca de un 36 por ciento en el año. Sin embargo, es Apple la compañía que más aporta al crecimiento de este índice, ya que es el valor que más pesa en el selectivo por tamaño.
No obstante, analizar la evolución histórica del índice puede dar un poco de vértigo en este momento, ya que se encuentra cada vez más cerca del pico alcanzado durante la burbuja tecnológica en marzo del año 2000: los 4.397,8 puntos. El pasado 10 de noviembre cerró en los 4.175 enteros. ¿Hay motivos para preocuparse? Al otro lado del Atlántico ya hay voces alertando de burbuja. Por ello, aunque el consenso de mercado parece positivo con estas compañías, ya en el número 953 de «INVERSIÓN & Finanzas.com» distintos expertos señalaban la necesidad de tomar una actitud más selectiva. No obstante, Apple y Google parecen seguir siendo valores favoritos para muchos gestores.
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