1-1 EN LA FINAL DE LA COPA DAVIS
Monfils barre a un renqueante Federer y empata tras la victoria de Wawrinka
Gaël Monfils, contra todo pronóstico, venció en tres sets a Roger Federer, 6-1, 6-4, 6-3, e igualó así la final de la Copa Davis, después de que Stan Wawrinka diera a los helvéticos el primero punto tras derrotar a Jo-Wilfried Tsonga, 6-1, 3-6, 6-3, 6-2.
Duda hasta el último momento por los problemas de espalda que le impidieron el pasado domingo disputar la final del Masters de Londres, Federer apenas pudo atacar a un descarado Monfils, apoyado en un potente servicio y que encandiló a las más de 27.000 personas que abarrotaron el estadio Pierre Mauroy de Lille. Fue el francés el que puso todo en la pista, los golpes ganadores y los fallos, ante un indolente suizo, desconocido, apático, a la defensiva, incapaz de marcar el tempo del duelo, que tuvo un dominador claro.
La derrota de Federer, además de dar alas a los franceses, ensombrece las opciones de Suiza, que seguirá pendiente del estado físico de su campeón, en cuya raqueta reposan buena parte de sus opciones de levantar la primera ensaladera en su segunda final. Todo lo contrario que Francia, que había comenzado mal, y que acabó el viernes con la moral por las nubes para intentar asaltar su décima ensaladera, la primera desde 2001, y romper la racha de dos finales consecutivas perdidas, la de 2002 frente a Rusia y la de 2010 contra Serbia.
Monfils no se fio de la jerarquía del ranking ante la segunda mejor raqueta del circuito, al que no había vencido más que dos veces en diez duelos, pero nunca sobre tierra batida, nunca en partidos a cinco sets. Tenía la complicada misión de mantener viva la llama de Francia, casi en un cara o cruz, a vida o muerte. Su proverbial descaro, su heterodoxia desordenada fue la mejor receta para acabar con el académico Federer, que persigue levantar su primera ensaladera, uno de los pocos trofeos que faltan en su impecable palmarés.
Nada salió en el lado del suizo, que apenas entrenó dos días en la tierra batida tras la lesión del pasado sábado y que demostró que todavía no está en la plenitud de sus facultades físicas. Cedió su servicio una vez en las dos primeras mangas y apenas dispuso de ocasiones de recuperarlo (dos en el quinto juego del primer set). En la tercera lo cedió dos veces.
La victoria de Monfils, número dos francés, dio vida a una Francia deprimida unos minutos antes por la derrota de su número uno ante el segundo mejor suizo. Wawrinka logró el primer punto para Suiza. En la búsqueda de la primera ensaladera, el número dos suizo dio un paso de gigante. El número 4 del mundo logró un trabajoso triunfo en un partido que comenzó cómodo, pero que se complicó a lo largo de los minutos cuando Tsonga elevó su nivel e igualó la contienda.
El primer set fue un paseo para el helvético que mostró el mismo nivel elevado de forma que seis días antes en semifinales del Másters de Londres ante su compatriota Roger Federer. Muy asentado en el campo, el ganador del pasado Open de Australia sometió a una presión asfixiante al serviciode su rival, sobre todo con los segundos, lo que impidió al galo sentirse cómodo con su saque pese al apoyo del público. En todas las ocasiones el suizo tuvo ocasión de arrebatar el servicio de su rival. Y, tras el 1-1, Tsonga no sumó ningún juego más.
Veintiséis minutos le bastaron a Wawrinka para alzarse con la primera manga y la segunda comenzó con el mismo aspecto, solo que el francés afinó su servicio, elevó el porcentaje de primeros e incrementó la presión en el saque del helvético. Una receta que le permitió arrebatar el servicio del suizo en el cuarto juego y llegó a dominar 4-1. A partir de ese momento, le bastó con conservar su servicio, mucho más sólido gracias a un mayor porcentaje de primeros, para apuntarse la manga en 42 minutos.
Wawrinka recuperó su mejor tenis en la tercera, rompió el servicio de Tsonga en el sexto juego y mantuvo la ventaja para lograr el set. Fue entonces cuando la diferencia de tenis entre el número 4 del mundo y el número 12 se hizo más patente. Tsonga, que había ganado tres de los cinco duelos disputados contra Wawrinka, demostró lagunas frente al helvético. Cedió su saque de entrada y volvió a hacerlo en el séptimo juego, lo que dejó al suizo un 5-2 con servicio para ganar que no desperdició, cerrando el partido en la primera oportunidad.
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