Los últimos años, y a raíz de la crisis de 2008, el mundo occidental ha gravitado hacia las nociones evangélicas, con tipos prácticamente a cero en Japón, EEUU y Europa. En mi opinión esta idílica situación toca a su fin, lo que tendrá enormes consecuencias para todos.
En EEUU se observa cada vez más un fenómeno preocupante: está subiendo la inflación como consecuencia del progresivo aumento de los salarios, algo explicable en un país sin apenas desempleo. La inflación subyacente supera ya el 2% marcado como objetivo por la FED, y los salarios parecen estar ya creciendo al 2,4%, lo que augura más subidas de inflación, ya que los costes laborales representan dos tercios de los costes totales de las empresas. Así, al tener que pagar más a los empleados, las empresas intentan proteger sus márgenes mediante subidas de precios de sus productos y servicios. La situación continuará, ya que existen más de cinco millones de puestos de trabajo vacantes en este país, el mayor nivel de su historia, y como en cualquier otro mercado, una mayor demanda y una oferta exigua se traducen en subidas de precios, en este caso de salarios. La FED no tendrá más remedio que actuar: subirá tipos antes y más intensamente de lo que descuentan los futuros. A medida que los datos del segundo trimestre muestren una mejora de la economía (el crecimiento anualizado del segundo trimestre podría triplicar al del primer trimestre) el balance de fuerzas en el comité que decide los tipos de interés en EEUU (FOMC) cambiará, lo que se traducirá en subidas más rápidas de lo descontado.
La economía mejora, el crédito mejora, el desempleo baja y los precios subyacentes suben. ¿Es coherente con tipos cero y creación al mes de 80.000 millones?
A su vez Japón nos ha mostrado a todos los límites de la política monetaria. A pesar de haber más que triplicado su balance en un ejercicio masivo de expansión cuantitativa, la economía japonesa sigue creciendo de una forma marginal. La expansión cuantitativa no funciona cuando una economía pierde un millón de trabajadores al año. El que en la última reunión del Banco Central se haya desechado acelerar la expansión cuantitativa sorprendiendo al mercado nos muestra un punto de inflexión. Por otro lado el bloque emergente debería bajar tipos ante la tormenta económica que está padeciendo. Sin embargo muchos bancos centrales (Colombia, Brasil, Nigeria, Egipto, Sudáfrica, Perú) están subiendo tipos debido a que el hundimiento de sus divisas ha importado inflación. Finalmente China parece dar muestras de un cambio en política monetaria, limitando las inyecciones masivas que tanto peligro pueden generar a medio plazo.
No olvidemos que no sólo vivimos en un mundo de tipos a cero, sino en un mundo en el que los principales bancos centrales se han embarcado en un histórico proceso de impresión masiva de dinero. Así la FED, el Banco de Japón y el Banco de Inglaterra han triplicado su balance, el BCE (eurosistema) lo ha duplicado, y el Banco Central suizo lo ha sextuplicado. La consecuencia son aberraciones financieras, como que existan diez billones (españoles) de bonos en tipos negativos, que Irlanda pueda emitir bonos a cien años al 2%, o el que el Tesoro español se financie por debajo de los EEUU.
La consecuencia son aberraciones financieras, como que existan diez billones (españoles) de bonos en negativo o que Irlanda emita bonos a cien años al 2%
Se trata de una enorme burbuja financiera que toca a su fin porque los tipos subirán. Las consecuencias para todos son formidables. Cuando suben los tipos de interés bajan los precios de los activos, algo que afectará a todos los mercados, financieros y reales. Por otro lado, aquellos que quieran pasar su hipoteca a fijo es mejor que lo hagan antes de verano, y los que mantengan hipotecas de más de cinco años a tipo variable deberían reconsiderarlo. Finalmente el bloque emergente y las materias primas sufrirán intensamente de materializarse la subida anticipada en esta columna.
La Historia es historia desde que se recoge por escrito. Contamos con documentos de crédito desde Babilonia (más de dos milenios antes de Cristo). También de Egipto, Grecia, Persia, Roma, la Edad Media, Moderna, y por supuesto la Edad Contemporánea. Si se traza una línea con los tipos de interés a lo largo de 5.000 años se observará que hoy en día experimentamos los tipos de interés más bajos de la historia.
Para bien o para mal los tipos subirán antes de lo que muchos descuentan, alejándose del mandato evangélico y acercándose a las enseñanzas de la Historia… todo revierte.
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