REDACCIÓN
Tras el impacto inicial han comenzado las reacciones y las valoraciones. Iberdrola pretende cerrar todas las centráles térmicas que alimenta con carbón y eso supondría el final de la planta de Lada, una fábrica ligada indisolublemente al paisaje de Langreo. Ni partidos ni sindicatos quieren oír hablar del tema, que supone un nuevo varapalo para la cuenca minera asturiana. El coordinador general de IU Asturias, Ramón Argüelles, por ejemplo, ha exigido un compromiso claro para la reindustrialización de las comarcas mineras, así como un modelo energético nacional basado en las necesidades del país y no de los intereses de las eléctricas. El diputado nacional de Foro, Isidro Martínez Oblanca, ha anunciado una iniciativa parlamentaria urgente para que el Gobierno evite el cierre de las térmicas y negocie un nuevo Plan del Carbón. El Principado ha dado también los primeros pasos para ver qué está pasando. Javier Fernández en persona ha llamado al presidente de Iberdrola, José Ignacio Sánchez Galán, para pedirle explicaciones.
El cierre de las térmicas, sin embargo, acarrea otros efectos colaterales. La clausura de las plantas de Lada y Velilla (ambas de Iberdrola) supondría el final definitivo para el proyecto polémico proyecto de construcción de una la línea de alta tensión que desde hace más de una década provoca un agrio debate. Su trazado a través de territorios protegidos y de núcleos de población ha servido para que vecinos y ecologistas hayan peleado por tumbar el tendido con todos los instrumentos legales a su alcance. La línea ya tenía pocas posibilidades de salir adelante, ya que el Ministerio de Industria, Energía y Turismo no la incluyó en el Plan de Desarrollo de la Red de Transporte de Energía Eléctrica 2015-2020. Su idea original era sacar de Asturias todo el excedente energético a través de la montaña leonesa. El trazado previsto en un principio recorría más de 120 kilómetros. La crisis aplazó su ejecución. Ahora parece haber recibido la puntilla.
Qué se sabe hasta ahora
Iberdrola ha solicitado al Ministerio de Energía el cierre de las plantas térmicas de Lada (Asturias) y Velilla (Palencia), decisión con la que completará el proceso de cierre de todas sus centrales de carbón en el mundo. Estas dos plantas suman una potencia conjunta de 874 megavatios (MW) y la petición de cierre que no afectará al empleo, añadió la compañía energética. En concreto, la empresa adelantó que recolocará al 100% de la plantilla -90 empleados en Lada y 80 en Velilla- tanto en las labores de desmantelamiento de ambas plantas, que se extenderán durante cuatro años desde la fecha de aprobación de cierre por parte del Ministerio de Energía y supondrán una inversión cercana a los 35 millones de euros, como en otras instalaciones de la empresa. Las zonas ocupadas por Lada y Velilla serán objeto de una restauración paisajística. Asimismo, indicó que el cierre de estas plantas no incidirá en la seguridad del suministro eléctrico. La compañía cuenta con 5.695 MW de capacidad de respaldo en ciclos combinados de gas.
Reacciones
Ante este anuncio, Ramón Argüelles ha rechazado rechazó el cierre de la central térmica, al considerar que,« por más que se garantice la recolocación de la plantilla, esta medida tendrá un impacto negativo para el empleo en el futuro». «Exigimos, al Gobierno del Estado y también al de Asturias un plan inmediato para la industrialización de las Comarcas Mineras, dando respuesta a los acuerdos incumplidos y con carga presupuestaria para 2018», ha insistido. Además, el coordinador de IU ha reclamado un posicionamiento claro del Gobierno de Asturias. Esto se traduce en que haya «respuestas a un modelo energético claro, justo y racional tanto desde perspectivas meramente de gestión de la energía como económicas y sociales y medioambientales».
Argüelles tiene una idea de cómo debe ser ese modelo energético. Debe plantearse teniendo en cuenta a las poblaciones que se vayan a ver afectadas por su puesta en marcha y tiene que garantizar caso la seguridad energética sin renunciar, mientras se queme carbón, al uso del mineral autóctono que, a su juicio, debe formar parte de la reserva estratégica nacional. Ha señalado al Gobierno central como la administración que tiene que pilotar este diseño, «no en función de los interés de las eléctricas, tal y sucede ahora con el cierre de Lada, que solo se entiende por las propias necesidades e intereses de la empresa y no por una sensibilidad medioambiental bajo la que trata de justificar esta medida».
Isidro Martínez Oblanca y Foro Asturias también miran al Estado. Martínez Oblanca ha defendido el futuro del carbón autóctono «como factor clave para la soberanía energética española» y ha adelantado que su partido, instará a Ejecutivo asturiano a «oponerse firmemente» a la solicitud de Iberdrola para cerrar la central de Lada, ya que esta medida supondría «la desertización industrial de toda la Cuenca del Nalón».
El parlamentario de Foro ha recordado que «estaba cantado que la iniciativa de Podemos contra el carbón, apoyada por PSOE, C's e IU, iba a acelerar el proyecto de Almunia y de Zapatero en 2010 para cerrar las minas y las térmicas, y desertizar las cuencas mineras». «Los socialistas llevan años acreditando en Madrid y en Bruselas que son los grandes enemigos del carbón, aunque luego presumen en Asturias de boquilla de todo lo contrario», ha denunciado.
Podemos cree que Iberdrola «tiene una obligación con la cuenca del Nalón, de la que ha obtenido muchos beneficios». Así lo ha explicado el diputado regional de Podemos Enrique López que ha expresado hoy su preocupación por la decisión de la eléctrica, que se suma a «una sangría de cierres» de empresas en Asturias. López considera que la compañía debe comprometerse con el mantenimiento del empleo.
El Gobierno del Principado
El consejero de Empleo, Industria y Turismo, Isaac Pola, ha sido el encargado de defender el carbón en nombre del Gobierno del Principado. Pola ha calificado de «precipitada» la decisión de Iberdrola de solicitar el cierre de las térmicas. El Ejecutivo regional, según sus palabras, «no comparte el planteamiento de la compañía ni en el fondo ni en la forma». La transición energética que propugna, en cambio, «debe ser equilibrada». «Nadie discute ese futuro de una economía descarbonizada, pero sí la forma de llegar a ese futuro», ha reconocido.
Por el momento, el carbón, «todavía tiene un papel muy significativo que desempeñar en el sistema eléctrico», ha explicado el consejero, que defiende un modelo que tenga en cuenta todos los aspectos. En primer lugar los energéticos, pero también los ambientales, económicos y sociales.
Frente a esta situación, el consejero de Empleo ha explicado que el Ejecutivo autonómico ya ha iniciado gestiones para aclarar el asunto. En este sentido ha explicado que el presidente del Principado, Javier Fernández, habló este viernes con el presidente de Iberdrola para pedirle explicaciones a este respecto.
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