El Banco Santander ofreció inicialmente a sus empleados prejubilaciones a partir de 58 años con un 70% del salario bruto, pero finalmente accedió a rebajar la edad hasta los 55 años para los servicios centrales y a elevar la compensación hasta el 80% del sueldo. Estas condiciones se mantendrían hasta que el trabajador cumpliera los 63 años y, a diferencia de otros recortes de personal en la banca, no se establecía ningún tope a la cuantía que se podía percibir.
Las fuentes consultadas afirman que, con estas condiciones, van a apuntarse casi todos los 'prejubilables' del Popular. "La negociación está bastante cerrada y el Santander ha preparado muy bien el terreno: la gente está aterrorizada, vive en una situación de tensión permanente porque sabe que los servicios centrales van a ser reducidos al mínimo". Así, la entidad anunció la semana pasada que el ajuste implicará 1.585 salidas inmediatas y 575 traslados o recolocaciones. Los despidos no afectarán solo a los servicios centrales del Popular en Madrid, sino a 58 centros de trabajo (direcciones territoriales y zonales, y sucursales).
El problema es que no quedan tantos empleados del Popular que puedan acogerse a estas jubilaciones anticipadas, ya que muchos de ellos se apuntaron al ERE que el propio banco puso en marcha en noviembre del año pasado, todavía bajo la presidencia de Ángel Ron. En ese ajuste, las condiciones eran mejores cuanto mayor era el empleado, por lo que los de más edad se apuntaron de forma generalizada. Por eso, ahora no quedan suficientes trabajadores de los servicios centrales del Popular en situación de acogerse a las prejubilaciones del Santander, incluso aunque se apliquen desde los 55 años.
El problema de la voluntariedad de los despidos
En consecuencia, el banco tendrá que echar mano de los despidos. El problema es que en estos procesos nunca se pueden cubrir todas las salidas de forma voluntaria, ya que la entidad tiene un cupo por cada departamento, y lo normal es que en unos falten voluntarios y en otros sobren. Lo cual lleva de forma inevitable a imponer salidas forzosas. Los sindicatos pretenden que esta vez se prime la voluntariedad y la "permeabilidad entre los servicios centrales y la red", es decir, que si faltan salidas en un sitio y sobran en otro, puedan compensarse. Así lo asegura el secretario general del Sindicato de Trabajadores del Santander, Juan Pedro Vázquez.Banco Santander propone un severo ajuste para 2.160 empleados del Popular
Sin embargo, el Santander pretende llevar ambos procesos de forma separada; de hecho, las negociaciones que comienzan formalmente este jueves se refieren exclusivamente a los servicios centrales. Es más, las conversaciones para el ERE del Popular y el que se va a acometer entre los propios empleados del Santander aprovechando la integración se llevarán de forma separada. Los representantes de los trabajadores tienen a su favor que el banco que preside Botín quiere un proceso rápido y sin conflictos, lo que les otorga mayor fuerza para negociar.
En la reducción de personal del año pasado en el Santander, la entidad ofreció 40 días por año trabajado en las bajas incentivadas, siete más que el mínimo legal, con un máximo de 24 mensualidades. Además, incluyó una prima para los que se apuntaran
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