El Confi-Noche de lunes 29 de enero. Un grupo de hombres encorbatados llega a una mansión de Chelsea compuesta por la unión de dos casas victorianas. Los invitados son importantes donantes del Partido Conservador. El anfitrión es George Soros, multimillonario judío de origen húngaro, más conocido por ser el hombre que provocó la quiebra del Banco de Inglaterra. Saltó a la fama por conseguir ganar más de 1.000 millones de libras apostando contra la libra antes del Miércoles Negro de 1992. Desde entonces, ha dedicado gran parte de su fortuna (18.000 millones de libras en 2015, según 'Forbes') a luchar contra el nacionalismo y promover la democracia. Es persona 'non grata' en algunos de los regímenes de Europa del Este y ha sido acusado de participar en la caída de varios gobiernos. A sus 87 años, se ha marcado un nuevo objetivo: revertir el Brexit.
Señores y señoras, bienvenidos al gran complot que se está gestando contra el Gobierno británico. Políticos —muchos de ellos incluso 'tories'—, personalidades del mundo empresarial y expertos en redes sociales están tramando una estrategia para crear una crisis institucional de tal calibre que al Ejecutivo no le quede más remedio que detener el histórico divorcio con el bloque.
La cena de la que este jueves se hizo eco 'The Telegraph' —rotativo que en su página web tiene un reloj que marca los días, horas y segundos que faltan para salir de la UE— refleja hasta qué punto algunos de los personajes con más poder en el mundo están convencidos de que aún hay tiempo y fórmulas para evitar la salida del club comunitario.
Los seis donantes del Partido Conservador que acuden a la cita (cuyas identidades no se han revelado) están expectantes. No saben muy bien qué se está tramando, pero ante una invitación de Soros nadie puede negarse. En la mesa hay otras tres figuras clave. La primera, el laborista Lord Malloch-Brown, que en su día ayudó a las campañas que derrocaron a Augusto Pinochet en Chile y Ferdinand Marcos en Filipinas. Se convirtió en el hombre de confianza de Kofi Annan en la ONU antes de pasar a la política británica. Está acompañado por Stephen Peel, un remero olímpico convertido en exitoso financiero, y Sir Martin Sorrell, director ejecutivo de la agencia de publicidad más grande del mundo, WPP.
Es el lord quien toma la palabra. “Señores, ha llegado el momento”, dice mientras entrega a los comensales un documento donde se detalla una meticulosa campaña que debe comenzar a finales del mes de febrero con el objetivo de “despertar al país”. El plan incluye una serie de concentraciones masivas y todo tipo de eventos con un “fuerte enfoque juvenil” que se completarán con un programa de “presión” para los 100 diputados de las circunscripciones que apoyaron el Brexit. Mientras tanto, los lazos comerciales y sindicales se aprovecharían para proporcionar respaldo público y financiero.
"Guerrilla de 'marketing"
La estrategia cuenta con “diferentes tácticas de guerilla de 'marketing” y el objetivo es crear el impulso suficiente para obligar a los parlamentarios a votar en contra del acuerdo final que el Gobierno negocie con Bruselas cuando el texto se presente en Westminster.
Ahí está la clave. Para evitar una revuelta interna de los 'tories' pro-UE que pusiera en riesgo su frágil liderazgo, May se vio obligada el año pasado a prometer al Parlamento un “voto significativo” en las dos cámaras antes de que se firmase el documento final. El calendario oficial marca que el acuerdo debería definirse en octubre de este año, con vistas a cumplir la promesa de abandonar la UE el 29 de marzo de 2019.
Según lo estipulado, en caso de que Westminster vote en contra del acuerdo al que se llegue con Bruselas, el Reino Unido saldrá del bloque sin ningún tipo de pacto. Pero los aliados de Soros están convencidos de que, en tal escenario, se celebraría otro referéndum o se convocarían nuevas elecciones generales donde, inevitablemente, la cuestión europea sería decisiva.
El lord asegura que no hay tiempo que perder y de ahí la urgencia de recaudar dinero. Pero los donantes 'tories' se quedan atónitos y abandonan la mansión sin ningún tipo de promesas.
No es descabellado pensar que hayan sido ellos los que pudieran haber filtrado la noticia al rotativo euroescéptico para frustrar los planes de los eurófilos. Con todo, la cena deja al descubierto las tramas internas que se están urdiendo en el país para detener el Brexit.
La maquinaria pro-UE lleva meses funcionando a pleno rendimiento. Y el perfil de los protagonistas no puede pasar desapercibido. Empezando por los presentes en la misteriosa cena. Tener en tu bando a un tipo como Soros es ya un plus. El poderoso millonario —que se reunió el pasado 27 de abril en Bruselas con Jean-Claude Juncker, presidente de la Comisión Europea— ya ha donado 400.000 libras a la organización contra el Brexit Best for Britain, a través de su fundación Open Society.
Da la 'casualidad' de que Peel, otro de los comensales, forma parte de la ejecutiva de esta organización. El exolímpico, graduado de Cambridge, ascendió hasta convertirse en director ejecutivo de Goldman Sachs en los años noventa antes de unirse a la firma de capital privado TPG Capital. En los últimos meses ha donado 25.000 libras a Best for Britain.
Entre los miembros de este grupo también destaca Gina Miller. La abogada fue una de las protagonistas del año pasado cuandoconsiguió que el Tribunal Supremo obligara al Gobierno de May apedir autorización a Westminster para activar el artículo 50 del Tratado de Lisboa, con el que se solicitaba oficialmente la retirada del bloque.
Según el complot explicado en la cena, Best for Britain planeaba brindar apoyo financiero a European Movement, otro grupo de presión pro-UE que cuenta con los 'tories' Stephen Dorrell, exministro de Salud, y Kenneth Clarke, excanciller, como presidente y vicepresidente. Esto demostraría lo dividido que está el Partido Conservador.
Pero la cosa no queda ahí. Best for Britain y European Movement están, junto con Vote Leave Watch y Open Britain, detrás del Grupo Parlamentario sobre las relaciones con la UE. Presidido por el laborista Chuka Umunna y la 'tory' Anna Soubry, este grupo formado por políticos de todo signo que presionan en Westminster para que Londres tenga la relación más próxima con el bloque.
En definitiva, algo se cuece en el Reino Unido. Y podría ser que en el Brexit no esté aún todo escrito.
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