Trayectoria.
Trayectoria. LA BOCA DEL LOGO A diferencia de otros medios, en CTXT mantenemos todos nuestros artículos en abierto. Nuestra apuesta es recuperar el espíritu de la prensa independiente: ser un servicio público. Si puedes permitirte pagar 4 euros al mes, apoya a CTXT. ¡Suscríbete! Espacio realizado con la colaboración del El Observatorio Social de la Fundación “la Caixa”. El sistema de protección social en España arrastra, desde hace años, enormes deficiencias: protege más y mejor a la población de mayor renta, redistribuye poco la riqueza y está fuertemente sujeto a los ciclos económicos. Por si fuera poco, también hay importantes capas de población que no pueden acceder a ningún tipo de ayuda o transferencia pública. Así se puede comprobar en los datos que ha publicado la Organización Mundial del Trabajo en un informe que analiza la situación de la seguridad social en el mundo, y donde se asegura que apenas el 81% de la población de nuestro país está cubierta por algún tipo de prestación, una de las cifras más bajas de la Unión Europea. Según los datos recopilados en el documento, España se sitúa como el cuarto Estado comunitario con menos población protegida por el sistema público de prestaciones, solo por detrás de Grecia, Croacia y Chipre. En el extremo contrario, hasta 16 países tienen a más del 90% de sus habitantes bajo el paraguas de la protección social, mientras que cinco, entre ellos Francia y Bélgica, son capaces de llegar al 100%. En este sentido, nuestro país, que se sitúa en el puesto once en inversión destinada a protección social, no solo destaca por los pobres resultados generales en materia de prestaciones y ayudas, sino también por los importantes desequilibrios que se reproducen dentro del propio sistema de transferencias: de un lado, la cobertura a la infancia, a la maternidad –con permisos remunerados– y a las personas mayores –pensiones– es prácticamente universal. Por su parte, las prestaciones por desempleo, las ayudas a personas vulnerables y los planes de pensiones destinados a trabajadores en activo no cubren ni a la mitad de los potenciales beneficiarios. Otras transferencias como las que van destinadas a las personas con discapacidad y a las bajas laborales se mueven en un insuficiente 76%-77%. El extenso informe de la OIT también recoge información sobre la capacidad que están demostrando los sistemas de seguridad social para reducir la desigualdad, ya sea mediante el sistema de impuestos o mediante las transferencias sociales. Aquí, de nuevo, España aparece en el vagón de cola comunitario: nuestro modelo de protección social solo tiene una capacidad de redistribución de la riqueza cercana al 35%, mientras que hasta diez países de la UE superan el 40% y otros seis se mueven en resultados intermedios. En este caso, las cifras del documento de la organización internacional revelan el escaso impacto que tienen en nuestro país las transferencias sociales en un contexto de desigualdad disparada, con España encabezando la lista de países con peores resultados en el indicador de Gini, la principal herramienta para medir la inequidad. Por último, el informe también incluye información más reciente sobre las medidas que se han tomado a nivel global en materia de protección social para afrontar la crisis de la covid-19. En el caso de España, la OIT menciona, entre otras cosas, la introducción del Ingreso Mínimo Vital, pero también recuerda que España no ha reconocido el coronavirus como enfermedad profesional para todos los trabajadores –solo como accidente de trabajo– y que antes de la llegada de la crisis sanitaria se habían producido recortes en la cuantía de las prestaciones y ayudas.
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