jueves, 13 de enero de 2022
Si este Barça consolida este equipo más un nueve puro, en dos años será de nuevo lider....
El vértigo del Madrid derriba en la prórroga a un Barcelona muy mejorado
ABRAHAM ROMERO
Un gol de Fede Valverde mete en la final a los blancos y frustra al equipo de Xavi, que dominó durante buena parte de la noche y disfrutó con el regreso de Ansu Fati y Pedri (2-3).
Valverde celebra ante Ter Stegen el gol de la victoria del Madrid en Riad.
Valverde celebra ante Ter Stegen el gol de la victoria del Madrid en Riad.AP
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El balón es tan global que resulta que en Riad, capital de Arabia Saudí, lejos de cualquier elite deportiva, el clásico español también fue un estado de ánimo. El Barcelona lo recuperó en el desierto, pero el pase a la final de la Supercopa fue para el Real Madrid, en esa inercia competitiva que le ha hecho líder destacado de la Liga española.
Arrancaron los de Carlo Ancelotti dominando. Casemiro, Toni Kroos y especialmente Luka Modric, liberado en cada intento de presión alta azulgrana, se encargaron de poner el juego. Los blancos se encontraron cómodos teniendo la posesión en estático, durmiendo el balón y esperando a un Barça demasiado valiente en el robo de balón. En tres toques, el Madrid amenazó la portería de Ter Stegen en varias ocasiones. Primero Marco Asensio y luego Vinicius, en el emparejamiento generacional de Brasil que le enfrentó a Dani Alves. El delantero envió su primer disparo a las manos del guardameta, pero en su segunda arrancada no perdonó.
Corría el minuto 25. Karim Benzema robó un balón a Sergio Busquets en el círculo central, recibió el rechace de Modric y la pelota llegó al espacio para Vinicius. Carrera hacia el área y disparo con la zurda que superó a Ter Stegen por su lado derecho.
AMENAZA CONSTANTE DE DEMBÉLÉ
Para el Madrid, el gol de su nueva estrella, el 15º de su inesperada temporada, tuvo un efecto positivo en el marcador pero negativo en el césped. El conjunto merengue se confió, consciente de que su sexta marcha era superior a la del Barça, y los de Xavi Hernández despertaron. Abrió los ojos Ousmane Dembélé, chispa culé, el campo comenzó a inclinarse hacia la portería de Thibaut Courtois y los débiles intentos de la delantera azulgrana comenzaron a acumularse: Ferran Torres, que debutó escorado a la derecha, Luuk de Jong y el galo rondaron la puerta, aunque sin el suficiente empeño como para derribarla hasta que llegó la pequeña fortuna.
Dembélé, omnipresente en el camino hacia el descanso, ganó la línea de fondo y puso un balón raso que parecía que Eder Militao podía despejar con relativa facilidad. El central logró golpear la pelota, pero ésta rebotó en la pierna de De Jong, se estrelló en el poste y entró entre las redes de Courtois.
Tras el descanso, agradeció el Barça la entrada de Pedri, que mediapunteó con Dembélé para protagonizar los mejores minutos de los azulgrana. Sufrió el Madrid, atropellado por la intensa presión de su rival y sin encontrar el desahogo de Vinicius y Benzema. Ancelotti, preocupado, debía preguntarse hasta cuándo iban a durar las pilas culés. Unos 20 minutos, los que tardó Modric en volver a adueñarse de Riad. Las descargas del croata para superar líneas hicieron respirar al Madrid, que volvió a dominar y a encontrar a Ter Stegen en una nueva arrancada.
Ansu Fati pugna por un balón con Dani Carvajal.
Ansu Fati pugna por un balón con Dani Carvajal.AP
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Ferland Mendy, que juega como si todos los días fueran domingo, superó a Dani Alves en velocidad y dejó un pase atrás para Benzema, que obligó a estirarse a Ter Stegen. El rechace lo recogió Dani Carvajal, cuyo centro chut volvió a rechazar el alemán con la mala suerte de que llegó de nuevo a las botas de Benzema, que empujó el balón para el 1-2. El Madrid sonrió tras haber aprovechado sus chispazos y su aparente superioridad, pero el Barça de Arabia no es el mismo que el de España. En el minuto 72, en lugar de hundirse, los de Xavi siguieron mordiendo, recuperando bastante del orgullo perdido durante estos últimos meses. Se fueron defensas y entraron delanteros, y su premio llegó en el 83 tras un cabezazo picado de Ansu Fati, también de regreso, forzando la prórroga del delirio saudí. Un clásico perfecto.
En el tiempo extra parecía tener más pulmón el cuadro de la Ciudad Condal, pero esa inercia competitiva de los blancos, ese contragolpe a años luz, derribó por completo al Barça. Robó el Madrid, arrancó Casemiro, cedió Rodrygo, dejó pasar Vinicius y ajustició Fede Valverde, protagonista de nuevo en la prórroga de una Supercopa tras aquella entrada a Álvaro Morata que le valió la expulsión ante el Atlético en 2020.
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