miércoles, 19 de octubre de 2022
Claro y sensato...
“La Ronda Norte me parece un sinsentido”
Jacobo Blanco, decano del Colegio de Sociólogos, apuesta por conservar La Vega como conjunto dotándola de usos múltiples.
Por
Andrés Illescas
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Jacobo Blanco. Foto: Iván G. Fernández
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Andrés Illescas
Andrés Illescas
Es periodista.
Jacobo Blanco (Oviedo, 1967) es sociólogo “de manera accidental”, sin embargo, su profesión le ha condicionado completamente su forma de entender el mundo y le facilita analizar la situación del Oviedo actual. Decano del Colegio de Sociólogos y Politólogos —también da clases en la Universidad y trabaja en el sector privado— plantea su visión sobre la capital del Principado en esta entrevista con NORTES.
¿Qué queda del Oviedo que conoció hasta los 18 años?
Conocí un Oviedo que estaba justo en el quicio entre la tradición y la modernidad. Era una ciudad donde podías ver en la calle Uría edificios de alquiler que eran restos de las viejas rentas de principios del siglo XX. Había escaleras con bombillas mortecinas y techos con desconchones. Eran viviendas mal conservadas en las que vivía la pequeña burguesía y el funcionariado, simplemente por la apariencia que da vivir en la calle Uría. Frente a esto luego estaban los escaparates vanguardistas de Chus Quirós. Era un Oviedo negro, oscuro, pero prospero. En consonancia con la región. Junto con Cataluña y el País Vasco, Asturias era una región puntera, eso implicaba contar con comercio y restaurantes destacados. De aquella la modernidad convivía con lo tradicional. 10 años después, cuando volví con 28 años, Oviedo era una ciudad mucho mas luminosa, arreglada y limpísima, pero que, sin embargo, lideraba una región empobrecida y trataba de reinventarse, bajo mi punto de vista en una dirección equivocada.
¿Cuál fue esa dirección equivocada?
Esa dirección era la de hacer valer ideas muy burguesas, como la limpieza, el aspecto exterior de la ciudad, la apariencia, las farolas, lo que sería un cierto espíritu de burguesía decimonónica, pero con valores como el rentismo, la especulación y unos aprovechamientos desmesurados de suelo. Son ejemplos de esto el cinturón verde o La Losa. Grandes operaciones que se financiaron con recursos inmobiliarios, algo que no siempre es necesariamente malo. A esto hay que sumar el desarrollo de las administraciones públicas. Cabía pensar si apoyar el crecimiento económico en las administraciones públicas y las rentas del suelo era el modelo más adecuado.
¿Cómo es el Oviedo que ve hoy?
Es un Oviedo sin ideas, desconcertado y con problemas de autopercepción. Buena parte de los ovetenses tiene un problema de percepción sobre la ciudad. Sobre todo las elites. Perciben una ciudad elegante, bonita, limpia, aseada, más o menos ordenada pero sin embargo no somos conscientes de las amenazas y los problemas inmediatos.
“Buena parte de los ovetenses tiene un problema de percepción sobre la ciudad. Sobre todo las elites”
¿Cuáles son esas amenazas y problemas?
Venimos de un modelo que se basaba en el crecimiento de las administraciones públicas y lo que hay en torno a ellas. En Oviedo, bueno, tenemos el sector de la restauración, un cierto comercio, pero los servicios centrales de la administración no dan mas de sí, no van a crecer mucho mas y hay un estancamiento. Estamos viendo también que la hostelería tiende a estabilizarse y el comercio lleva años languideciendo por el cambio de modelo de negocio, con internet y las grandes superficies. Además disminuye la capacidad de compra de los ovetenses y los asturianos. El sector financiero está prácticamente en manos de empresas foráneas, de otras regiones, estoy pensando en Unicaja, Sabadell o EDP. El sector empresarial de hace unos años ya no está, no hay ese punto de apoyo. Vivimos momentos de perdida de empleos y cambio de modelo de negocio, a la par que Oviedo se queda sin los pilares de crecimiento tradicionales.
Jacobo Blanco. Foto: Iván G. Fernández
¿Qué panorama arroja esta situación que describe?
La población está estancada y tiende a descender, por lo que las rentas del suelo son más difíciles de obtener. Nos falta algún sector que tire de la ciudad y no hay conciencia de ello. Hay una creciente polarización social, entre 2010 y 2019 crecía el empleo de profesionales muy especializados, por un lado, y luego el servicio doméstico, por otro. Eso creó una brecha que hace que en Oviedo haya mayor desigualdad que en el conjunto de Asturias, pero también un índice de pobreza infantil y entre mujeres adultas elevado. Según los últimos datos publicados una de cada cinco o seis mujeres y la misma proporción de niños viven con menos de 7.500 euros por unidad de consumo. Es un 40% por debajo de la renta mediana. Esto implica que se encuentren en riesgo de problemas para poder satisfacer sus necesidades básicas. En Oviedo no hay conciencia de estos problemas y es necesario escribir una nueva capa en el palimpsesto de la ciudad. ¿Cómo vamos a mantener la actividad financiera o cómo va a seguir creciendo la ciudad?
“En Oviedo hay mayor desigualdad que en el resto de Asturias”
En lo que se refiere a crecer, parece que el foco se centra en barrios cómo La Corredoria o La Florida…
En todas las ciudades pasa esto. Es una tendencia muy antigua a que las zonas centrales se vacíen de población en beneficio de las coronas exteriores por una cuestión de precios. En realidad es un balance entre los precios de la vivienda, la vida y la movilidad. Esos factores suelen encontrar su punto de equilibrio en la periferia de la ciudad. Hay que tener en cuenta que los apartamentos turísticos y los hoteles expulsan a la población del centro en virtud de barrios externos, que cuenta con mucha vivienda de segunda mano y barata.
Foto: Iván G. Fernández
Sin embargo, ¿por qué se sigue apostando por invertir en el centro y no en las barrios dónde vive la gente?
Creo que hay dos problemas. Primero, hay una especie de segregación espacial entre esos barrios y el centro. El centro de la ciudad sigue percibiéndose por mucha gente de los barrios como el núcleo del poder de la burguesía. Político, económico y clerical. Se acaba de inaugurar un paso de peatones en la Ronda Sur que ejemplifica muy bien esto. Puede ser una obra barata pero simboliza para muchos vecinos acceder mejor al centro de la ciudad. En Oviedo, incluso Pumarín tiene un mal acceso al centro de la ciudad, porque General Elorza actúa como una barrera. Por otra parte, cuando son barrios que crecen, el problema es que adolecen de dotaciones. Esto pasa en España desde hace tiempo. Se deja suelo para hacer algo, ya sea colegio, centro de salud o instituto, pero va por detrás de las demandas de la población. Nunca se vio que se construya un barrio desde el primer momento con sus dotaciones.
¿Y qué opciones hay para revitalizar el casco antiguo?
Lo que es la parte “intrarrondas” de la ciudad, ese círculo, lleva perdiendo población 60 o 70 años. Son fenómenos normales, en Oviedo quizá se ve más agudizado, pero pasa en Madrid, Barcelona, Gijón o Avilés. Hay que conocer esas dinámicas para anticiparse a ellas. En el caso del casco antiguo este es hemiplégico. De Cimadevilla hacia el centro funciona bien. Hay animación, la gente fluye, hay comercio, aunque turistizado…No es un Oviedo degradado. Hay terrazas y no hay pintadas. Sin embargo desde Cimadevilla hacia la muralla está muerto. ¿Por qué sucede? Creo que es por la mala relación urbanística con el resto de la ciudad. Prueben a pasar, por ejemplo, desde la zona de Santo Domingo, por el Postigo, que ha crecido mucho, hasta el centro de Oviedo atravesando el Antiguo. Es complicado, hay una mala accesibilidad y sin embargo toda esa gente se mueve a diario hacia el centro y prefieren subir por el campo de los patos y no por Paraíso, la Corrada del obispo y la zona del Salsipuedes porque hay obstáculos. No se pensó una buena urbanística relación entre el Oviedo nuevo y el Oviedo viejo; eso ha llevado a una especie de circulo vicioso donde, si la gente no transita, no hay demanda tampoco de locales. Queda un espacio nada más que para copas. Tenemos un problema ahí.
“No se pensó una buena relación urbanística entre el Oviedo nuevo y el Oviedo viejo y eso ha llevado a una especie de círculo vicioso”
Hablando de espacios vacíos, ¿qué se debería hacer con algunos como el viejo hospital?
Oviedo cada vez tiene mas espacios vacíos. El viejo HUCA, la fábrica de armas, la de gas. Fíjate, esta podría tener un rol importantísimo en mejorar la relación entre el Oviedo viejo y el nuevo. Pero claro, entre el viejo hospital y La Vega, Oviedo no tiene capacidad para llenar esos espacios simultáneamente, hablamos de unos 400.000 metros cuadrados. Hay ideas, pero el problema es que no hay recursos para afrontarlo. Veo una similitud con las imágenes de Detroit, en las que el centro está abandonado. Aquí tenemos espacios abandonados en la misma proporción, aunque igual estén ligeramente más periféricos.
¿Vale más dejarlos abandonados, pero intactos, o construir pisos que probablemente queden vacíos?
Creo que los usos residenciales deben aparecer en cualquier ordenación de un espacio de la ciudad. Hace años se estilaba la segregación de usos, pero ahora eso ha cambiado porque la industria es menos agresiva y contaminante y las actividades comerciales más compatibles con la vida. Se trata de integrar. El que haya vivienda en La Vega lo veo bien, pero de forma moderada, ajustándonos a los requisitos de la ordenación y no adaptando la ordenación a la especulación. Llevar la edificabilidad al máximo y la vivienda de protección al mínimo…eso no lo veo. Que haya una mezcla de usos y que se use para financiar la urbanización, no me parece descabellado. Pero adecuando esos aprovechamientos a las necesidades de la ordenación.
¿Cree que la gente está de acuerdo con el protocolo que se ha firmado?
En La Vega tenemos de alegrarnos de que por fin se mueva algo a nivel institucional, que tengamos avances, pero, bajo mi punto de vista y el de mucha gente en Oviedo, la percepción general es que ese protocolo puede mejorarse hasta que se firme el convenio definitivo. La visión de la sociedad civil, de los profesionales, las asociaciones de vecinos y las empresariales sería la de animar a los poderes públicos a mejorar ese protocolo cuando se firme el convenio definitivo.
¿Qué mejoraría usted de cara al convenio?
La Vega es una. Tiene unas características concretas y ha funcionado durante cien años como un conjunto unitario. Lo que hace el convenio es dividirla en tres. Una parte de 30.000 metros, una cuarta parte del total de la superficie, para viviendas. Hablamos de edificar 1.000 viviendas en 30.000 metros cuadrados. Es una densidad muy elevada. ¿Hay mercado para esto?. La vivienda nueva en Oviedo se vende mal, la vieja bien y a precios baratos. Esta por ver que haya mercado. Es una ordenación peculiar la resultante porque el Plan General solo permite 8 alturas y aquí hay que levantar una torre de 25 plantas.
Dicho así, ¿no parece que lo vea muy claro?
Las necesidades de financiación son las que condicionan la ordenación. Hay que meterlo a calzador. Son viviendas que posiblemente no serán muy luminosas, generaran un problema de saturación de un espacio en el que se pretende reducir el trafico. Es una operación especulativa y que no generará demasiado atractivo. Además de esta zona de viviendas se crea otro espacio que pasa a manos del Principado, que es supramunicipal y con características metropolitanas, para hacer algo que no se sabe qué. Parece que tendrá que ver con la tecnología. Se segrega esta parte con un vial de 31,5 metros, que equivale a ¡ocho carriles! y parte físicamente La Vega en dos. Este tramo de vía tendrá bastante tráfico y giros forzados de 90 grados que llevan a una rotonda que también tendrá giros extraños. Mira, igual por ese trazado incomodo podría cumplir la función involuntaria de reducir la circulación por ahí, pero saturaría el trafico por el entorno nuevas viviendas. Finalmente queda un espacio para el Ayuntamiento, al que le puede plantear muchos problemas. Se tiene que hacer cargo de su urbanización y va a tener que invertir mucho dinero que no se si tiene. De momento hay cinco millones previstos en 2023.
¿Qué hay de los usos?
Se esta hablando de traer cosas que están en otros lugares de Asturias, organismos públicos, la Fimba… Traer cosas de otros sitios o una agencia con 60 funcionarios quizá no sea la forma de dotar de una nueva capa al palimpsesto de Oviedo. Habría que plantearse un ente de gestión del Principado, el Ayuntamiento e incluso del estado, dotado de solvencia para traer empresas punteras. Posiblemente una sociedad de capital riesgo que patrocine la implantación de actividades poco a poco.
¿Y usos culturales?
Es un espacio del que la ciudadanía se enamoró cuando hace unos años la Fundación Princesa de Asturias abrió sus puertas. Un contenedor tan grande que incluso se podría hacer una estructura dentro de la nave de cañones, duplicando el espacio útil y aprovechando mucha superficie. Todo el mundo pone el ejemplo del Matadero de Madrid, un espacio similar muy atractivo. Creo que hay sitio para casi todo. Lo que no veo aconsejable es un fiestódromo donde meter San Mateo, ni creo que sea adecuado para un recinto ferial, porque los edificios tienen las formas que tienen y deben conservarse y el sector ferial es un sector que va a menos. La clave seria llevar actividades que ahora no existen en Asturias. La región necesita atraer capital, aumentar la inversión productiva.
Suena un poco al ejemplo de A Coruña, ¿por qué no se puede hacer algo así aquí?
En A Coruña se vincula ese espacio a la universidad y se preserva unitario. Está en una zona mas periférico, es como si estuviese en La Corredoria o algo así, aunque está en una zona urbanizada y es la principal avenida de entrada a la ciudad. Tampoco está lejanísima. Se excluyen los aprovechamientos lucrativos, al menos residenciales y se establece un canon. Salen cuatro millones por 25 años de cesión. Desde luego el coste es mucho mas pequeño que los 40 mínimo que le va a costar La Vega a Oviedo. Se vincula a algo que tenemos en Oviedo y que habría que aprovechar más como es la universidad.
Hablaba de la autovía de La Vega, ¿cómo está Oviedo a nivel de movilidad, hay algún problema?
Oviedo tiene una característica relativamente rara y es que atrae a mucha gente del resto de Asturias todos los días y también sale mucha gente a trabajar fuera de Oviedo a los polígonos. Oviedo tiene esa característica y se hace sin demasiada congestión. Solo hay atascos en la rotonda de Luis Oliver, los colegios y algunas veces en la Plaza Castilla o Campo de los Patos. En cualquier caso los atascos de Oviedo no son graves ya que no duran más de dos ciclos semafóricos. Esto unido a que es barato entrar en vehículo privado y que el transporte público no es bueno, hace que sea difícil disuadir del uso del coche. El único coste está en el aparcamiento, lo que congestiona la zona del viejo HUCA o los centros comerciales de coches. El parking de Los Prados funciona como aparcamiento disuasorio.
Entonces, sí que aprecia un ligero problema de tráfico en el Naranco, ¿no?
El punto es Luis Oliver, que es lo que daría la entrada a la Ronda Norte y que esta funcionando como tal hacia Ciudad Naranco o los monumentos. La diferencia es que la nueva vía llegaría hasta La Florida. No esta claro cuantos coches están usando el trazado actual de esta manera, en cualquier caso, esos coches no se van a poder desviar al transporte publico, salvo que se invierta mucho en este o haya un importante encarecimiento de la gasolina. Hablamos de los barrios que están creciendo y donde vive gente relativamente joven. Va a costar trabajo que renuncien al vehículo privado. Una vez que tenemos eso, ¿qué podemos hacer? Tenemos desde estudios que marcan 600 vehículos privados al día, hasta el de la propia ronda norte que habla de tráficos salvajes.
¿Usted ve la solución en la Ronda Norte?
Una autopista de seis carriles con enlaces a distintos niveles me parece un sinsentido; va a costar 250 millones que si se usasen en promocionar el tejido productivo y en dotaciones para la ciudad estarían mejor invertidos. Hablamos de 250 millones de euros para unos tráficos que me parecen inverosímiles. ¿Hay atascos ahora en algún sitio en Oviedo? Tenemos que pensar en soluciones más integradas, en vías que puedan conectar La Florida, Ciudad Naranco y que permitan sacar esos tráficos de las vías vecinales. Hay un concepto que se usa poco en España que es la “vía parque”, que quizá se podría valorar. Es una vía estrecha, sin tráfico pesado y que puede emplearse para el transporte público, cosiendo la zona norte de la ciudad sin afectar al Naranco y sus monumentos.
Una vía de seis carriles me parece un sinsentido, va a costar 250 millones que estarían mejor invertidos en servicios sociales o en promocionar el tejido productivo
La Vega, la Ronda Norte, San Mateo…¿está la gente tan descontenta como parece con el gobierno local?
El PP puede estar muy cerca de la mayoría absoluta si no pasa nada raro. Tenemos una ciudad que tiene una autopercepción que no se ajusta a la realidad, está muy ensimismada en el centro de la ciudad. Los barrios en vez de pedir dotaciones, lo que quieren es acceder al centro simbólico. Siempre miramos al centro y sin embargo tenemos problemas de desigualdad, de pobreza moderada, que permanecen invisibles. Y sobre todo ese problema de estancamiento. Las manifestaciones que ha habido contra este gobierno han sido relativamente pequeñas. Me sorprende que en la ultima de la Ronda Norte solo hubiera cincuenta personas.
Entonces, ¿Alfredo Canteli tiene razón cuando dice que son cuatro los que están en contra de las cosas?
Vamos por partes. El problema en Oviedo es que no hay sociedad civil. Cuando vemos estas plataformas que se implican en defender su visión de la ciudad, todas tienden a estar vinculadas a partidos políticos. La gente que está en la plataforma contra la Ronda Norte tiene vinculación con Unidas Podemos. La de La Vega lo mismo, pero sumando a algo de gente de Vox. Los vinculados al PP, al PSOE o a Ciudadanos no se manifiestan porque están casi todos en el ajo del asunto. Eso genera rechazo de la ciudadanía, que está muy desinformada, hacia estas plataformas porque las integran personas de esos partidos menores. Mira, La Vega es un entorno industrial con una escala muy humana, con naves pequeñas, arboles, es acogedor y puede permitir una conexión entre barrios. Hay que hacer pedagogía e intentar explicarlo. No creo que ninguna persona sea de la ideología o del partido que sea a la que se le explique el protocolo que se ha firmado pueda estar de acuerdo. El problema es informar y que la gente se implique en defender su ciudad. En una manifestación por La Vega no debería ser difícil juntar 15.000 o 20.000 personas y eso sí sería significativo.
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