domingo, 17 de marzo de 2024

Un Revolucionario de la Tenderina....

Jesús Ibáñez, las memorias de un revolucionario desencantado KRK publica "Memorias de Tatiana" novela por entregas del escritor y militante político asturiano. Por Arantza Margolles 17 marzo 2024 Recomendados “No se le puede hacer frente al deseo sólo con voluntad” 17 marzo 2024 “El comedor escolar debe ser gratuito y universal” 17 marzo 2024 Agustín y Pedro Celso, dos asturianos en Sachsenhausen 17 marzo 2024 Solidaridad desde la costa asturiana hasta la costa palestina 17 marzo 2024 Arantza Margolles Arantza Margolles Es historiadora. A Faustino Álvarez (Urbiés, 1956) la figura de Jesús Ibáñez se le reveló dentro de un sobre de folios fotocopiados que alguien dejó a su disposición en Mieres, a principios de los años 90 del pasado siglo. Contenían las Memorias de mi cadáver (novela encajada), editadas en México dos años antes de la muerte de su autor. Aquella fue la espita que alentó un largo proceso de más de tres décadas de investigación sobre la figura de quien fuera, en la visión de Paco Ignacio Taibo II, el “máximo ejemplo del revolucionario español”, o, en la de Ernesto Burgos, el “personaje más interesante de la historia de Mieres”. Esos títulos se los ganó Ibáñez a pulso. Impenitente aventurero, escritor y periodista, vino al mundo circunstancialmente en el penal de Santoña, en Cantabria, en 1889; fue hijo de “pordiosero”, según consta en su partida de nacimiento, y el mundo, de tanto andarlo desde su mismo nacimiento, se le quedó pronto pequeño. Este sábado en la librería y centro social Cambalache de Uviéu, Álvarez presentó las Memorias de Tatiana (KRK), una novela que Ibáñez publicó por entregas en el diario Avance a partir de 1933, recién llegado de una Rusia en la que se había codeado con las más altas esferas y hasta con algún premio Nobel con quien llegó a compartir editorial. En esas páginas, recopiladas con denuedo por Álvarez y no sin dificultad (el diario Avance se nos presenta, a día de hoy, incompleto, aunque digitalizado en el Repositorio Institucional de la Universidad de Oviedo, puede que esté el ‘quid’ de que a día de hoy no se recuerde tanto a Ibáñez como se debiera. Fue un personaje libre, que alternó entre las Juventudes Socialistas ovetenses, que presidió en tiempos de la Gran Guerra, pero que acabaría enamorándose del bolchevismo soviético y pasando a militar en la CNT. Llegó a Moscú en 1922, regresó a España y volvió para quedarse, aunque también para desenamorarse, en 1925. La novela, “muy de su tiempo”, como reconocía ayer Álvarez, es protagonizada por Migra y Tatiana, trasuntos el uno del propio Ibáñez y la otra de la historia rusa que, en aquellos momentos, estaba cimentando tiempos nuevos sobre las ruinas del sistema zarista. Fue Memorias de Tatiana, por tanto, una obra esperada, que Avance anunció en sus páginas a bombo y platillo y cuyo principal atractivo era, sin duda, “la fuerte personalidad” de su autor, de sobra conocida “en las luchas del proletariado”. “Figuró en la primera fracción bolchevique que se constituyó en España, y de regreso en 1919 pasó a las filas de la CNT”, recordaba el diario socialista. La novela en las páginas de Avance. Era el verano de 1933. Rusia no había tratado mal a Ibáñez –“En Moscú hay únicamente cuatro españoles”, decía en Crónica, el 2 de noviembre de 1930, Pedro de Répide, “y uno vive bien como escritor, en ruso: Jesús Ibáñez”-, pero al aventurero se le rompió el amor. En la primavera de 1934 volvió al PSOE, y pocos años después la Guerra Civil nos arrebató su presencia para el resto de su vida. Acabó muriendo en el exilio en México, en 1946. Portada del libro. No hay quien cuente una vida inenarrable de puro agitada como su propio autor. El mejor ejemplo: en Memorias de mi cadáver, aquellas páginas que llevaron a la actual publicación de las de Tatiana hoy, Ibáñez cuenta que, antes del periplo ruso, se había dado al amor libre, esperantista y en traje de Adán en una covacha a escasos kilómetros de Berlín, con catastrófico resultado. Faustino Álvarez recupera para nosotras hoy, en sus propias palabras (aunque con abundantes notas al pie para clarificar la historia) un auténtico personaje de la historia de Asturias. Genio y figura.

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