Hacer todo lo posible para estimular el gasto, todos están en ello, con el Sheriff a la cabeza.
Bernanke es el mejor estímulo hasta ahora
La Fed ha puesto la venda con la que Japón no evitó su herida (18/12)
No va más: la Fed rebaja los tipos de interés a un rango objetivo de entre el 0 y el 0,25% (16/12)
Hace dos semanas, la Fed bajó los tipos hasta cero, en un movimiento que el mercado interpretó como que Bernanke quemaba sus naves: ponía toda la carne en el asador para intentar solucionar la crisis, con el riesgo de que, si esto también fracasa, no tendrá más armas en el arsenal. Eso es lo que ocurrió en la Gran Depresión de los años 30 y también en la deflación de Japón en los años 90.
Sin embargo, la Fed no pretende quedarse cruzada de brazos a partir de ahora, como ocurrió en esas dos ocasiones. El comunicado de Bernanke posterior a la reunión de la Fed deja claro que pretende seguir tomando medidas para estimular el gasto. ¿De qué medidas está hablando una vez que ya no puede bajar más los tipos?
Para empezar, va a seguir haciendo lo mismo que en los últimos cuatro meses, en los que ha puesto 600.000 millones de dólares de nuevas reservas a disposición del sector privado. Ha prestado todo ese dinero contra una amplia variedad de activos usados como garantía por parte de las entidades financieras. Se trata del ejercicio más agresivo de la función de prestamista de último recurso en la historia de la Fed. Y Bernanke piensa ampliar todavía más este descuento si la situación lo requiere.
Robert E. Lucas, profesor de la Universidad de Chicago y Premio Nobel de Economía en 1995, explica por qué esta acción trata de estimular el gasto. Los mercados financieros se encuentran en pleno "viaje a la calidad", en el que todo el mundo quiere activos emitidos o garantizados por el Gobierno, por razones de liquidez y seguridad. Por ello, los inversores han vendido masivamente otros valores (por ejemplo, en bolsa).
Pero, sin un aumento de la oferta de activos "de calidad", este movimiento sólo consigue hundir el precio de esos otros valores. La única alternativa que tiene la gente es aumentar sus posiciones de liquidez reduciendo el gasto. Y esta reducción es un factor crucial para empeorar la recesión. Al aumentar las reservas de la Fed -el activo más líquido y seguro- se eleva la oferta de activos de calidad y se reduce la necesidad percibida de reducir el gasto.
En tiempos normales, cuando la Fed quiere estimular el gasto usa sus reservas para comprar letras del Tesoro y reducir así su tipo de interés. Pero con los tipos a cero, las letras del Tesoro equivalen a la liquidez, y esas operaciones no tienen ningún efecto en la oferta de activos de calidad. Parece un callejón sin salida, pero Lucas señala que la Fed puede satisfacer esa demanda de calidad usando sus reservas -"imprimiendo dinero"- para comprar otros valores que no sean letras del Tesoro: ésa es la forma en que los 600.000 millones han llegado al sector privado.
Hay miles de diferentes tipos de interés en el mercado y las diferencias de rentabilidad entre ellos se han disparado en los últimos meses. El rendimiento de los activos del Tesoro a corto plazo es prácticamente cero, pero los diferenciales entre esos activos y la renta fija privada son enormes en todos los vencimientos, porque los inversores prefieren cambiar ese papel privado por activos del Gobierno con intereses muy bajos o cero.
La acción más efectiva hasta ahora
A su juicio, esos 600.000 millones pueden llamarse un "rescate" porque la Fed está prestando en unas condiciones que los bancos privados no quieren ofrecer unos a otros. No se trata de comprar activos a precio de ganga porque no es su objetivo; su misión es proveer liquidez al sistema actuando como prestamista de último recurso; por eso "lo importante no es la calidad de los activos que está comprando, sino la cantidad de sus pasivos".
"Hay muchas formas de estimular el gasto y muchas de ellas se están considerando seriamente. Pero la política monetaria tal como la está llevando a cabo Bernanke ha sido la acción anti-recesiva más eficaz hasta la fecha, en mi opinión, y seguirá teniendo muchas ventajas en los próximos meses. Es rápida y flexible, y no hay otra manera de poner tanta liquidez en el sistema, que se puede retirar igual de rápido si hace falta", concluye este economista. Y recuerda que estamos hablando de préstamos, no de subvenciones, ni de empresas públicas, ni de entrada en el capital de empresas privadas (al contrario que los planes de rescate del Gobierno), ni de fijación de precios, ni de ningún tipo de control de la operativa de los individuos.
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