En una demostración más de fuerza, Israel aplasta la franja de Gaza ante el inmovilismo del otro Occidente.
Obama lo tiene crudo.
Israel ataca Gaza y causa más de 200 muertos
Sábado 27 de diciembre de 2008 17:57 CET Imprimir [-] Texto [+]
GAZA (Reuters) - Aviones militares y helicópteros de combate israelíes bombardearon el sábado la Franja de Gaza, controlada por Hamás, matando al menos a 205 personas en uno de los días más sangrientos del conflicto de los palestinos con Israel.
Extremistas palestinos en la Franja de Gaza, que han lanzado docenas de ataques con cohetes contra Israel desde que expiró una tregua hace una semana, dispararon más cargas que mataron a un israelí e hirieron a varios más.
Ambas partes se declararon preparadas para librar asaltos a mayor escala.
Un humo negro se elevaba sobre Ciudad de Gaza, donde los muertos y los heridos yacían esparcidos por el suelo después de que los ataques aéreos israelíes destruyeran más de 30 instalaciones de seguridad, incluyendo dos donde Hamás estaba celebrando ceremonias de graduación de nuevos reclutas.
En el principal cuartel general de la policía, algunos de los miembros de los equipos de emergencia se golpeaban la cabeza y gritaban: "Allahu akbar (Dios es el más grande)". Un hombre gravemente herido postrado cerca de ahí recitaba silenciosamente versos del Corán. Hamás calificó el asalto de "masacre".
Israel dijo que los ataques iban dirigidos contra "infraestructuras terroristas" tras días de lanzamientos de cohetes desde Gaza contra el sur de Israel que causaron algunos daños pero pocos heridos.
"Hay un momento para la calma y un momento para la lucha, y ahora ha llegado el tiempo de luchar", dijo el ministro de Defensa, Ehud Barak.
Los ataques con cohetes habían incrementado la presión sobre los líderes políticos israelíes para golpear a Hamás antes de las elecciones del 10 de febrero.
Barak dijo que la campaña militar llevaría tiempo y se ampliaría "lo que fuera necesario". Líderes de Hamás podrían ser objetivo de ataques, dijo una portavoz del Ejército. Hamás informó de un nuevo ataque aéreo israelí tras anochecer en el sur de Gaza.
El alcalde de Ashkelon, la ciudad costera mediterránea al alcance de los cohetes Grad de Hamás, dijo que planificadores militares israelíes le habían dicho que la operación duraría "más de una semana".
La ministra de Exteriores, Tzipi Livni, una destacada candidata para convertirse en la próxima primera ministra de Israel, apeló al apoyo internacional contra "una organización extremista islámica (...) que está siendo respaldada por Irán", archienemigo de Israel.
El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, pidió "el inmediato cese de toda violencia".
La administración del presidente estadounidense, George Bush, en sus últimas semanas en el cargo, pareció apuntar a Hamás para evitar una escalada mayor.
REACCIÓN
"Los continuados ataques con cohetes de Hamás contra Israel deben cesar para que se detenga la violencia", dijo el portavoz de la Casa Blanca, Gordon Johndroe, en un comunicado que instó a Israel a evitar víctimas civiles pero no llegó a pedir el fin de los ataques aéreos israelíes.
El jefe de la política exterior de la Unión Europea, Javier Solana, por el contrario, instó a un inmediato alto el fuego y urgió "a todo el mundo a ejercer la máxima contención", dijo su portavoz.
Hamás amenazó con desatar un "infierno" para vengar a los muertos, incluyendo posibles atentados suicidas dentro de Israel.
Mientras caía la noche, responsables del servicio de salud palestino situaron el balance de muertos en 205.
Hamás estimó que al menos 100 miembros de sus fuerzas de seguridad habían muerto, incluyendo el jefe de la policía, Tawfiq Jabber, y el responsable de la unidad de seguridad y protección de Hamás, así como al menos 15 mujeres y algunos niños.
Los depósitos de cadáveres de un lado a otro de la Franja de Gaza se quedaron sin espacio para más cuerpos.
El grupo islamista, que ganó en 2006 las elecciones parlamentarias pero fue ignorado por las potencias occidentales por su negativa a renunciar a la violencia y reconocer Israel, dijo que todos sus complejos de seguridad de la Franja de Gaza habían quedado destruidos.
Grupos de asistencia dijeron que temían que la operación israelí pudiera empeorar una crisis humanitaria en el empobrecido enclave costero, donde viven 1,5 millones de palestinos, la mitad de los cuales dependen de ayuda alimentaria.
El presidente palestino, Mahmud Abas, dijo que la campaña aérea israelí era "criminal" e instó a la comunidad internacional a intervenir.
Hubo protestas palestinas en Jerusalén Oriental, y en las ciudades cisjordanas de Ramala y Hebrón, que desembocaron en choques con el Ejército israelí.
Egipto dijo que seguiría intentando restablecer la tregua entre Israel y Gaza, mientras que ministros árabes de Exteriores preparaban una reunión de emergencia en El Cairo para el domingo o lunes para adoptar una posición común sobre los ataques.
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