viernes, 20 de marzo de 2009

Astra mosqueada.

No empezó la TDT-seriamente-a funcionar y ya estamos en líos más que serios, Abertis abusa de su casi monopolio.

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18/03/2009 19:36


La luxemburguesa Astra ha presentado quejas formales a la Justicia por un supuesto trato preferencial del Gobierno español a Abertis.


la disfunción digital que se vive en España por las quejas de Astra ante lo que considera un trato preferencial del Gobierno hacia Abertis para la extensión de la televisión digital, llegó hace apenas unos días a Europa. Abandonando su esquiva posición inicial, Abertis remitió a finales de la pasada semana una carta a la Comisión Europea. En la misiva defendió su modelo de TDT frente a la alternativa satelital que ofrecía Astra para satisfacer el proyecto de extesión digital del Gobierno. Dicho plan pasa por llevar la TDT a ese 4% de españoles que por vivir en áreas dispersas no disfrutan actualmente de acceso a la señal.


La compañía luxemburguesa denunció recientemente que algunas comunidades autónomas, presionadas por el Gobierno, habían puesto como requisito indispensable para los concursos de ampliación que los proyectos de digitalización debían ser necesariamente terrestres, imposibilitando a Astra presentar su alternativa por satélite. Según Luis Sahún, director general de la compañía en España, ello fomentó que en la gran mayoría de ocasiones Abertis “fuera la única que optaba a los contratos por ser el único ente privado que dispone de una red TDT en el país.”


Algunos gobiernos autonómicos han justificado sus decisiones de marginar a la alternativa satelital señalando que discriminarían a algunos de sus ciudadanos si les privaran de la tecnología terrestre de la que otros disfrutan. El argumento esgrimido por las regiones se basa en el número de canales que ambas opciones pueden ofrecer. Mientras la red terrestre permite discriminar señales, y por tanto puede llevar a los hogares dispersos de España los canales locales y provinciales asignados a su área, la cobertura del satélite no puede fragmentarse por sectores de la geografía nacional, sino que sería la misma para todo el territorio. Ello obligaría a Astra a ofertar sólo un mínimo de canales a esos hogares —los de ámbito nacional— o a subir al satélite la totalidad de canales de concesión local, regional y autonómica para poder ofrecerlos, una solución más complicada.


Control de costes

Luis Sahún asegura pese a todo que su compañía podría ofrecer un paquete básico de televisión digital “a un precio hasta 100 veces menor” que el que ofrece Abertis. “Con una inversión inicial de tres millones de euros y unos costes anuales de entre 3 y 4 millones, podríamos completar la cobertura digital de España”, asegura, frente a los alrededor de 327 millones que Astra asegura que le costará al Gobierno el despliegue de Abertis. Por su parte, Miguel Pingarrón, director de Desarrollo de Negocio de la compañía de satélites, enfatiza en que según ese cálculo de Astra “el despliegue del 4% que ahora se plantea costaría lo mismo prácticamente que lo que ha costado la instalación del 96%” con el que se cuenta actualmente. “La elección de la opción terrestre para llevar la televisión terrestre a hogares dispersos es un error. El servicio de cobertura vigente del 96% precisa de 1.050 centros de red, mientras que para cubrir ese 4% restante se van a necesitar 4.500”, añade.


Mientras, Abertis defendió su modelo de TDT en su carta a Europa exponiendo que la legislación española “concede un protagonismo especial a la solución terrestre por su alcance trascendencia y universalidad” y que la instalación en el Viejo Continente se ha hecho apoyada en unos criterios estandarizados. Sin embargo, en Astra se han apresurado a reaccionar a esas afirmaciones poniéndolas en duda. “Esos criterios estándares de Europa hablan de digitalización de la televisión para liberar espectro, pero no fuerzan a ningún Gobierno a utilizar exclusivamente tecnología terrestre para llevarla a cabo. De hecho, en Francia se lleva la señal por satélite a un 5% de la población y en Alemania a alrededor del 30%”, asegura Miguel Pingarrón.


El caso cántabro

Con estos datos en la mano, Astra acusa al Gobierno de marginar al satélite para que Abertis pudiese recibir todos los contratos. Sin embargo, fuentes de la compañía española recuerdan que Abertis “podría haber pujado sin ningún problema por contratos de satélite a través de Hispasat y ganarlos”, pero que la mayoría de comunidades autónomas prefieren la TDT, primero porque “la red puede servir para otros usos como la telefonía”, y segundo “porque algunas son propietarias de parte de esa red”.


Pese a lo expuesto, el considerado por Astra como “el único concurso autonómico que respetó la neutralidad tecnológica”, el de Cantabria, eligió la solución satelital luxemburguesa como la más viable, aunque acabó por cancelar el contrato apenas unos días antes de su puesta en marcha dadas las subvenciones anunciadas en diciembre por el Consejo de Ministros a los proyectos terrestres.


Tengan o no fundamento las quejas de Astra, en la compañía no son muy optimistas respecto a la repercusión de sus denuncias. El próximo mes de julio, 1.278 municipios de toda España sufrirán ya el apagón analógico y, dado el ritmo al que suelen tramitarse este tipo de demandas, cuando Europa tome una decisión ya será previsiblemente demasiado tarde para que los luxemburgueses tengan una segunda oportunidad en los concursos en caso de contar con un fallo favorable.


La guerra de cifras entre la opción del satélite y la terrestre copa la atención en las quejas de Astra

En su carta a la Unión Europea, Abertis se defendía con cifras de las acusaciones de Astra acerca de la exagerada cuantía de las subvenciones del Gobierno a la extensión de la cobertura de la TDT. “El despliegue de la red —desde el 0% al 98% de cobertura— está requiriendo por parte de Abertis Telecom de inversiones superiores a los 400 millones de euros. En ningún caso puede afirmarse, como así se ha dado a entender, que la Administración o los recursos de los contribuyentes estén financiando este despliegue”, señalaba la misiva. Sin embargo, en Astra ponen en duda la loabilidad del esfuerzo de Abertis. “La red les lleva dando beneficios desde que la instalaron para Quiero TV, y ahora los operadores están pagando a la compañía alrededor de 100 millones de euros al año, así que la inversión está más que amortizada ya. Nosotros también gastaríamos ese dinero a cambio de una rentabilidad como de la que disfruta Abertis, señala Luis Sahún, director de Astra Ibérica.


En Abertis, sin embargo, consideran que, de querer haber sacado tajada de la digitalización de España, Astra podría haber tenido oportunidades. “Al ser un gran operador, la CMT nos obliga a alquilar nuestra red a otras empresas que lo soliciten. Astra podría haberlo hecho y presentar su propio proyecto TDT”, afirman fuentes de la compañía española.


No obstamte, la guerra de cifras en la que ha entrado la cruzada de Astra no queda ahí. En su misiva europea, Abertis señaló a las cifras de negocio de Astra en España —nueve empleados y algo más de dos millones de facturación— para cuestionar la viabilidad de su proyecto. En Astra, no parecen haberse tomado muy bien esos comentarios. “Parece un caso de xenofobia empresarial. ¿Como somos más pequeños no podemos optar a contratos? Astra lleva más de una década en España, lanzamos cuatro satélites al año (de los cuales algunos se fabrican parcialmente en Getafe) y nuestra matriz es de reconocida solvencia. Para gestionar satélites no se necesita tanta gente como para montar una red terrestre”, asegura Sahún.

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