Mediáticos.
Los nuevos 'dueños' de Prisa
Publicado el 01-10-2009 , por Javier Montalvo
Cuando pocos días antes de las Navidades de 2007, el consejo de administración del grupo Prisa aprobó, a propuesta de su consejero delegado, Juan Luis Cebrián, el lanzamiento de una oferta pública de adquisición (opa) sobre el 100% de su filial Sogecable, que ya controlaba, pocos podían pensar que aquella operación, aparentemente inocua, iba a convertirse en el detonante de la descomposición del mayor grupo de comunicación español.
Un año y medio después del lanzamiento de la opa, que buscaba consolidar todos los negocios de la compañía en una sola empresa, los gestores de Prisa se han visto obligados no sólo a desmembrarlos a niveles superiores a los de antes de la oferta, sino a dar entrada a socios ajenos en el capital y la gestión de su negocio de producción audiovisual (Media Capital), radio (Unión Radio) y educación y editorial (Santillana), así como a buscarlos para su plataforma de televisión de pago, Digital +.
Estas son, precisamente, las únicas filiales del grupo que han crecido durante 2009, y cuya generación de caja sostiene el funcionamiento de una máquina cuyos engranajes están saltando por los aires.
Los 1.950 millones de euros que Prisa pidió a un sindicato de bancos, en marzo de 2008, para financiar la opa sobre Sogecable, y cuyo plazo de devolución ha logrado prorrogar el grupo, in extremis, en hasta tres ocasiones, después de convertirlo en crédito puente, aparece ahora como una losa que alterará la estructura del grupo y la gestión de sus negocios.
Pignoraciones
Para lograr la aceptación de los aplazamientos de devolución de este crédito, fijado ahora en marzo de 2010, Prisa se ha tenido que comprometer a alcanzar ciertos niveles de fondos propios, ratios de deuda sobre ebitda y nivel de liquidez que, de incumplirse, llevarían aparejada la ejecución de la deuda y de las sociedades con que se garantiza.
El crédito está garantizado, desde 2008, con los activos de Santillana, El País, Unión Radio y GMI, que sirvieron para avalar el préstamo sindicado. A estas garantías se añadieron, en 2009, las acciones de Sogecable y de Media Capital, constituidas todas en prenda por Prisa.
Cuando lanzó la opa sobre Sogecable, Prisa valía 3.250 millones de euros en bolsa, con una deuda de 3.270 millones y unos ingresos de 3.690 millones de euros. Hoy, la compañía tiene una capitalización bursátil 845 millones de euros, prevé cerrar el ejercicio con una facturación de apenas 3.000 millones y la deuda se ha disparado hasta los 5.044 millones de euros. Este nivel de endeudamiento representa 6,5 veces el ebitda con que Prisa cerró 2008, lejos de las 3,5 veces que la banca exige al grupo para mantener su financiación.
Con la urgencia de lograr liquidez para repagar cerca del 40% de la deuda antes de marzo, pero sin desconsolidar negocios que rebajen el ebitda por debajo de los niveles exigidos por la banca, los responsables de Prisa se han visto obligados a aceptar gestionar con socios externos las filiales más rentables. Con la venta del 25% del grupo Santillana al fondo latinoamericano DLJ y de hasta el 35% de Media Capital, su filial audiovisual portuguesa, al grupo Ongoing, la compañía ingresará 400 millones.
Socios
Para cerrar los acuerdos, sin embargo, Prisa ha tenido que negociar a la baja, al valorar Santillana en 980 millones, frente a los 1.400 millones de valoración del consenso de analistas, y en 450 millones Media Capital, casi la mitad de lo que pagó por el grupo en 2008.
En esta última empresa, dará entrada a un socio ajeno a su círculo habitual. Ongoing, el grupo empresarial de la familia portuguesa Rocha Dos Santos, es propietario del rotativo luso Diario Económico y posee el 23% del canal televisivo SIC, competidor de TVI, la cadena propiedad de Media Capital. Ongoing, que nació en la década de los setenta como un fabricante de jabón, es también accionista de Portugal Telecom.
Más doloroso resultará para Prisa compartir la gestión de Santillana, la empresa sobre la que Jesús de Polanco construyó el actual grupo. La única filial que ha crecido este año logró, además, un ebitda de 65 millones, cifra que la convierte en la más rentable de Prisa, junto al negocio radiofónico, con un ratio sobre ventas del 23%.
En Santillana, el grupo compartirá gestión con el fondo DLJ. Creado en Estados Unidos por William H. Donaldson, Richard Jenrette y Dan Lufkin en 1959, pero controlado desde el año 2000 por Credit Suisse, tiene experiencia en medios de comunicación tras pujar por varios negocios, entre ellos la argentina Editorial Atlántida. En este país, el fondo DLJ es propietario de Bodegas Peñaflor y de la sociedad que controla las operaciones de McDonald’s.
Para completar el plan de desinversiones, Prisa necesita además vender una participación en Digital +, suficiente para reducir deuda pero evitando su desconsolidación en el grupo. Las negociaciones con Telefónica y Vivendi para el traspaso del un 40% de la plataforma están en punto muerto, con unas diferencias de valoración de 500 millones.
Tensiones internas
Paralelamente, los responsables del grupo siguen buscando socios para fortalecer el capital de Prisa. Por ahora, han vendido el 1,1% de autocartera a Talos Capital, una semidesconocida sociedad de inversión estadounidense, con compromiso de llegar al 4,5%, pero necesitan más recursos en el capital. La familia Polanco, que junto a la de Pancho Pérez, histórico socio del fundador, controla el 70% de la empresa a través de Rucandio, está dispuesta a bajar al 51%. El problema es que no llegan las ofertas.
Mientras, el cambio generacional en la gestión del grupo, con la ascensión de Manuel Polanco, sucesor natural de su hermano Ignacio, y la previsible retirada del consejero delegado, Juan Luis Cebrián, continúa creando tensiones internas. La abrupta salida de Jaime Polanco, sobrino del fundador del grupo, meses después de la de Javier Díez Polanco, son sólo daños colaterales.
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