jueves, 19 de noviembre de 2009

Manualillos para una crísis ( 1 )

Técnicamente es así, prácticamente????


La economía española entra en deflación por primera vez desde que existen serias históricasDeflación, PIB. recesión, consumo privado, INE, competitividad

@Carlos Sánchez - 19/11/2009


La deflación, es decir, la caída generalizada de los precios, ya está aquí. Lo comunicó ayer oficialmente el Instituto Nacional de Estadística (INE), que reveló que el deflactor implícito del Producto Interior Bruto (PIB) -el indicador más representativo para conocer el nivel de precio de un país- cayó un 0,4% en el tercer trimestre respecto del trimestre anterior. En palabras del propio INE, se trata del primer registro negativo desde que en 1980 comenzó a publicarse la Contabilidad Nacional Trimestral.

El deflactor del PIB es especialmente importante porque no solo mide la evolución de los precios que pagan los consumidores, como hace el Índice de Precios de Consumo (IPC), sino que tiene en cuenta todos los precios de los bienes y mercancías que venden las empresas españolas a los agentes económicos. Se incluye, por ello, la depreciación de determinados activos, como los inmobiliarios.
Se trata, por lo tanto, una medida mucho más amplia que los precios que pagan los consumidores, lo que convierte a este indicador en especialmente relevante. Y lo que dice el INE es que incorporando esa inflación negativa al crecimiento real del PIB, la actividad económica cayó en realidad un -4,4% en términos anuales en el tercer trimestre, por encima del -4,2% del segundo trimestre o del -3,2% del primero. Es decir, que si en términos reales la economía ha mejorado algo (ha pasado del -4,2% al -4%), en términos nominales se ha producido un significativo retroceso (del -4% al -4,4%).
Para hacerse una idea del proceso deflacionista que vive la economía española -cuyos rasgos cada vez se parecen más a lo que ocurrió en Japón durante los años 90- hay que tener en cuenta que en el primer trimestre de 2008 el deflactor del PIB aumentaba a un ritmo del 3%, y que un año después ese crecimiento se reducía al 1,4%. Como se ha dicho, dos trimestres después se observa una caída del 0,4%.
En palabras del responsable del servicio de estudios de una entidad financiera, “España corre el peligro de entrar caer en una situación a la japonesa”. Es decir, de caer en un descenso generalizado del precio de los activos, lo que añadiría gasolina al fuego de la recesión. En su opinión, el dato del deflactor del PIB “es una señal de alerta” sobre la intensidad de la caída de la demanda nacional (consumo público, privado e inversiones), que se ha contraído nada menos que un 8,3% en términos nominales. Es decir, que teniendo en cuenta que la caída en términos reales (sin inflación) fue del 6,5%, eso quiere decir el deflactor del principal componente del PIB (la demanda nacional) cayó nada menos que 1,7 puntos porcentuales en el tercer trimestre. Se trata, con diferencia, del peor registro de las series históricas.
Competitividad

La parte positiva de una caída tan abultada de los precios es la ganancia de competitividad en los mercados exteriores, pero como pone de manifiesto otro experto coyunturalista, los datos del tercer trimestre registran un preocupante repunte de las importaciones que ha drenado parte del crecimiento económico.
En concreto, la contribución de la demanda exterior neta de la economía española al PIB trimestral se redujo en siete décimas, pasando de 3,2 a 2,5 puntos. Como sostiene el INE, tanto las exportaciones como las importaciones de bienes y servicios moderaron, por segundo trimestre consecutivo, su crecimiento negativo, pero de una forma más acusada en el caso de las compras al exterior.
Los datos del deflactor del consumo privado a la luz del PIB son más negativos que los que ofrecen el IPC, que no deja de ser una cesta estándar de bienes de consumo. Mientras que el índice de Precios de Consumo recoge una caída media del 1% en los meses de varano, el deflactor del consumo de los hogares en términos de Contabilidad Nacional se sitúa un tercio por encima.

¿Y quién tiene la culpa de esa evolución negativa del deflactor del PIB? Pues según el INE, tanto la remuneración de los asalariados como los beneficios empresariales aportaron tres décimas positivas cada uno, pero los impuestos sobre la producción y las importaciones detrayeron un punto porcentual. A destacar, sin embargo, cómo se están hundiendo tanto los salarios como los excedentes empresariales respecto de los trimestres anteriores en términos nominales. Al comenzar el año crecían un 0,6% y un 2,3%, respectivamente, lo que pone manifiesto la intensidad del ajuste de las rentas de los agentes económicos.

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