domingo, 3 de octubre de 2010

Manualillos para una crísis ( 1 )

Vergüenza torera ?

Un rescate bancario que no fue tan oneroso

El costo para el gobierno de EE.UU. podría ser de sólo US$66.000 millones, mucho menos de lo que

Por Deborah Solomon

WASHINGTON—El rescate financiero estadounidense de US$700.000 millones acaba oficialmente el lunes tras haber cumplido su objetivo de apuntalar al sistema bancario. Aunque el costo ha sido mucho menor de lo que se pensó en un momento, algunos bancos van a tener problemas para vivir sin la generosidad del gobierno.

Las instituciones financieras de Estados Unidos lucharon durante meses para salir del Programa de Alivio de Activos en Problemas (TARP). Ahora que el TARP se acerca a su cierre oficial, el gobierno estadounidense afronta el problema opuesto.

Más de 600 bancos todavía se aferran a alrededor de US$65.000 millones en fondos del rescate que fueron provistos por el gobierno. La situación ha provocado frustración entre los funcionarios que creen que las entidades más grandes pueden devolver los préstamos, pero han optado por no hacerlo porque eso las obligaría a recaudar capital adicional y debilitar a los accionistas actuales, de acuerdo con fuentes del gobierno.

Timothy Geithner, el secretario del Tesoro, ha estado tratando durante meses de poner punto final al TARP y el gobierno intenta recuperar el dinero invertido. Muchos de sus programas que apuntaban a fortalecer al sector financiero ya han terminando o se han reducido.

El gobierno ya está prácticamente fuera de las compañías más grandes que ayudó a salvar, incluyendo a Citigroup Inc. y Bank of America Corp. La aseguradora American International Group Inc. (AIG), cuyo rescate fue uno de los hitos de la crisis financiera, anunció el jueves un acuerdo para devolver los fondos inyectados por el gobierno. La automotriz General Motors Corp., a su vez, ya empezó a reintegrar el dinero de los contribuyentes.

De los US$386.400 millones que invirtió el Departamento del Tesoro, se han devuelto cerca de US$199.000 millones. Aunque se le conoce como un programa de US$700.000 millones, la Oficina de Presupuesto del Congreso estima que el costo sólo ascenderá a los US$66.000 millones mientras que el cálculo del Tesoro es de US$105.000 millones. La cifra, en todo caso, podría bajar al incorporar el pago de AIG.

Sin embargo, muchos de los bancos en los que aún hay participación del gobierno están todavía muy débiles para devolver el dinero, en particular los más pequeños que tienen poco acceso al mercado de capitales.

Los bancos regionales, en particular, se siguen aferrando al dinero. En parte, esto se debe a un desacuerdo entre los bancos y los reguladores respecto a cuánto capital adicional se necesita para escapar al control del gobierno, indican fuentes cercanas.

Algunos bancos se quejan en privado de que los reguladores están asumiendo necesidades de capital mucho más altas de lo que se justifica.

Algunos funcionarios, mientras tanto, creen que las compañías se aferran al dinero estatal porque es relativamente barato. Los bancos le pagan al Tesoro un dividendo de 5% pero la inversión, en forma de acciones preferentes, no diluye a los accionistas comunes.

Sun Trust Banks Inc., Regions Financial Corp. y Fifth Third Bancorp han señalado públicamente que quieren pagarle al gobierno, aunque ninguno ha fijado un cronograma firme. Los ejecutivos de Fifth Third han dicho que tienen intención de devolver los fondos en el segundo semestre mientras que los de SunTrust solamente dicen que la institución pagará cuando sea "apropiado".

Ejecutivos de Regions dijeron recientemente que el banco devolverá el dinero y que podría vender activos o dar otros pasos para obtener capital por una vía que no sea la venta de acciones comunes.

Los analistas dicen que estas firmas, y muchas otras, pueden acudir a los mercados de capitales para pagar al gobierno pero advierten que hacerlo podría ser extremadamente caro. "Cada una de esas compañías tiene un deseo muy fuerte de devolver el TARP tan pronto como sea posible", afirmó Todd Hagerman, analista de Collins Stewart LLC. "También son muy sensibles a la posibilidad de que se diluyan los accionistas y, dado cómo las acciones han retrocedido en forma realmente significativa en los últimos meses…. sería sorprendente que alguno de ellos acudiera al mercado de capitales para devolver dinero ahora".

El dilema que enfrentan los bancos se hizo evidente en abril, cuando James Wells, presidente ejecutivo de SunTrust, interrumpió a un analista que le preguntaba con insistencia durante una charla sobre los resultados de la institución sobre los planes de pago de la compañía. "Estamos intentando balancear nuestra inherente renuencia a diluir a nuestros accionistas con la necesidad y, obviamente, con nuestra capacidad de tener liquidez para pagar el TARP. Eso es todo lo que voy a decir al respecto", señaló.

Kevin Fitzsimmons, analista de Sandler O'Neill & Partners, calcula que los bancos regionales probablemente tienen que levantar 50 centavos por cada dólar del TARP que recibieron, un gran escollo para instituciones que aún registran pérdidas o que recién comienzan a volver a la rentabilidad.

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