Datos importantes sobre nuestra economía
14.01.2011 Juan Velarde 0
Es preciso tener muy presentes, una y otra vez, a las revistas de investigación económica. Pero aun más en las actuales circunstancias de nuestra coyuntura, porque suelen contener artículos que aclaran multitud de cuestiones que a todos incluso nos abruman.
Por eso se efectúa de esta revista únicamente alguna glosa crítica de artículos directamente vinculados con la actualidad de nuestra economía. No significa desprecio por los otros.
La tesis central del artículo de las profesoras de la Universidad de Valladolid, Josefa Vega Crespo y Mª Elisa Álvarez López, Estrategias de competitividad exterior de la economía española –una de las cuestiones centrales de nuestra crisis, si la hay es que, a pesar de que los índices de competitividad españoles empeoran, “la cuota en las exportaciones mundiales, tanto de bienes como de servicios, o la composición de las ventas exteriores de estos últimos, ofrece una imagen más positiva de la competitividad del modelo productivo español” (pág. 32).
El gráfico 1.a de la página 33 ofrece, efectivamente, un aumento de esa cuota para el periodo 2000-2003, pero desde ahí es evidente una tendencia descendente. Esto quita prácticamente toda significación a la media de la tasa de crecimiento anual, y esto suponiendo que se calcula –no se dice en el gráfico 1.b , para el periodo 2000-2009. Problema de representatividad de la media que vuelve a surgir en el gráfico 2.a (pág. 36). Con base tan insegura no se puede sostener que se “viene a rebatir la tan repetida idea de la pérdida de competitividad sufrida por la economía española en los últimos años”. Esta rubeniana Salutación del optimista económica no tiene en cuenta que, si hay recuperación, precisamente por la falta de competitividad, aumentarán más aun las importaciones, con lo que no se resuelve el problema. Lo que sí debe tenerse en cuenta es el conjunto de datos sobre qué sesgo tiene nuestra exportación sectorial (págs. 41-44), y que “la economía española no ha sabido aprovechar plenamente el vigor de la demanda de productos de gama tecnológica media-baja y media-alta”, parece que a causa de la caída de los minerales metálicos, el caucho y los plásticos (pág. 42).
No caben, en cambio, críticas al artículo de las profesoras Leticia Blázquez, Carmen Díaz-Mora y Rosario Gandoy, de la Universidad de Castilla La Mancha, El comercio de partes y componentes: una aproximación a la posición española en las redes de producción internacionales (págs. 47-70). De estas profesoras, en relación con los automóviles, se disponía de un valioso estudio en Economía Industrial, 2010, así como un antecedente, que se descubre en este artículo, disponible en www.iaes.es/publicaciones/DT-10-09-esp.pdf. Una excelente aportación.
Un refrendo más del conocido planteamiento de Alfredo Marshall en el capítulo 10 del libro IV de sus inmortales Principios de Economía es el artículo de la profesora de la Universidad de Granada, Juliette Milgram-Baleix, ¿Aprenden las empresas españolas de las empresas localizadas a su alrededor? (págs. 71-91). Por cierto, ¿no sería mejor eliminar la contraposición que parece plantearse (pág. 75), entre Marshall y Jacobs? En mi recuerdo del libro de éste sobre las ciudades, no hay tal. Volviendo al contenido de esta aportación ¡cuántas enseñanzas contiene! Y ¡qué críticas subyacentes al nacionalismo ante las IED! Por cierto, ¿por qué no traducimos de una vez clúster por ‘racimo’ y ‘clústering’ por ‘arracimamiento’?
Y la que es espléndida es la aportación de los profesores de la Complutense, Rafael Myro y Carlos Manuel Fernández-Otheo, Rentabilidad de la inversión extranjera directa de España en el exterior (págs. 93-107). Creo que lo que se señala sobre una cierta marcha de nuestras IED de Iberoamérica hacia otros lugares, es muy importante. Recuerdo que hace años lo anuncié, ante empresarios, en una conferencia en la Escuela Diplomática. Me miraron todos con asombro. ¿La CEOE se preocupó de esto? Pues debería haberlo hecho. Finalmente, precisamente en estos momentos es preciso consultar lo que Ignacio Zubiría Oria e Ignacio Eyries plantean, independientemente, en relación con el problema, palpitante, de las pensiones, en las páginas 153-160 y 161-165.
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