Trucos para quemar grasa sin acabar exhausto

Es la obsesión de todos cuando vamos al gimnasio:quitarnos la barriga cervecera, el culo de pera o las tetitas colgonas. Suena duro pero así es, odiamos la grasa. Por eso te proponemos que conozcas mejor a tu enemiga y aprendas a combatirla, pero esta vez no vas a caer derrotado. ¡Resiste y vencerás!

Nuestro cuerpo tiene dos combustibles fundamentales: el glucógeno y la grasa. El glucógeno es el rey, ya que nos permite hacer ejercicios de alta intensidad o explosividad, como un puerto de montaña en bicicleta, los 100 metros a 'sprint' o una sesión de pesas. Su origen está en los hidratos de carbono, por eso los deportistas de alto rendimiento comen pasta, arroz o barritas sin parar.

Pero que pasa si esa energía no se utiliza: se convierte en grasa, en un combustible de menor calidad que se almacena de forma arbitraria en nuestro cuerpo para atormentarnos. Al ser una fuente de energía tan mediocre, sólo se usa en intensidades medias, cuando nuestro corazón no está al máximo esfuerzo y podemos mantenernos durante un tiempo. Ahí está la clave: en la resistencia. Para quemar más grasa debes hacer ejercicio cardiovascularcontinuo pero de intensidad moderada.

No hay un tiempo mínimo, aunque siempre se ha dicho que a partir de los 20 minutos tu cuerpo empieza a tirar de esa gasolina llamada grasas. Lo cierto es que mientras realizas el ejercicio de intensidad moderada se va quemando grasas, a la vez que glucógeno, y esa combinación está la clave. Se aconseja estar entre 40 y 60 minutos en una intensidad media para no agotar todo el glucógeno y que el músculo pueda sufrir.

Porque no todo es ejercicio cardiovascular, los que están más 'fuertes' pierden más grasa con el mismo esfuerzo. Al aumentar la cantidad de músculo, aumenta el metabolismo basal, ese metabolismo que quema grasas en situaciones normales, ya que hay un físico que mantener. Por eso es importante seguir en las máquinas del gimnasio mejorando nuestros músculos, haciendo un poco de pierna, brazo, pectoral...

Si haces pesas, debes tener en cuenta que lo mejor es comenzar por ellas, y así consumir el famoso glicógeno, reservando la grasa para el cardiovascular (y además tener fuerza para levantar las pesas). Si no haces máquinas, lo mejor es que madrugues para el ejercicio y te vayas en ayunas: el glucógeno está bajo y tu reserva de grasas dispuesta a suplirlo. Claro que de este modo bajarás grasa pero no harás músculo.

Para terminar, tenemos una buena noticia para ti: hay muchos ejercicios para bajar grasay en la variedad está el gusto. Está desde la tradicional marcha, saltar a la comba, el ciclismo, el baile, las artes marciales, las clases de fitness, remar, la natación, los deportes de raqueta, los paseos con paso ligero, la elíptica, subir escaleras, jugar a la Wii... cualquier cosa que implique que tu corazón se ponga a trabajar, sin grandes esfuerzo, pero de forma continua.