sábado, 1 de diciembre de 2012

Manualillos para una crísis ( 1 )


Ganadores.....La Banca

Perdedores....los de siempre....


)
    El Eco.
Qué delicia debe de ser ejercer de banquero en España. Que la crisis aprieta, ahí está la Unión Europea para socorrerte; que te excedes en la concesión de hipotecas, traspasas las deudas al banco malo y, en última instancia, si las cosas se ponen feas, siempre puedes cobrar la suculenta indemnización y largarte. El beneficio se individualiza mientras que se colectivizan las pérdidas. Ésa es la explicación por la que, después del memorándum firmado esta semana con Europa, la banca con problemas (esencialmente las antiguas cajas) ha recibido hasta el momento 105.600 millones en ayudas, la gran mayoría de carácter público, sin que ninguno de sus gestores haya dado aún con los huesos en la cárcel.
Esta semana desfilaron por el Congreso para defender su gestión el expresidente de Caja Castilla-La Mancha, Juan Pedro Hernández Moltó, y el de Caja Madrid, Miguel Blesa, como hace unos meses hizo el gobernador del Banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordóñez, o el exdirector general de Caixa Galicia, José Luis Méndez. Moltó dio créditos a su amigotes del sector inmobiliario y de los medios de comunicación sin requerimientos ni avales; Méndez hundió en la miseria la mayor caja gallega y luego convenció al presidente autonómico, Alberto Núñez Feijóo, para fusionarla con Novagalicia a fin de tapar sus errores y sus enormes agujeros. Blesa otorgó cientos de hipotecas a inmigrantes con contratos temporales que hubieran empleado varias generaciones en devolverlas y que ahora están desahuciados. Son sólo ejemplos de gestores manirrotos, de tres reyezuelos en sus territorios respectivos venidos a menos. Los tres y muchos otros están tranquilamente en sus casas disfrutando de pingües indemnizaciones, como si nada hubiera pasado.
Tampoco es de recibo que ni el Banco de España ni Bruselas, pese a las amenazas del comisario de la Competencia, Joaquín Almunia, se atrevan a echar el cierre a alguna entidad con la excusa de que es más caro que mantenerlas vivas. La crisis de los ochenta y luego la de las hipotecas basura en el sistema financiero americano demuestra que no es así. ¿No hubiera salido más barato desmontar la Caja de Ahorros del Mediterráneo (CAM) que regalársela al Sabadell con un cheque de 29.000 millones? La torpeza cometida por Fernández Ordóñez provocó que el resto de banqueros se apuntara también a la lista de las compensaciones. La Caixa acaba de quedarse con Banco de Valencia gracias a un aguinaldo de 4.500 millones, en justa compensación por absorber a pulmón Banca Cívica para evitar su quiebra y su repercusión negativa sobre el sector.
El Popular recibió presiones para quedarse con Banca Mare Nostrum (BMN). Pero, como sólo obtenía plusvalías fiscales de cerca de 1.500 millones, decidió rechazar la compra y acometer en solitario la ampliación, que acaba de culminar con éxito su presidente, Ángel Ron. Por último, Sabadell tuvo que quedarse con la red de la antigua Caixa Penedès como contrapartida por la CAM. Todo parece responder a un esquema preconcebido, en el que los bancos sanos se reparten el pastel de los enfermos con apoyo oficial.
Quedan por subastar en las próximas semanas o meses Catalunya Banc y Novagalicia. En este último caso, el Gobierno de Rajoy hace gala de una paciencia infinita para dar tiempo a su presidente, José María Castellanos, a buscar inversores. ¿Qué parte de los 24.000 millones aportados en ayudas a ambas entidades se recuperará? Más bien poco. Sólo el presidente de Bankia, José Ignacio Goirigolzarri, prometió dejarse "la piel y la vida" para devolver los 18.000 millones recibidos por la entidad financiera.
La banca no ha sabido devolver a la sociedad este esfuerzo mediante un tratamiento adecuado a los desahucios. La mora entre particulares está contenida, apenas alcanza el 3%, y corregir a tiempo algunos errores cometidos en los desahucios hubiera contribuido a mejorar mucho su imagen. En elEconomista estamos en contra de un cambio de las reglas de juego por norma, como la dación en pago o la Ley Hipotecaria, que dañaría el sistema financiero, pero persisten abusos como los intereses de demora que deben ser rectificados en su tramitación en el Congreso, según reconoce hasta el titular de Economía, Luis de Guindos.
El rescate de la banca permitirá atraer capitales y calmar la prima de riesgo. Pero Rajoy debería tomar cartas en el asunto para remover los últimos obstáculos a la inversión. El titular de Exteriores, José Manuel García-Margallo, se ha convertido en una de las principales rémoras para la marca España, paradójicamente. Primero bloqueó el uso de las embajadas para apoyar los intereses económicos en el exterior y ahora se decanta por el sí palestino cuando podría haber optado por la abstención, con grave riesgo para las inversiones españolas en Estados Unidos e Israel en un momento crítico para impulsar la internacionalización de nuestra economía. Y todo con el dinero del contribuyente.
Amador G. Ayora, director de elEconomista.

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